Peñarol juega a ritmo de campeón

Peñarol está dulce. Juega, toca, golea, lidera. Ganó sus últimos cinco compromisos y no recibió goles en ninguno de ellos. De a poco se va pareciendo a lo que Fossati quiere. Lo del primer tiempo ante Juventud fue algo pocas veces visto en los últimos años en el fútbol uruguayo: 10, 12, 15 toques en una misma jugada, desorientando al rival.

Peñarol está dulce. No solo hace goles de alta factura técnica, sino que cuenta con la liga que antes no tenía. Juventud fue un digno rival –pese al resultado final–, ya que lo complicó durante gran parte del encuentro, inclusive, cuando estaban 0-0. Pero no pudo con las buenas atajadas de Lerda –quien jugó por Juan Castillo, con una dolencia lumbar a último momento–, ni con los palos que dos veces jugaron en su contra.

El equipo hoy funciona como de memoria. Le sale todo bien. Presiona arriba y en el medio con un pressing feroz. Hasta Pacheco se tira al piso a marcar.

Las zozobras del fondo se pueden disimular bien porque los delanteros de Juventud, sobre todo, Jaime Báez, marraron varias oportunidades. De todas maneras, Báez fue un buen valor.

Pero claro, aparecen en escena Aguiar, Pacheco, Zalayeta y, sobre todo, Jonathan Rodríguez con su velocidad supersónica y complican a cualquiera.

Ese Peñarol del primer tiempo fue imparable. Los muchachos de Juventud estaban perdidos en la marca, no así en la gestación del juego.

Cuando en el fútbol funcionan las sociedades de mitad de cancha hacia arriba, es muy difícil que el adversario lo pueda contrarrestar. Entonces todo se le facilitó a los muchachos de Fossati.

Primero, Zalayeta le devolvió a Jonathan Rodríguez la gentileza del clásicos y llegó el 1-0. Eso descontracturó aún más a Peñarol, lo hizo jugar con más aire.

Así se vio un juego fluido, con mucho mayor volumen, con entradas en paredes al área rival, derribando todo lo que se antepusiera.

La jugada del segundo gol fue una obra de arte. Se juntaron los cuatro fantásticos y a cobrar. La empezó Jonathan Rodríguez, la cedió al medio y allí se juntaron Zalayeta con Pacheco, derivó para Aguiar y Jonathan entró por el segundo palo de Leonardo Burián para facturar cuando faltaban 2 minutos para el final de la primera parte.

Estaba bastante cantado que Peñarol no iba a poder mantener el ritmo, la velocidad y el vértigo. Y así fue. Juventud creció en el complemento con Puerari, Porcari y Báez en ofensiva y debió descontar.

El equipo de Giordano se hizo de la pelota, ganó el mediocampo y Peñarol se limitó a contragolpear. Pero, como se dijo, los goles pedrenses no llegaron por distintas circunstancias.

Bizera salió lesionado y la defensa ya no fue la misma. Después se fue Jonathan –también con un tirón– y apareció un declive en el juego mirasol.

Pero sobre el final, Pacheco frotó la lámpara con Zalayeta, y Carlos Núñez –jugó los últimos 14 minutos–, convirtió dos en los minutos de adición, el segundo de ellos, una exquisitez futbolística.

Peñarol fue un relojito. Funcionó otra vez muy bien y entonces mantuvo la punta de la tabla y sigue de fiesta.

PEÑAROL 4

Danilo Lerda 6
Joe Bizera 6
Carlos Valdez 5
Damián Macaluso 6
Jonathan Sandoval 5
Sebastián Píriz 6
Luis Aguiar 6
Jorge Rodríguez 5
Antonio Pacheco 7
Jonathan Rodríguez 8
Marcelo Zalayeta 7
DT Jorge Fossati