Óscar Tabárez

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¿Qué es jugar bien para Tabárez?

El técnico de la selección aceptó la propuesta de Referí, charló de fútbol y de estilos. Mire lo que respondió
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28 de febrero de 2017 a las 05:00
Por Luis Eduardo Inzaurralde y Jorge Señorans

En la recta final de las Eliminatorias y en medio del exitismo del hincha, que cree estar clasificado al Mundial, ¿de qué forma encara con el grupo una situación de esta naturaleza?
Creo, y espero corroborarlo ahora cuando me junte con los muchachos, que los que sean citados tienen muy claro cuál es la situación. Lo único cierto y objetivo es que estamos en una posición mejor que en otras oportunidades, pero eso no nos da ninguna garantía para las Eliminatorias. Todavía nos quedan seis partidos. Como todos los anteriores, estos van a ser muy difíciles. Sería un error ponerse a pensar que tenemos que ganar un partido o dos y ya está, porque eso hablaría de ciertas ansiedades. Tenemos que hacer el esfuerzo para concentrarnos totalmente en el partido que vamos a disputar y no en lo que resta, y el primero de lo que falta es el que vamos a jugar contra Brasil, que desde hace unos cuantos partidos es el mejor de las Eliminatorias. Desde que Tité tomó el rumbo de la selección mayor de Brasil, metió algunas disposiciones que renovaron al equipo y lo hicieron muy poderoso. Tiene varios partidos consecutivos ganados. Otro aspecto objetivo es que van a venir con mucho rodaje. Eso lo hace un rival de muchísimo cuidado, sin dejar de reconocer además, no es un dato excluyente, que históricamente en las Eliminatorias han tenido mucha predominancia sobre nosotros. Todo eso determina en primer lugar que tengamos mucho cuidado, que tenemos que hacer las cosas muy bien, y luego llevar a la cancha una actitud con la que le planteemos partido, como se dice en el fútbol, y tengamos el objetivo de ganar los puntos, como hicimos en todas las Eliminatorias. Tenemos expectativas en clasificar, porque es la meta de todo este trabajo que lleva un tiempo largo, pero no es nada que lo podamos asegurar. Dependerá exclusivamente de lo que hagamos en la cancha en cada partido.



Muchos hinchas dicen que no jugamos a nada. ¿Usted cree que Uruguay puede jugar mejor de lo que juega? ¿Cómo respondería a los que dicen eso?
A esta altura no estoy para defenderme. Estoy para conseguir resultados y trabajar para eso, y aprovechar los dos entrenamientos que tengo antes de cada partido para lograr esa actitud de la que le hablaba. Ahora, pretender que con ese tiempo y esta forma de disputa juguemos como el Barcelona de Guardiola... respeto todas las opiniones, pero muchas de ellas que hablan en el sentido de lo que plantea usted, no son expertos de fútbol y algunos no deben saber nada. No debemos quedarnos en eso, ni pensar en defenderse. Lo que haga el equipo se mostrará en el partido, y después veremos lo que conseguimos. Si después del partido con Brasil se pierde, empate o gana, vamos a encarar lo que falta, que también será muy difícil. Estamos en instancias decisivas, y todos buscamos nuestra chance de clasificar. Nos vamos a concentrar en el primer partido, el de Brasil.

Si tuviera más días, tendría otro tiempo de trabajo.
Si lo tuviera, también sería por puntos. Porque las Eliminatorias son para clasificar por puntos. Las Eliminatorias son para ver quién clasifica, no para ver quién juega lindo. Capaz que no es el momento, pero cada uno debería informarse de cuáles son las características de nuestro fútbol, de nuestro medio, de cómo ha sido el proceso, de las condicionantes demográficas que tenemos. Lo vamos a hacer como a lo largo de todas las Eliminatorias, en el planteamiento de los partidos, no va a cambiar nada.

¿Eso hace el "estilo Uruguay"?
Le cambio de país, ¿cuál es el estilo de Argentina? El que tiene ahora, el de dos años atrás. ¿Cuál? Son momentos de los equipos, de las federaciones, de los jugadores. Y el denominador común es lo parejo que es todo. Hay gente, la mayoría, que hace presunciones por sensaciones: "Pah, los dos últimos partidos son con Venezuela y Bolivia". No sé a quién se le ocurre que Venezuela es fácil, y más de local. Este camino siempre ha sido muy difícil y tenemos que aprovechar y propiciar las oportunidades que se vayan presentando. Ahí corre nuestra suerte y ha sido así.

¿El fútbol uruguayo puede tener una matriz diferente a la que marcó su historia? ¿Es posible?
La diferencia la buscaría por el lado de la efectividad. Eso de jugar lindo no lo entiendo demasiado. Que se puedan cambiar los procedimientos para hacer determinadas cosas en ataque, puede ser. No podría hablar de estilos en este momento, en un mundo tan globalizado, con información tan cercana. Para buscar una manera única de jugar, habría que hacer un plebiscito, ver qué fútbol quieren y empezar a trabajar. En Uruguay hubo intenciones fundamentalmente basadas en entrenadores que las llevaron a cabo, de trasladar esas cosas que se ven para hacer jugar a sus equipos de la misma manera. Pero hasta ahora no han tenido vigencia en el fútbol internacional. No han tenido vigencia. No quiere decir que no suceda en un futuro, pero hasta ahora no. No he visto ningún equipo uruguayo que en la Copa Libertadores haya arrasado. Nos ha costado siempre, y siempre nos va a costar y eso va a depender de lo que se haga y de las generaciones de futbolistas. Creo que nosotros tenemos jugadores de la elite en la selección, pero no tenemos 50, como Brasil. Nunca lo vamos a tener, por una cuestión de tamaño y características de nuestro fútbol interno, que no es de los mejores. Y de nuestra profesionalidad y organización, que en muchos aspectos pelearíamos un descenso si se hiciera una comparación. Comparemos por ejemplo con el fútbol ecuatoriano actual, cómo ha aprovechado, cómo sigue progresando. Aprovecha mejor sus características. Ustedes podrán decir que todavía no han ganado mucho, y les debo decir que es así, pero en la historia se sabe que nada existe para siempre. A veces se puede llegar a lugares que no se alcanzaron anteriormente. El que va a leer esto va a pensar que me estoy defendiendo, pero no depende de mí. Ahora estoy trabajando para que Uruguay clasifique al Mundial. Otra cosa no me parece importante en este momento.



