Peñarol vio una luz... allá lejos

En medio del panorama aterrador que atraviesa Peñarol en el Apertura, el triunfo que lograron los aurinegros sobre Fénix por 2-1 ayudó el domingo a mitigar tanto sufrimiento, pero no terminó de tranquilizar al preocupado hincha mirasol que no gana para sustos y padece de singular forma el recorrido de su equipo en el actual semestre. Aguiar le regaló con sus pases algo de esperanza, pero la defensa terminó con cualquier ilusión. Y a los que pueblan la tribuna se les hace difícil digerir el presente del equipo de Jorge Goncálvez.

En un partido de discreto nivel, a tono de dos equipos que están en el fondo de la tabla (Peñarol undécimo, Fénix decimocuarto), al fútbol de ambos le faltó buen manejo de balón y sorpresa. Fue por eso que el encuentro transcurrió a los pelotazos, a la patriada de alguno de los 22 protagonistas y a la velocidad de los delanteros de cada equipo que jugaban al error del rival para inflar las redes.

A través de esa fórmula, pelotazos a las espaldas de zagueros y corridas, Fénix generó en los primeros 13 minutos dos situaciones de gol de Cecilio Waterman que evitó el golero Danilo Lerda. El albivioleta dejó en evidencia las fallas de la última línea de Peñarol, que ayer tuvo a Bizera –que el técnico utilizó pensando en el clásico, por la experiencia del zaguero en esos partidos, en detrimento de Viera– en un discreto nivel y sufrió la velocidad del panameño.

Con la misma moneda le pagó Peñarol, un minuto después de la última acción de riesgo de Fénix. Esta vez, un pase perfecto de Aguiar, el mejor de los aurinegros, lo aprovechó Mauro Fernández a las espaldas de los defensas y Núñez terminó la obra cuando el argentino mandó la pelota al medio. Premio y castigo. Reconocimiento a la efectividad de los aurinegros, cachetada para los marcadores.

El primer tiempo se terminó ya a los 22 minutos con otra corrida que Jonathan Rodríguez no pudo transformar en gol porque Mejía evitó la caída de su arco. El resto de ese período sobró, porque le faltó juego a los dos equipos. La pelota avanzó en cámara lenta. Peñarol no pudo disimular que tenía en cancha un equipo partido y muy estirado, con escaso protagonismo en ofensiva.

Para el segundo tiempo, el técnico Goncálvez se vio obligado a incluir a Zalayeta por Núñez, lesionado, y nada cambió el escenario. Por el contrario, Peñarol sufrió los errores del lateral Maxi Gómez, que Fénix no supo aprovechar.

Cuando el partido transitaba sin emociones, otra vez se inspiró Aguiar, que hizo lo mejor que sabe y dejó de cara al gol a Jonhatan Rodríguez, que estableció el 2-0.

Lejos de resignarse, Fénix fue por el empate. Se acercó con el gol de Maxi Pérez, tras gran pase de Papa. Pudo igualar en el final, con el gol olímpico que estuvo a punto de convertir Novick. También Peñarol aumentar cuando un tiro libre de Aguiar se estrelló en el palo.

Ganó Peñarol, que es mucho decir por estos días, pero el equipo de Goncálvez sigue transmitiendo esa imagen desoladora, que genera preocupación al hincha de cara al clásico del domingo. Jugando así no puede ganar.