La Colombes estalla: “¡El domingo tenemos que ganar!”. Peñarol acaba de ganarle sufriendo hasta el final a Fénix y sigue líder del Clausura. Ganó con escasísimo fútbol y mucho esfuerzo, pero son tres puntos igual. Terminó pidiendo la hora y Fossati haciendo cambios defensivos que merecieron la reprobación de los hinchas.
Durante el primer tiemo, Peñarol debió soportar tres jugadas claras de gol por parte de Fénix. Fue una situación muy similar a lo que había ocurrido en la fecha anterior ante Sud América. La única diferencia -importante- fue el gol de Aguiar de tiro libre cuando se jugaban los minutos de adición.
Previo a ello, Valdez -casualmente, igual que ante los buzones- había salvado un gol en la línea tras una llegada de Lucas Cavallini. Luego, Pallas se lo perdió de cabeza y, finalmente, un centro de Juan Álvez se le metía en el arco a Castillo quien la sacó muy bien al córner. No es que Fénix haya sido más que el equipo de Fossati, pero manejó mejor los tiempos y mereció mejor suerte.
Peñarol había llegado con un tiro de Carlos Núñez que dio en el palo, y muy poco más.
Si bien Zalayeta se mostraba activo y con pelota al piso, no encontraba eco en sus compañeros de ofensiva y, como es tradicional, los carrileros -Mauro Fernández y el Japo Rodríguez- no desbordaron nunca. Entonces, de esa manera, es muy difícil crear peligro.
Además, en el rival se notaba un trabajo a destajo de Maxi Pérez y Aníbal Hernández en los relevos, lo que complicaba más al carbonero. También los centrales Perg y Pallas hacían muy bien los deberes cubriendo su sector.
Sin embargo, ese gol cuando todos habían sacado pasaje a los vestuarios porque se terminaba la primera parte, le daba un supuesto aire a Peñarol para el complemento.
Fue ahí que, el equipo de Fossati comenzó a jugar con el reloj de aliado y sin matarse en la cancha. Fénix, por su parte, no repetía el juego desplegado en la primera mitad y llegaba menos al arco de Castillo.
Jonathan Rodríguez, con una genialidad por la repentización de la jugada, tuvo el segundo con un tiro fuerte desde fuera del área que casi rompe el arco. Pero poco después, Fossati priorizó la marca y le dio ingreso a Orteman por el delantero.
Castillo le sacó un gol a Ligüera y poco después, Rafael García se lo tapó a Mauro Fernández.
El encuentro se hacía de ida y vuelta, pero sin inquietar en las áreas, ese lugar que a veces parece vedado para los equipos uruguayos.
Faltando 5 minutos, los hinchas de Peñarol contuvieron la respiración porque un tiro de Álvez pasó zumbando el palo. Y en la última jugada, otra vez Castillo salvó el empate.
Peñarol tenía que ganar y ganó. La punta esa un hecho y el clásico será otra historia.
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