"Para quienes yo era un héroe lo lamento, tendrán que buscarse nuevos héroes”. La frase, inmortal, pertenece al danés Bjarne Riis quien el 25 de mayo de 2007 confesó que usó EPO entre 1993 y 1998, razón por la cual le quitaron el Tour de Francia de 1996. Y la frase es el vivo retrato del turbio mundo del ciclismo.
Ese mundo aún sigue sacudido por el cimbronazo del caso Lance Armstrong. El viernes, la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (Usada, por sus siglas en inglés) decidió sancionarlo de por vida y despojarlo de todos los títulos ganados desde el 1º de agosto de 1998, lo que incluye sus siete Tours de Francia: 1999 a 2005.
La decisión final la deberá adoptar la Unión Ciclista Internacional que está a la espera de analizar el material que llevó a la Usada a adoptar su sentencia.
Movida por Armstrong en Uruguay
Lance Armstrong tiene una Fundación, Livestrong, que ayuda a los enfermos de cáncer. Los líderes mundiales Livestrong (en Uruguay hay uno) lanzaron una campaña de apoyo al ciclista. “Celebrar el apoyo a la Fundación y a Lance Armstrong es celebrar la vida. Contamos con tu apoyo”, expresaron en Facebook.
Pero ya quedó en el aire la posibilidad de que los siete Tours de Armstrong pasen a manos de quienes terminaron segundos.
Y ahí vuelven a aflorar la oscuridad y la trampa. La sospecha y la condena.
Sí. Los cinco ciclistas que secundaron a Armstrong en sus siete Tours –Jan Ullrich fue siete veces tercero– no están limpios.
Algunos visitaron los estrados judiciales y zafaron, como el español Joseba Beloki, quien compareció a testificar en la Operación Puerto como testigo.
A Beloki parece no interesarle el Tour de 2002, donde quedó a siete minutos y 17 segundos del estadounidense. “Las carreras se ganan en la ruta”, declaró el viernes.
El suizo Alex Zulle, segundo en 1999, no corrió en 1998 por pertenecer al equipo Festina, donde se desarticuló una red manejada por médicos, fisioterapeutas y masajistas que le suministraban a sus ciclistas EPO, testosterona y hormonas de crecimiento.
Las mismas sustancias, más el uso de transfusiones sanguíneas, saltaron a la luz en la Operación Puerto por la que fueron suspendidos Jan Ullrich e Iván Basso.
La frase de Riis le calza como una malla líder a muchos ciclistas. Por eso no se frotan las manos para repartirse el botín de Lance.
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