Se lo planteamos desde el inicio como un tema filosófico de fútbol, que va más allá de lo puntual. Usted dijo alguna vez que tenemos la base de la pirámide más amplia en el trabajo con niños. Ahora bien, ¿tenemos la mejor escuela y etapa de aprendizaje para esos jugadores?
No tengo un conocimiento tan acabado para ser contundente. Le puedo decir que si no existiera esa base, el fútbol uruguayo no habría ganado lo que conquistó. Desde que existe el baby fútbol en la década de 1960 empezaron a surgir muchos jugadores. La realidad que vemos es que en el Complejo recibimos un producto, si cabe el término, inacabado, con problemas de fundamentos; la recepción y el pase, que son los aspectos más importantes para el fútbol de ataque, con muchas carencias, porque en esas etapas todavía no están consolidadas y además porque hay una competitividad muy exacerbada desde las primeras etapas que conspira contra programas de trabajo que sean de línea gruesa, que abarquen a muchísimos niños. Históricamente los uruguayos hemos tenido una gran incapacidad para los trabajos de largo plazo y para los trabajos colectivos, y considero que la competitividad hace que cada uno defienda mucho la chacra que está defendiendo en un momento y las tareas colectivas queden para atrás. De todas formas, lo bueno es que después del baby fútbol hay lugares donde se trabaja muy bien. Defensor es un ejemplo. Usted me dirá que los jugadores que sacó Defensor, que son muchos, no salen campeones. ¿Ese es el único objetivo? ¿O formar jugadores, formar personas, lograr que lleguen a mejores cosas en su vida profesional y personal y que pueda acceder a la selección nacional? Puse Defensor, el más evidente, pero no es el único. Tampoco es general, porque se agota en algunos equipos. Lo que habría que aspirar para que esto se generalizara, tiene que ver en otras cosas agudas por las que están luchando, tener mejores canchas, jugadores mejor remunerados, bien atenidos, hacer crecer el medio interno y eso se traslada y se basa en las divisiones juveniles, que es lo concreto que hay para cualquier mejoría a la que pueda aspirar el fútbol uruguayo.

Por lo que manifiesta, si el producto no le llega de manera adecuada tenemos un problema. ¿Cómo podemos pretender jugar a otra cosa?
En términos generales es difícil. Cuando hicimos el proyecto, una de las preguntas que nos hacíamos era qué tipo de jugador tenemos (técnico, físico, psicológico), y que vayan juntando experiencia significativa. Después de juveniles, la primera división es importante y después la salida al exterior. Y es por eso que recurrimos a futbolistas que estaban en el exterior. ¿Por qué? Porque tienen un nivel de experiencia y compiten a un nivel de exigencias muy parecido al del fútbol internacional, cosa que no pasa con la primera división del fútbol uruguayo por una cuestión de composición de los futbolistas que actúan acá, porque son futbolistas jóvenes que hacen sus primeras armas. Es bueno el aporte que le hace la primera división a esos chiquilines que buscan su espacio, pero también junto a ellos futbolistas que vienen a terminar su carrera acá. No tenemos jugadores de mucho nivel, determinantes que tengan 26 o 27 años que lleven adelante a sus equipos. Esos jugadores, si tienen eso, se van enseguida o vienen y se vuelven a ir.



¿Qué es jugar bien para usted?
Es enfrentar al rival, limitarlo. Siempre hay que considerarlo, por eso se precisan jugadores polifuncionales en el sentido que yo le doy. Para mí, polifucional no es el que juega en todos los puestos, porque nunca conocí uno y creo que tampoco voy a conocerlo, pero sí es aquel jugador que está acostumbrado a mirar el campo de juego desde determinada posición (lateral izquierda, volante por derecha) y desde ese lugar puede hacer todo lo que el equipo le pida y requiera en defensa y ataque. Eso es ser polifuncional. Hay un jugador que juega en la creación o mediocampo con un aporte bueno o muy bueno cuando agarra la pelota, y no es polifuncional. En el fútbol internacional, cuando se ve en la situación de enfrentar a equipos mejores que el que tiene uno, necesita de ese tipo de funcionalidad. Eso tiene que ver con la preparación, con las condiciones físicas para trabajar en defensa, sobre todo, para hacer las transiciones, y después en aspectos psicólogicos que refieren a la actitud. Todo eso lleva a jugar bien. Eso es así para mí. Comprendo que lo que quiere el aficionado, y es una exigencia entendible y totalmente legal, es que su equipo o la selección nacional les dé un paseo a sus rivales y gane 4-0. No digo que sea imposible para nosotros, pero no es frecuente y ni ha sido frecuente nunca. Todo costó mucho siempre acá, pese a que en toda la historia tuvimos grandísimos jugadores, como los hay ahora.

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