Hay jugadores que parecen ser tocados por la varita mágica. No deslumbran por sus condiciones técnicas ni son fenómenos de esos que deslumbran con la pelota en los pies. Mucho menos son goleadores que todo lo resuelven.
Sin embargo, tienen un Dios aparte y todo lo que tocan lo transforman en gloria.
Santiago Romero transita el camino de esos jugadores que sin mucha prensa ni publicidad a su alrededor se ganan un lugar en el corazón de los hinchas.
Y cuando el jugador aparece en los partidos importantes, como en los clásicos o en las definiciones que duelen, se debe llegar a la conclusión de que es distinto.
¿Qué tiene el Colorado? Es la gran pregunta que invade a muchos por estas horas luego del golazo que marcó en el clásico y que, sumado a su rendimiento, lo transformó en el mejor jugador de la cancha.
Desde su aparición en el primer equipo de Nacional dejó en claro que es dueño de una gran personalidad, que tiene entrega y temperamento, además de ser ordenado desde el punto de vista táctico. No es virtuoso pero tampoco negado con la pelota.
Referi presenta las virtudes del volante de Nacional que se volvió a consagrar en otro clásico.
Temperamento
No caben dudas de que Romero es un jugador con temperamento, de esos que jamás bajan los brazos y que, cuando las papas queman saca la cara por el equipo. Marcó goles importantes en los clásicos.
Entrega
Ya sea jugando como volante o las veces que fue requerido como lateral, el Colo dejó todo por la causa. Es un jugador que no se guarda nada y que no deambula por la cancha, la recorre.
Personalidad
Si bien no tiene un porte de jugador grande, Romero impone presencia en la zona media. Es difícil pasarlo lo que lleva a que con el correr de los minutos sus rivales se frustren y su figura se agrande
Despliegue
Si hay algo que no se le puede discutir a Romero es su despliegue físico. No es un volante de ida y vuelta y mucho menos un jugador para ir por las bandas, pero cumple la función que le marcan a la perfección.
Orden
Es un punto a tener en cuenta. Romero es ordenado desde el punto de vista táctico. Releva bien y generalmente no lo toman mal posicionado.
Ductilidad
La posición donde se desempaña Romero es como volante pero las veces que sus entrenadores tuvieron dificultades en el lateral derecho no dudaron en recurrir a su nombre. Salvó con nota adaptándose a la función.
Cabezazo
Romero no es un jugador alto pero cuando va al área rival saca provecho de su oportunismo y ubicación para aportar en el juego aéreo.
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