Cuando esta historia empezó nadie en River Plate imaginó llegar a un final como el que está nviviendo. Los problemas económicos en la institución generaron desencuentros. El plantel tomó la medida de entrenar sin la indumentaria del club como medida de protesta por los meses de salario adeudado.
Pero una vez que el equipo empezó a rodar por el campeonato las puertas de la gloria se abrieron. Partieron con una premisa: “Los dirigentes me pidieron dejar al equipo en Primera y consolidar jugadores”, reveló el técnico Guillermo Almada a El Observador.
Pero el camino no resultó sencillo.
“Por los problemas económicos los jugadores tomaron medidas y las respaldamos. Afecta no recibir salarios y se generan dificultades en los hogares porque en el club estás dos o tres horas. Fueron meses complicados que los supimos resolver con unidad de grupo, fortaleza mental y trabajo. Es parte de la vida. Cuando hay un problema son dos las opciones: te sentás a llorar o luchas. Se optó por la segunda, tenés más posibilidades. Me imagino que entre los compañeros se debe haber ayudado a algún compañero con alguna situación en particular”, reveló el preparador físico Marcelo Tulbovitz a El Observador.
En todo el campeonato River no realizó doble turnos y varias veces el equipo no concentró.
Tulbovitz reveló que tiene un estilo de conducción a la hora de manejarse con el joven plantel darsenero. “Si estoy en el fútbol tengo que partir de la confianza del jugador. La época que el técnico desconfía del jugador tiende a morirse. Yo siempre confío en el jugador. Cuando pasa algo se toman medidas, pero no antes porque te enloquecés. Acá hubo una conducta intachable. No hay edades para responsabilidades y sentido profesional”.
A la hora de hablar de las claves de este River que peleará el campeonato en la última fecha, el preparador físico comentó: “Esta campaña se basa en la capacidad de los jugadores, el trabajo, el cuerpo técnico, la propuesta futbolística y la unidad del grupo ante los problemas. Fue muy gratificante vencer las dificultades económicas y el grupo salió adelante con una identidad futbolística clara. La ansiedad la manejamos con el nerviosismo justo porque lo bueno fue que trabajamos partido a partido, no más allá, por eso los niveles de ansiedad son manejables. Se manejó prudentemente que cada domingo era la final y ahora la pensamos como la final número 15.
Tulbovitz concluyó diciendo a El Observador: “El otro día le dije a los jugadores, quien de ustedes hubiese pensado cuando arrancaron la pretemporada que a dos días de la última fecha iban a estar peleando el campeonato. Es el premio a la constancia, al trabajo y a pensar en grande”.
River, que necesita que Defensor pierda, irá por el triunfo ante Fénix que le permita seguir soñando con la posibilidad de forzar una final por el título.
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