Peñarol vive un cambio radical

o muestra un fútbol químicamente puro. No es una máquina que le pasa por arriba a los rivales. Tiene altibajos como los puede tener cualquier equipo. De lo que no caben dudas es que Peñarol logró un cambio radical con relación a lo que había mostrado hasta el inicio de este Clausura que lo tiene tan puntero como casi nunca.

Hoy Peñarol sonríe porque los resultados tapan todo y está bien que eso suceda en el fútbol.

El equipo cambió radicalmente su juego porque también lo componen prácticamente 11 futbolistas diferentes a los que venían jugando hasta el inicio del torneo.

Ha logrado consolidar un rendimiento que le había costado mucho encontrar. Por más que se trabajaba entre semana, el fútbol que pretendía el técnico Leonardo Ramos, no aparecía.

Con estos nuevos jugadores se logró ese objetivo y más: siete partidos jugados, siete ganados. Dieciocho goles a favor y solo dos en contra. El más goleador y el menos goleado.

Ramos fue encontrando con el paso del tiempo esa columna vertebral que tanto buscó, esos líderes positivos en la cancha, esas sociedades futbolísticas que cuestan tanto formar y conseguir.

Con Kevin Dawson se la jugó en un momento que no era sencillo y el coloniense, con sus 25 años, le dio la razón. Le dio tranquilidad –algo fundamental– al fondo, pero no solo con sus atajadas y su seguridad, sino que además, ordena mucho. Habla, gesticula, grita, como debe hacer un arquero con sus compañeros.

Su punto débil lo mostró ante Rampla Juniors y por dos veces. Se equivocó al salir jugando con los pies y en una de esas oportunidades llegó el penal con el que descontaron los picapiedras. Es algo a mejorar, sin dudas, pero lo anteriormente escrito, tiene mayor relevancia.

Ramón "Cachila" Arias se transformó en pocos meses en uno de los referentes del vestuario carbonero.

Fiel a su juego, el zaguero se ganó un puesto de entrada y su rendimiento es muy bueno. Obvio que también se equivoca como cuando se hizo expulsar tontamente ante Fénix ganando 3-0 y a 70 metros de su arco por ir a discutir con un rival al lado del árbitro. Su ausencia la notó bastante Peñarol ante Rampla, porque a Yeferson Quintana, sobre todo en el complemento, se lo notó perdido.

El rendimiento de Walter Gargano hace recordar al mejor Mota de la selección. Es cierto que juega en el fútbol local, pero también que casi siempre hace la diferencia. Ha tenido encuentros notables y fue un relojito sin altibajos.

Por allí también corre el Cebolla Rodríguez. Con su ida y vuelta constante, con su ductilidad para poder jugar por afuera o como doble 5, el capitán de Peñarol es el referente número uno. Pero lo importante es que Ramos también pudo jugar ya tres partidos sin él de los siete, y ese no es un dato menor.

Otro Rodríguez, Maximiliano, llegó para ser campeón y va en ese camino. Ramos lo hace jugar de punta pero sin una posición fija. Su polifuncionalidad también lo lleva a arrancar desde más atrás en el campo y eso le sirve al equipo.

Todos ellos son titulares indiscutidos y ese es otro punto que logró el DT: que se conozca a los 11 prácticamente de memoria y que también jueguen así por momentos, más allá de los altibajos señalados.

Pero no hay que dejar de lado que un suplente de lujo es Cristian Palacios, el actual goleador del Uruguayo con 24 goles y también de Peñarol en este Clausura con cinco tantos. Prácticamente cada vez que lo llamaron a jugar, cumplió con el rito del grito internacional de las tres letras.

Una progresión aritmética

Sin entrar en temas matemáticos, este Peñarol fue logrando los objetivos que se fue proponiendo hasta ahora.

Primero: los resultados. Ganó todo y eso es la realidad. En un fútbol tan parejo como el uruguayo, eso es fundamental.

Segundo: el funcionamiento. No solo gana, sino también muestra una gran superación en su juego, tanto en creación, como en marca. En táctica y en estrategia. Obvio, el punto primero (los resultados), siempre ayuda.

Tercero: los objetivos. El primero de ellos es ganar el Torneo Clausura y va bien. Otro era superar a Nacional en la Tabla Anual –por el momento lo logró– y le descontó a Defensor dos puntos aunque está aún a siete.

El domingo se da el examen más importante de los últimos meses, justo ante los violetas. Y quiere salvarlo con muy buena nota.

LAS CIFRAS

5 goles anotó Cristian Palacios en este Clausura en cuatro partidos de los que jugó solamente 169 minutos.

3 asistencias son las que lleva hasta el momento en este torneo Walter Gargano y es el máximo asistidor de Peñarol; el volante es uno de los motores del equipo.

LA SANIDAD REVISA A HERNÁNDEZ

Lucas Hernández es quien encendió las alarmas en Peñarol luego de haber chocado contra un rival cuando se terminaba el primer tiempo del partido ante Rampla Juniors jugado el sábado pasado. Fue rodilla contra rodilla y el lateral zurdo no salió al segundo tiempo. La sanidad trabajará a destajo para ver si puede llegar al importante partido del domingo ante Defensor Sporting.