Por fin: volvió Suárez, el futbolista

No se necesita ninguna encuesta para verificar que, desde hace algunas semanas, Barcelona tiene cientos de nuevos hinchas, y la gran mayoría de ellos son uruguayos. Como hasta mayo Liverpool tuvo un rincón celeste, ahora ese bloque se mudó de Anfield Road al Camp Nou, y en lugar de parar sus vidas los domingos por la mañana lo harán los sábados o domingos por la tarde, además de entre semana con los partidos de la Champions. Ayer, todos esos cientos de miles de uruguayos tuvieron su primera misa como fanáticos catalanes, un adelanto de lo que oficialmente llegará recién luego del 26 de octubre, cuando termina la sanción producto de la ya famosa mordida al italiano Giorgio Chiellini.

Fueron pequeños símbolos, porque nadie puede pretender conceptos futbolísticos definitivos en un primer calentamiento de pretemporada ante León de Guanajuato por la Copa Joan Gamper, esa clase de partidos que, aunque sean ante el campeón mexicano, solo sirven para mostrar enormes diferencias.

Barcelona, antes y después que entrara Suárez, fue todo lujo: triangulaciones entre Messi, Iniesta y Neymar y definiciones del argentino y especialmente del brasileño: una con una vaselina por encima del arquero y otro con un taco cuando el arquero estaba vencido. En total fue un 6-0 sin despeinarse, gracias a dos goles de Neymar y uno de Messi, además de dos de Munir y uno de Sandro, juveniles que aprovecharon para mostrarse y soñar con un lugar en un plantel lleno de estrellas.

La presentación
La primera emoción de la tarde fueron los pocos más de 10 segundos en los que Suárez fue el centro de la escena, en el momento de la presentación del plantel entero para la temporada 2014/2015 (la presentación individual será hoy a la hora 7). El locutor introdujo primero a los integrantes del cuerpo técnico de Luis Enrique, y luego a los jugadores que fueron parte del equipo en la temporada pasada. Después fue el momento de las incorporaciones, y el último fue Suárez, para quien el locutor pidió una fuerte ovación. De hecho, solo lo superaron los que vinieron después: los capitanes Messi, Sergio, Iniesta y Xavi. Fueron apenas instantes, pero le alcanzó a los miles de hinchas de Barcelona, y a los millones de uruguayos que querían verlo de vuelta en una cancha de fútbol.

“Dejaremos la piel y el alma para conseguir éxitos a final de temporada. ¡Visca el Barça y visca Catalunya!”, dijo Xavi, y el DT Luis Enrique expresó.

En cancha
El uruguayo ingresó a los 76’ en lugar de Rafinha, cuando ya bno estaban Messi, Neymar ni Iniesta, y apenas le dio para tocar cuatro pelotas, todas de espaldas al arco: dos fueron pases (uno acertado y el otro rebotó en un defensa), y lo otro fue quizás un anuncio de lo que le tocará en España, como en Inglaterra: dos faltas de atrás cuando bajaba a pivotear, aguantando la pelota mientras sus compañeros pasaban al ataque.

Durante su breve lapso en la cancha llegó el sexto gol, obra de Sandro, en un pase cruzado de Xavi para que el delantero rematara de zurda y el tiro se le escapara al arquero. Suárez, volcado sobre la izquierda, no participó de la jugada, aunque fue el primero en correr a saludar a su nuevo compañero.

Se paró como delantero por derecha en los primeros minutos, haciendo dupla con el juvenil Munir, y luego se volcó a la izquierda. Y si bien por momentos apareció aislado por la banda -la jugada del gol es un ejemplo- en otras dos acciones fue solidario para bajar a defender en el área y largar rápido de contra, aunque en ninguna de las dos jugadas tuvo participación.

Lógicamente el debut no da para mucho análisis, por más que la expectativa hizo que buena parte del mundo futbolístico lo siguiera en cada gesto y cada movimiento. Pero sí sirvió para calmar la ansiedad de miles de hinchas, catalanes y uruguayos. Y para empezar a disfrutar a Suárez otra vez en donde debe estar, y de donde nunca debió haberse ido: una cancha de fútbol.