Rompió la chanchita

Nacional tiene un desafío muy importante en este primer semestre del año que abarca muchísimo.

Por un lado, el técnico Gustavo Díaz buscará cambiar la imagen que dejó el equipo en algunos encuentros en los que no convenció por su fútbol.

Por otro, y conjuntamente con esa búsqueda, irá sí o sí por el Clausura para tratar de alcanzar una final ante su eterno rival, y también hacer un buen papel en la Copa Bridgestone Libertadores, algo que hace algún tiempo que no sucede.

¿Mucha presión? Nacional tiene plantel como para pelear muy bien, al menos el Clausura.

Es que con la llegada del presidente Eduardo Ache se sumaron al grupo al menos tres jugadores que prometen ser desnivelantes.

El Loco Abreu –gran bolso si los hay– llegó a Nacional en lo que será su cuarto pasaje por la institución. Es un futbolista que pese a sus 36 años (al igual que el Chino Recoba) tiene el fuego intacto para romper redes ajenas en cualquier cancha.

Junto a él arribó Iván Alonso, otro de los jugadores pretendidos por Gustavo Díaz. Llega con seis meses de inactividad, pero ya pudo demostrar en los amistosos que al menos, a nivel local, será determinante.

El jueves la FIFA autorizó al club a anotarlo en la lista de 30 jugadores de la Copa y quedó habilitado para jugar en el torneo continental, informó el secretario técnico de Nacional, Hernán Navascués.

Otro futbolista con renombre que retornó a Nacional fue Juan Albín. Tras varias temporadas en España, el hábil volante decidió regresar para aportar su granito de arena a un equipo con mucha ambición.

Nacional rompió la chanchita para tener un semestre memorable y a eso apuesta.

Al gran plantel de Díaz también se sumaron el colombiano Efraín Cortés –titular en la defensa– y Diego Arismendi, otro al que también le gustó la vuelta al pago.

A su vez, aunque aún se espera por la recuperación de Christian Núñez –y la firma de su contrato–, todo indica que podrá llegar al debut copero del próximo martes a la hora 20.15 contra Barcelona de Guayaquil.

El equipo espera agazapado y apuesta por seis meses de gran nivel futbolístico.