Polémico y ganador, el "Tiger Woods" de la F1

El británico Lewis Hamilton entró ayer en la categoría de grandes de la historia como Ayrton Senna, Nikki Lauda o Nelson Piquet, al ganar su tercer título de campeón mundial de la Fórmula 1 de su carrera al vencer en el Gran Premio de Estados Unidos, disputado en Austin (Texas).

Hamilton, piloto de Mercedes, se aseguró su tercera corona cuando su más cercano perseguidor, el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) solo pudo llegar en tercer lugar en Austin, detrás del también piloto de Mercedes Nico Rosberg, que acabó segundo. "Este es el momento más grande de mi vida", dijo Hamilton por la radio de su monoplaza tas lograr la victoria.

El piloto inglés de 30 años recorrió los 308,405 kilómetros en un crono de 1 hora 50 minutos y 52,703 segundos, a un promedio de velocidad de 166,888 km/h, considerable teniendo en cuenta las pésimas condiciones de la pista del Circuito de las Américas.

Hamilton sorteó todos los obstáculos del mal tiempo y una pista resbaladiza para relegar con su Mercedes a su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg, que llegó segundo a 2,850 segundos, y al también germano Sebastian Vettel (Ferrari), tercero a 3,381 segundos.

Sólo 12 pilotos pudieron terminar la prueba, que en sus ensayos libres y calificatoria se vio afectada por los fuertes aguaceros que han afectado la zona de Austin (suroeste de Estados Unidos).

A falta de las tres últimas carreras de la temporada, Hamilton le ha quitado todo suspenso al Campeonato Mundial, ya que con 327 puntos en 16 carreras se aseguró su tercer título, tras los logrados en 2008 y 2014.

El británico tiene 76 puntos por delante de Sebastian Vettel (Ferrari) y 80 sobre su compañero de equipo Nico Rosberg.

"No puedo encontrar las palabras para describir cómo me siento, tenemos que felicitar a este increíble equipo", dijo. "No soy el único que ha conseguido cosas en mi familia", declaró, el único campeón de raza negra. "Mi padre salió de la nada y trabajó mucho para que sus hijos tuvieran una vida mucho mejor que la suya". l

Polémico y ganador, el "Tiger" de la F1

Tras ganar el campeonato de las Series GP2 en 2006, Hamilton debutó en Fórmula Uno en 2007, con McLaren y al lado del español Fernando Alonso, que venía de convertirse, con Renault, en el doble campeón mundial más joven de la historia.

Entre el doble campeón mundial asturiano, que había llevado el '1' a McLaren, y el talentoso debutante inglés no tardaron en saltar las chispas. Justo el tiempo que tardó la prensa británica y Bernie Ecclestone, mandamás de la F1, en darse cuenta de que estaban ante el mejor producto posible para un deporte que es al mismo tiempo espectáculo, guerra industrial y, sobre todo, un gigantesco negocio.

Lewis no sólo era rápido. Era negro. Se podía convertir en el primer gran piloto de esa raza y eso ampliaba a cientos de millones los potenciales nuevos seguidores del circo del gran motor. Estaba llamado a representar en Fórmula Uno lo mismo que el estadounidense Tiger Woods en el mundo del golf.

Después de subirse al podio en sus cinco primeras carreras, Lewis festejó su primer triunfo en Canadá, y se quejó de que su equipo había favorecido a Alonso en Mónaco.

Y a partir de ese momento, todo el asunto comenzó a írsele de las manos a Ron Dennis, jefe de equipo de las 'flechas de plata'. Esa guerra civil terminó con Alonso fuera de McLaren, pero el inglés no volvería a festejar un título, por lo que decidió marcharse a Mercedes, decisión que estuvo cargada de críticas tras un par de temporadas sin logros. Pero en 2014 empezó el dominio de la escudería, y él, en otra historia de peleas con su compañero Nico Rosberg, terminó de transformarse en leyenda.