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Reina la calma en el paddock: el doctor ha regresado
Es el piloto más popular del motociclismo mundial. Carismático, propenso al show y múltiple campeón sobre dos ruedas. En los últimos años, durante su pasaje por Ducati, se había desdibujado su actuación y a muchos temían que la era Valentino Rossi hubiese finalizado. Hoy se encargó de disipar cualquier duda.
Assen es un templo para el motociclismo, al igual que Le Mans, Mónaco o Indianápolis lo son para las cuatro ruedas: una carrera emblemática que todos quieren ganar. En las últimas presentaciones de MotoGP los titulares en los medios se los habían llevado el fantástico Marc Márquez, el actual campeón Jorge Lorenzo, o su rival de siempre, Dani Pedrosa. Pero en Holanda fue diferente.
En lo previo, la primera pole de Cal Crutchlow, las caídas de Pedrosa, Márquez y Lorenzo (con fractura de clavícula) acapararon la atención. Este último, hospitalizado, parecía perderse el evento, pero dando muestras del tipo de personalidad que se requiere para subirse a una moto de esta categoría volvió al circuito, probó, y logró que lo autorizaran a sumarse a la grilla de partida.
Pero la carrera fue toda de Valentino. Mientras nos concentrábamos en el progreso de su compañero Jorge Lorenzo que, en un notable esfuerzo físico, pasaba un rival tras otro, Valentino se fue sacando rivales de encima y se hizo dueño de la carrera con total autoridad.
Detrás la batalla era entre Márquez y Pedrosa, con la amenaza siempre presente de Cal Crutchlow que en las últimas vueltas y redondeando un fin de semana notable, logró colarse entre las Honda del equipo oficial.
Notable regreso de “el doctor” que fue aplaudido de pie por la tribuna. Todos en el paddock saben lo que significa tener a Valentino Rossi nuevamente ganando: el mejor espectáculo motorizado sube otro peldaño.
