En tan solo cuatro días, Nacional pasó de estar invicto en el comienzo de la temporada a sumar dos derrotas seguidas. Una por la Copa Sudamericana, ante Independiente Santa Fe en el Parque Central, y la segunda ayer ante Wanderers en el Parque Viera, por la tercera etapa del Apertura.
Tras le caída ante los bohemios, la pregunta quedó instalada. ¿Cuál es el Nacional de Gustavo Munúa? ¿El que ganaba con buen juego y contundencia o el que, como ayer, fue dominado por su rival?
Como dijo el entrenador, el encuentro ante Independiente fue "un partido atípico" en el que los tricolores quedaron con un jugador menos desde los tres minutos por la roja a Diego Polenta, por lo que el análisis quedó condicionado por esa incidencia.
Pero ayer en el Viera se dio un trámite normal. Y Nacional volvió a caer.
Por lo visto, al equipo le calzaron los puntos que mostró en sus primeras apariciones.La primer medida que dispuso entonces el entrenador bohemio, Gastón Machado, fue tapar el juego de Gonzalo Porras, el volante que conduce al equipo.
Para eso, colocó a Matías Santos como una marca fija sobre el mediocampista albo cuando estos tenían la pelota. Y el Mago, que se destaca más por sus habilitaciones que por el sacrificio, anuló al 14 albo, quien se fue ofuscando hasta culminar el primer tiempo con una amarilla por una entrada a su marcador de turno.
Sin Porras para lanzar, Santiago Romero intentó meter pelotas para Iván Alonso y compañía, pero el Colo no es tan preciso y muchos de sus pases se fueron largos.
Wanderers también cortó las llegadas por las puntas, otras de las características de los albos. Al no estar en cancha Carlos De Pena, se rompió el circuito que forma con Alfonso Espino, quien tuvo una gran entrega pero no coordinó con el argentino Alejandro Barbaro, a quien Munúa cambió de punta con Leandro Barcia sin lograr resultados.
El partido, en el primer tiempo, también dejó ver que el mediocampo tricolor quedó muy cerca de su zaga, que estuvo en línea en la mayoría de los ataques, lo que hizo que en las varias veces que los bohemios superaron a los volantes albos quedaron mano a mano –cuatro contra cuatro– con los defensas tricolores. Eso hizo que el ataque de Wanderers dispusiera de varias ocasiones, hasta abrir el marcador y cerrar por 2-0 el primer tiempo.
Con Porras trabado, quien tomó las riendas del juego tricolor fue Nacho González. Pero el 10 albo tuvo un rendimiento de más a menos. Fue el más claro de su equipo en el primer tiempo pero en el segundo, con el cuadro al ataque, tuvo menos presencia, ya que sus compañeros buscaron llegar por diversas formas, muchas veces sin cederle el balón.
Al todo o nada, en el complemento Nacional se instaló en la cancha de los albinegros, que esperaban replegados con todos sus jugadores, menos Kevin Ramírez. Los de Munúa abusaron de los centros, los que en su mayoría fueron muy pasados sin llegar a la cabeza de algún delantero.
El ingreso de Rodrigo Amaral le dio más opciones, con remates de larga distancia y aperturas para los puntas, pero el volante no pudo anotar como en la pasada fecha.
El gol del descuento llegó por abajo, luego de una recuperación, el zaguero Matías Malvino metió un pase largo a Alonso, quien definió por arriba.
No le alcanzó al tricolor, que perdió su invicto en el Apertura y despertó las primeras dudas del ciclo de Munúa.Inicio de sesión
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