Roberto Mancini

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Pidan, el jeque paga

El City salió de pretemporada a Austria donde ordenó colchones italianos, mantas de 3 cm de espesor, y que el pescado llegue por avión cada dos días del Mar del Norte
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10 de julio de 2012 a las 20:33

Tres meses de preparación donde se cuidó cada detalle. Cerca de 100 días de planificación. Colchones hechos a mano en Roma. Mantas de peso ligero que tuvieran 3 cmts de espesor. Pescado que llegará del Mar del Norte cada dos días por avión. Y un detalle que cambió hasta el propio ritmo de vida de la localidad: no podrán sonar las campanas de la iglesia en Seefeld como ocurre diariamente a las 7 de la mañana. Usted estará imaginando que las exigencias son de Paul McCartney. A lo mejor apuntó a una estrella del mundo del cine. O los astros de la NBA que van a Londres por el oro olímpico.

Lo que jamás imaginaron los dueños del Klosterbrau hotel de Seefeld en Tirol, es que las exigencias fueran pedidas por el técnico de Manchester City, el italiano Roberto Mancini, para la pretemporada de su equipo Manchester City. Es que el cuadro del jeque Sulaiman Al Fahim se puede dar el lujo de gastar 250 mil euros para que sus jugadores tengan todos los lujos posibles. Total, el jeque paga...

Entonces, después de tres meses de preparación el hotel de don Alois Seyring quedó pronto. “La preparación del restaurante ha sido totalmente minuciosa, tuvimos instrucciones muy claras incluso donde se debía colocar la máquina de café”, expresó.

El City, para llevar sus estrellas a Austria, pidió colchones y mantas diseñadas en Italia a un valor de mil euros cada una. Pero el colchón tenía el detalle de la altura para ofrecer el apoyo óptimo de la espalda de cada jugador. Como será la cosa que Yaya Touré requirió una cama especial por su tamaño. El jugador de Costa de Marfil es el único que tendrá su propia mesa de masajes en su dormitorio.

Pero las exigencias no se limitan a las 54 habitaciones que tomó el equipo inglés reservando las últimas tres plantas del hotel.

El agua es embotellada de Inglaterra y el pescado fresco llegará cada dos días del Mar del Norte en un vuelo especial.

A la hora de la comida se podrán imaginar que no repararon en los costos. El restaurante, según Seyring, tiene el detalle de la estructuración que es muy detallada en cuanto al espacio que debe haber en medio de las sillas.

Los jugadores tienen exigencias a la hora de la alimentación. El italiano Mancini avisó que mayonesa o ketchup se permitirán solo por petición especial y el queso parmesano debe ser situado en la posición exacta para cada comida.

Las restricciones incluyen todos los bombones y bocados en minibarras, pan y manteca, y hasta se ordenó a todo el personal del hotel que no coloque salsas sobre las mesas.

La intimidad en el restaurante debe ser total. En las canchas el club montó una carpa para las tareas de musculación donde hay servicio hasta de alimentación requerido por el staff técnico.

Pero acaso la exigencia más extravagante pasó por el pedido de que las campanas de Oswald en Seefeld, una iglesia del siglo XVI que linda con el hotel cinco estrellas, que normalmente suenan a las siete de la mañana, retrasen el horario del tañido durante la permanencia de los astros del City durante una hora. No vaya a ser que interrumpan el sueño de las estrellas del jeque.

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