Por la sexta manzana

Roger Federer sale a escena en el US Open con una nueva chance de hacer historia. Sí, en caso de que el suizo se lleve el último Grand Slam del año se convertirá en el máximo ganador en Nueva York en la era abierta.

Federer ya tiene un récord: el quinquenio obtenido entre 2004 y 2008. Pero si gana la sexta, superará los cinco títulos que en forma no consecutiva obtuvieron Pete Sampras y Jimmy Connors.

En la era romántica del tenis lograron siete títulos Richard Sears, William Larned y Bill Tinden. Siete cada uno.

El torneo será para Federer una nueva batalla contra el serbio Novak Djokovic.

Si bien no está en juego la cima de la clasificación mundial, perteneciente al suizo, el US Open será importante en la carrera hacia el final de la temporada.

Federer no defiende más que una semifinal (720 puntos) del año pasado.

En tanto, Djokovic quiere repetir lo de 2011. Siendo el último campeón, busca reeditar sus laureles en Flushing Meadows.

Defiende así los 2.000 puntos del título, lo que significa que de llegar a lo máximo sus 11.270 unidades actuales del ranking quedarán intactas.

Pero eso no le alcanza para desbancar al suizo del cetro, aunque este quede eliminado en primera ronda.

El tercer jugador en discordia, al no estar Rafael Nadal –lesionado– es el británico Andy Murray, quien con el impulso que significó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, quiere levantar por primera vez una copa de Grand Slam.

No fue bueno el apronte en Cincinnati, donde perdió tempranamente. Sin embargo, en aquella final olímpica de hace unas semanas atrás, en el All England Club (misma sede de Wimbledon) venció a Federer en la final.

Un buen recuerdo para cuando salte a la cancha en una eventual semifinal frente al suizo, ya que el sorteo lo puso, como tercer preclasificado, del lado de Federer.

En cambio, en el camino de Djokovic aparece el número cinco del mundo, el español David Ferrer, quien en canchas duras no termina de convencer como para hacerle sombra al serbio.

Sin embargo sí está la amenaza del argentino Juan Marín del Potro, quien le arrebató la medalla de bronce en Londres, pero que luego cayó en la semifinal de Cincinnati. En esa última ocasión, el argentino tenía una dolencia en su muñeca izquierda que le impidió jugar con comodidad.

Para esta semana, la muñeca de Del Potro es una incógnita. Se encuentra en un proceso de rehabilitación, pero los médicos le dieron el visto bueno para que jugara su torneo favorito, como el mismo lo ha declarado más de una vez.

No es para menos, el mejor recuerdo que tiene el argentino en su casa es, justamente, el trofeo del US Open 2009, único torneo grande en su poder tras vencer a Federer para cortarle la racha ganadora de cinco US Open.

Y en el plano de las proyecciones y las especulaciones, aquella final de 2009 puede volver a darse, ya que el argentino va por la parte baja del cuadro y de llegar al último día, podría verse las caras con el suizo.

Pese a la dolencia, Del Potro es el mayor candidato del tenis sudamericano y así se lo hacen sentir en Flushing Meadows

“Es espectacular (el US Open). A cada metro te hacen sentir un campeón”, dijo Del Potro en una charla con AP en la antesala del torneo. “Te recuerdan que eres el campeón, aunque fue hace unos años atrás”, agregó.

Otros sudamericanos de los que se esperan buenas actuaciones son el argentino Juan Mónaco y el colombiano Alejandro Falla, quien en la primera ronda de los Juegos puso en aprietos a Federer arrebatándole el set inicial.

Más allá de los protagonistas, el US Open es un Grand Slam con brillo propio por todo lo que lo rodea.

Cada uno de los jugadores que llegan a Flushing Meadows asegura que el clima que allí se vive lo hace distinto a todos.

El US Open cuenta con un público más entusiasta que en otros torneos, incluso de la misma categoría. Son seguidores, bulliciosos y claramente vuelcan su aliento hacia los favoritos.

Y uno de ellos será sin lugar a dudas Federer que quiere morder su sexta manzana para ampliar aún más su increíble historia.