Peñarol sacudió la melena

Después del empate y la paupérrima actuación en el Tróccoli –en la cuarta fecha del Clausura ante Cerro–, la derrota del fin de semana pasado frente a Danubio (quinta fecha) y los primeros 70 minutos del partido del viernes ante Central Español (sexta fecha), lo único que le importaba a Peñarol, por encima de cualquier otra aspiración, era ganar. De la forma que fuera. Y lo consiguió porque en los últimos 20 minutos el equipo de Jorge Da Silva encontró el fútbol por las bandas, en los últimos metros cuando Jorge Zambrana y Mauro Fernández le pusieron velocidad y fueron punzantes, Matías Aguirregaray se encontró más cómodo jugando por afuera que de doble cinco y los goleadores Juan Manuel Olivera y Marcelo Zalayeta mostraron su faceta más temible.

Ganó bien Peñarol, que además aprovechó la ventaja que en la recta final del partido dio Central Español, que se quedó con 10 futbolistas por la expulsión de Ronald Ramírez.

Pese a los problemas que tuvo para entrenar en la semana el equipo dirigido por Julio Acuña, como consecuencia de atrasos económicos, y de que los futbolistas se encontraron el viernes en el Estadio dos horas antes del partido, Central Español realizó un buen partido y un gran planteamiento, superpobló el mediocampo, reforzó la defensa, cubrió la subida de los volantes ofensivos de Peñarol (Zambrana por derecha y Walter López por izquierda) con dos carrileros, y así llevó el partido al lugar que quería.

Sorprendentemente –porque lo habitual es que el equipo grande maneje la pelota y el partido– y como sucedió ante Cerro y Danubio, el dueño del balón fue Central y los futbolistas de Peñarol corrieron todo el primer tiempo atrás de la pelota.

Pese a que dispuso del juego, le faltaron armas ofensivas a los del Parque Batlle para vulnerar el arco de Peñarol. Rosa estuvo muy cerca a los 24’, pero salvó Bologna, un disparo de Ramírez a los 36’ se perdió apenas afuera y un contragolpe a los 39’, después que Aguirregaray perdió un balón increíble, no se transformó en gol del local porque los delanteros no supieron completar la jugada.

Mientras eso sucedía, Peñarol sufría en la cancha, porque Aguirregaray estaba incómodo como doble cinco y erraba más de lo que acertaba, Novick estaba desbordado y los aurinegros no tenían soluciones para dominar el mediocampo. Además, los que tenían la función de abrir la cancha y llegar con peligro (Zambrana y López), estaban bajo control.

Pese a ello, cuando se apagaba el partido, un centro de Baltasar Silva, tras buen pase de López marcó el regreso del goleador Olivera, que estableció el 1-0.

En el complemento Central volvió a reflejar sus intenciones de pelear por el triunfo y tras un error de la defensa aurinegra, Álvaro Brun, que estaba en el lugar justo, encontró el gol del empate a los 69’.

A partir de allí Da Silva comenzó a acomodar el equipo con sus cambios y la expulsión de Ramírez. A los 65’ había mandado a Sebastián Cristóforo para ayudar a Novick, recostó contra la banda a Aguirregaray y mandó a la cancha a Mauro Fernández. Además, a Zambrana lo pasó a la izquierda. Fue entonces cuando despertó Peñarol, por la velocidad de los volantes y porque a los 73’, un centro medido y preciso de Zambrana para Zalayeta terminó en el gol del mejor jugador de la cancha y la ventaja para los mirasoles, que se ponían 2-1. Y para reafirmar el deseo de Peñarol de querer despertar del bajón que sufrió en marzo, a los 75’, tras un centro de Aguirregaray, Olivera estableció el 3-1 definitivo.

Ganó Peñarol y sumó puntos que necesitaba para mantener su liderazgo en la Anual y seguir en la lucha por el Clausura. Ahora tendrá que confirmar si definitivamente despertaron el equipo y el goleador o si lo del viernes fue solo una respuesta casual.