Junior Arias
Iván Villalba
Cristian Rodríguez
Fabián Píriz
Guzmán Pereira
Ramón Arias
Cristian Rodríguez
Cristian Rodríguez
Junior Arias
Junior Arias
Diego Rossi y Junior Arias
Junior Arias, Diego Rossi y Gastón Rodríguez
Ramón Arias
Jorge Wilstermann y Peñarol a puertas cerradas
Jorge Wilstermann, Peñarol
Peñarol en el Campeón del Siglo a puertas cerradas
Leonardo Ramos

Copa Libertadores > COPA LIBERTADORES

Peñarol y el dolor de ya no ser

Peñarol, que ya estaba eliminado, ganó ante un equipo boliviano que no mostró casi nada pero igual se clasificó
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24 de mayo de 2017 a las 23:59
Entre una niebla tremenda, Peñarol se despidió con un triunfo de la Copa Libertadores en una noche lúgubre y sin historia.

Estos partidos deben ser los más difíciles de jugar. Por más que se esté defendiendo la camiseta de un grande, por más que se tengan que poner todas las ganas y la actitud, cuando no hay nada en juego, cuando las tribunas están vacías -debido a que se debía disputar el encuentro sin gente por la sanción tras los incidentes con Palmeiras-, había ambiente de práctica.

Eso puede haberle jugado en contra a Peñarol que comenzó bastante lento en su juego, y solo alguna jugada esporádica del Cebolla Rodríguez parecía hacer despertar de la modorra en medio de la niebla.

Incluso Omar Morales tuvo el gol para los bolivianos a los 8 minutos, pero Guruceaga le tapó el grito.

Ángel Rodríguez –debió haber sido expulsado a los 15 minutos por una tremenda falta en la media cancha–, no conseguía la pelota y Guzmán Pereira hacía un trabajo a destajo.

Pero Peñarol no lograba levantar cabeza ante un equipo que no mostraba prácticamente nada y estaba loco de la vida con el empate transitorio que le daba la clasificación ya que para quedar afuera tenía que perder Palmeiras de local contra Atlético Tucumán.

Pero en los minutos finales del primer período, el equipo de Leonardo Ramos se despertó. Prácticamente no había pateado al arco, y a los 37 minutos, una combinación entre Diego Rossi y Junior Arias, terminó con el gol de este último.

Y casi enseguida llegó el segundo tras un cabezazo del Cebolla para que Iván Villalba, también de cabeza, aumentara el marcador.

El conjunto boliviano salió con el ímpetu que necesitaba para el segundo tiempo. No obstante, su esfuerzo se perdió en la densa niebla del Campeón del Siglo.

Peñarol se quedó con 10 hombres por una expulsión exagerada de Guzmán Pereira y allí –para empeorar un poco más el espectáculo– el encuentro perdió el poco dinamismo que había adquirido porque el local se conformó con el marcador y el rival no podía con su escasísimo juego.

Solo un tiro libre de Cristian Chávez que dio en el palo puso un poquito de emoción en una noche de escaso fútbol. Rossi, sobre el final, llegó con peligro sobre el arco rival y estuvo cerca del tercero, pero Olivares se lo impidió en una de las escasas jugadas con profundidad.

Peñarol terminó una nueva Copa para el olvido y lo hizo con un triunfo para la estadística. Su rival, que fue una lágrima, se clasificó a los octavos de final por la victoria 3-1 de Palmeiras ante Atlético Tucumán.

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