Pellizcate: Los Teros cerraron el mejor año de su historia

Los Teros hicieron historia. En la lejana Namibia, ante un rival parejo en el ranking de World Rugby, Los Teros ratificaron el gran 2017 que hicieron. Ganaron 2-0 una serie de visita y ante un equipo mundialista. Y ratificaron también que la subida de escalón competitivo no es virtual, ni información parcial de un buen fixture.

De local o de visita, contra rivales a los que siempre se le ganó, pero también con los que se perdía y con los que se alternaba, Los Teros han dado un paso hacia adelante. Ganaron sus últimos 11 test matches, y 11 de sus últimos 12 partidos en general. Completaron 2017 con un notable registro de 11-3 (11-1 en tests), lo que les permite afianzarse entre los 18 mejores del mundo. Y con todo eso, preparar el gran objetivo: la eliminatoria ante Canadá, el 27 de enero y 3 de febrero. Lo anterior no asegura ganar ese duelo clasificatorio, pero sí pone a Los Teros llegando de la mejor manera que se recuerde a una instancia clasificatoria.

Las buenas noticias se apilan. Porque Los Teros se han acostumbrado a ganar, y no solo eso: a encontrar las herramientas para ganar según el rival, aún cuando las cosas no salen tan derechas.

Eso, como había pasado ante Rusia en la Nations, ocurrió en este segundo test ante Namibia. Salvo pasajes, estuvo lejos del dominio que mostró en el primer test. La defensa pasó mayores aprietos, sobre todo cuando le jugaron por afuera. La disciplina, si bien mejoró, siguió en el debe. El equipo desperdició dos veces ventajas de más de 10 puntos para quedar 36-34 a falta de pocos minutos. Lo bueno fue que otra vez, la jerarquía sacó la serie adelante.

En ese tren de ponerse trajes diferentes según la ocasión, Los Teros se pusieron decididamente la ropa de forwards para dominar. Pero además, cuando las cosas estaban complicadas, contaron con un comodín. Esta vez fue el medioscrum Santiago Arata, que entró en el segundo tiempo para apoyar los dos tries con los que Uruguay sacó la diferencia clave. Una semana antes la diferencia había sido Alejandro Nieto, o Rodrigo Silva. Lo bueno es que el equipo va mostrando alternativas, y se va haciendo sólido en varios aspectos.

Esa apuesta por los forwards dio resultado con un try en el juego corto y otro de Ormaechea a la salida de un scrum, luego de un maul que fue hacia adelante. Los Teros apostaban a jugar aunque ya no hacían tanta diferencia en el uno a uno como una semana antes, por lo que necesitaban herramientas extra.

Pero Namibia también sacó conclusiones y lastimó. Aprovechó la indisciplina uruguaya pero además apostó a meter velocidad por afuera, con backs veloces, que por fin encontró con un poco más de obtención que en el primer test. Y allí apareció una señal de alarma para los celestes: además de la defensa del maul, el juego por afuera mostró fallas de tackle y reposicionamiento, que un rival como Canadá intentará aprovechar. Así los namibios lograron irse al descanso con un 17-17, que tenía lógica aunque Uruguay había sido algo más.

Fue entonces que Los Teros decidieron insistir en la estrategia del juego corto y sobre todo del scrum, que les dio respuestas, para llegar a un nuevo try de Kessler.

Pero no fue una buena serie de la defensa, y eso se mostró casi enseguida, cuando Namibia conectó una de las pocas jugadas continuadas de toda la serie, haciendo daño por el eje y sobre todo por afuera. 22-22 y la sensación de que sería palo y palo hasta el final.

Pero allí apareció Arata. El, como dicen los ingleses, "difference making". El medioscrum de Christians está en un momento de juego superlativo, y el rugby uruguayo parece haberle quedado chico hace tiempo. Lo demostró a nivel internacional, siempre un paso antes de los rivales. Mirando el agujero en el ruck rival apenas en la salida del try namibio, para mandarse una de sus corridas y volver a poner a Uruguay arriba 29-22. Y un rato después, luego que el scrum y el maul volvieran a arrinconar a Namibia, otra vez ver el espacio en el ruck en una jugada desordenada, para atacar un bloque de tres forwards, escurriéndose como sabe hacer como nadie para poner el 36-22. Mención aparte para la efectividad de Uruguay, que en ambos tiempos consiguió tries casi de movida, lo que le ayudó a nunca estar debajo en el tanteador.

Como en el test 1, Namibia quemó las naves. Volvió a dominar el contacto, encontró penales y otro try de maul, esta vez por un ciego mal defendido. Y cerca del final, otro try por afuera producto de una larga corrida; cierto sí, con el calor como un factor, pero ratificando que en ese aspecto del juego no fue una buena serie uruguaya. Partido 36-34 y la chance de una dolorosa remontada.

Pero si hay algo a destacar de este equipo es el oficio. Porque esta vez, más allá de un error puntual, sí supo manejar los tiempos. Y en ese instante muy difícil, con el rival crecido, la hinchada encendida y el calor agotador, supo bajar revoluciones, meter una defensa de ruck vital para lograr recuperar la pelota, jugar con criterio en ataque hasta conseguir el penal y cerrar el partido con una parada da Favaro –que tuvo 13 de 15 aciertos en toda la serie- para cerrar el 39-34.

Fue victoria. Fue serie 2-0. Y, aun con errores a corregir, fue la ratificación de que estos Teros están en uno de los mejores momentos de su historia.