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Peñarol, por una cabeza
Sufrió la velocidad de Waterman, se vio maniatado por el gran planteo táctico de Defensor Sporting y se salvó raspando de una acción donde no quedó claro si la pelota entró o no. Así y todo el que ganó la final por la Tabla Anual fue Peñarol. En el último segundo y con un gol de pelota quieta del Cebolla Rodríguez. Por eso, este domingo puede quedarse con el Campeonato Uruguayo si vuelve a vencer.
En esto del fútbol, con merecimientos no se ganan los partidos. Defensor fue más. Impuso condiciones, controló a su rival y el ritmo de juego. Y generó más en ataque (ocho situaciones de gol contra cinco).
Tal como intentó hacer –con suerte dispar– hace un mes en el Campeón del Siglo por el Clausura, el violeta salió decidido a bajarle revoluciones al fútbol de Peñarol.
Y lo logró, porque durante 40 minutos impuso su libreto. Jugó en largo desde el fondo, controló la gestación de juego de Peñarol bien lejos de su área y aprovechó los espacios que encontró en ataque explotando la velocidad de sus delanteros.
Como estaba previsto, Matías Cabrera siguió celosamente desde la posición de enganche los movimientos de Walter Gargano y le puso una traba a la gestión de pelota del aurinegro.
Al mismo tiempo, Carlos Benavídez se adelantó desde la posición de doble 5 que conformó junto a Mathías Cardacio y frenó el impulso que el Cebolla Rodríguez le da al equipo aurinegro desde el callejón central.
También Cardacio tomó una referencia personal, la de Maxi Rodríguez como corolario de lo cual, Peñarol se quedó sin circuitos de juego.
La pelota se dividió, el ritmo de juego fue más lento que frenético y el que se sintió más cómodo fue el violeta (vestido de blanco) porque en la medida en que aprovechó la posición en la que Peñarol suele parar su línea de cuatro final tuvo en Cecilio Waterman velocidad y en Facundo Castro desborde y habilidad para llevar peligro sobre el arco de Kevin Dawson.
El golero aurinegro tuvo otra noche notable. Una ratificación que está hecho a la medida para un equipo grande: seguro para resolver las pelotas fáciles y determinante para aparecer en las difíciles.
El ex Plaza Colonia se quedó con el primer intento de Waterman sobre el primer palo y con un par de remates peligrosos (primero de Cougo, luego de Castro). También le salvó un mano a mano a Mathías Suárez.
Sobre los 35' se dio la jugada más polémica del partido cuando Ayrton Cougo metió un centro por izquierda y Waterman la punteó. El balón dio en el palo y Ramón Arias la sacó sobre la línea. Las repeticiones de la TV, desde varias ángulos, no terminaron de esclarecer la jugada por lo que hay que darle la derecha a Esteban Ostojich y a su primer asistente en no convalidar el gol.
Recién a los 40' apareció Peñarol, impulsado por la explosión que tiene por afuera con el Lolo Estoyanoff y Diego Rossi.
A los 44' Guillermo Reyes realizó dos notables atajadas para salvar a su arco. Primero ante Estoyanoff y luego ante Maxi Rodríguez.
Pero cuando parecía que Peñarol imponía su ritmo, abría la cancha y empezaba a desbordar al rival, Defensor Sporting sacó una contra que por cuestión de milímetros no fue mortífera. Waterman pasó a Formiliano y puso un sprint jamaiquino para llegar a la definición. Dio en el palo.
Entonces Ramos, que había mandado a la cancha a Cristian Palacios, optó por cuidarse. Metió a Guzmán Pereira y Franco Martínez.
Ambos empezaron a relojear el empate cuando en la última jugada del partido, un córner, el Cebolla aprovechó un notable centro de Lucas Hernández y una muy mala salida de Reyes para anotar de cabeza un gol que vale una ventaja grande para definir el Uruguayo. El domingo puede dar el golpe de gracia.
