Peñarol quedó hundido en el fondo del grupo 4 de la Copa Libertadores tras perder anoche 2-0 contra Atlético Nacional en Medellín.
Jorge Da Silva apostó por una integración totalmente defensiva (4-5-1) y realizó varios cambios con respecto al equipo que venía jugando pero no supo detener el fútbol moderno, fluido y ofensivo de los colombianos ni tampoco generar una sola acción de gol en 90 minutos.
El primer tiempo fue un suplicio desde el mismo arranque. Atlético Nacional piso el área con firmes intenciones de gol a los 43 segundos y Emilio Mac Eachen tuvo que improvisar una pirueta para evitar una tempranera caída de su arco.
La zaga aurinegra parecía vulnerable y el planteo defensivo no impidió la tenencia de los colombianos ni el manejo de pelota a alta velocidad en los últimos metros del campo.
A falta de espacios, los colombianos buscaron triangulaciones –con un muy alto índice de precisión– en los últimos metros del campo, incluso dentro del área aurinegra. Y así, las chances de gol comenzaron a sucederse una detrás de la otra. Daniel Bocanegra probó de tiro libre (5'), Marlos Moreno demostró su potente velocidad en un contragolpe letal en el que Gastón Guruceaga respondió con firmeza (9').
La fortuna jugó para Peñarol en un remate de Moreno apenas desviado (13'), en una acción donde Matías Aguirregaray la sacó sobre la línea (34') y sobre el cierre del primer tiempo donde una gran pared entre el venezolano Alejandro Guerra y Moreno terminó en remate del primero que se estrelló en el vertical izquierdo (43').
Ni en las pelotas quietas el aurinegro se mostró firme: prueba de ello fue que a los 15' Davinson Sánchez cabeceó tras un centro y la pelota pasó cerquita. Peñarol no tuvo intención ofensiva alguna. Miguel Murillo jugó en un alarmante estado de desolación y un remate desviado de Aguiar a los 41' fue el único intento del equipo en todo el período inicial. Poco y nada.
Por momentos, la tenencia de los colombianos y la falta de aprovechamiento de las situaciones ambientó alguna leve esperanza. Pero todo se derrumbó a los 54' minutos cuando Bocanegra –un especialista de remates de media distancia– encontró tiempo de sobra para buscar un remate que con un pique previo logró vencer la floja respuesta de Guruceaga.
Acto seguido, Peñarol fue traicionado por una instintiva respuesta de reacción. Entonces Víctor Ibarbo encontró espacios de sobra para lastimar con su zancada y con un enganche exquisito puso a Moreno de cara al gol. El centrodelantero esta vez no perdonó y con un tiro rasante concretó el 2 a 0.
Al partido le sobraron 30'. Los locales sacaron el pie del acelerador mientras Peñarol deambuló y acumula más preocupaciones.
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