Pasión y sacrificio

“Ayer dormí cinco horas”. “A mí mañana me tocan cuatro y media”. “Odio los celulares que te dicen las horas que vas a dormir”. Los diálogos se cruzan en la puerta del gimnasio de la Plaza Nº12 de Deportes. Son las integrantes del plantel femenino de hándbol que se preparan para una práctica. Es tarde en la noche. Pero para ellas recién es el comienzo.

Este domingo, este mismo grupo debutará en el Campeonato Panamericano de República Dominicana (hora 13.30 de Uruguay, contra Canadá). El Observador compartió antes una práctica para conocer sus historias.

"Duermo poco, trabajo todo el día", contó una de las arqueras, Rossina Soca, fisioterapeuta de 25 años que trabaja en dos clínicas.

"Entre semana trabajo de mañana y mis fines de semana siempre son bien cargados: como soy profesora de Educación Física trabajo el sábado de mañana, de tarde entreno con Layva, mi equipo, el domingo dirijo a las menores de Layva y juego con las mayores", contó Paula Fynn, de 25 años, quien está terminando la carrera en el ISEF.

Soledad Faedo cursa el último año de Abogacía y trabaja en Mercado Libre. "Hago muchas cosas en poco tiempo", explicó.

La única profesional del grupo es Paula Gambera, quien juega en Ferrara de Italia: "Allá hago tres veces por semana musculación, entreno todas las tardes y juego los sábados".

Ornella Palla es licenciada en comunicación y trabaja en la Intendencia. Después están Alejandra Ferrari, Eliana Falco y Mariana Gómez que también son profes de Educación Física o Daniela Scarrone que es técnica en administración contable.

Las demás son jugadoras que se han sumado de las junior (sub 20) y todas son estudiantes.

Cuando tienen que definir qué sienten por este deporte, la palabara "pasión" gana por destrozo.

"Es lo más lindo que tengo en mi rutina", dice Fynn. "Es satisfacción, es compromiso, es muchas cosas", expresa Palla. "Es una gran parte de mi vida, es por amor", cuenta Faedo.

El estilo
Este equipo de Uruguay buscará en Dominicana uno de los cuatro cupos para el Mundial de Serbia.

"Nos jugamos todo en los tres primeros partidos (Canadá, Venezuela y Paraguay; el otro es Argentina, favorito)", explica Ricardo Colamonicci, uno de los entrenadores.

"Me costó la adaptación, tenemos un juego mucho más rápido, nosotros teníamos una estructura de juego con una defensa mucho más plana 5-1 o 6-0 donde internacionalmente nos ha funcionado a veces sí a veces no. Este juego es con una defensa mucho más abierta donde se busca mucho más correr, jugar más rápido y todo es un proceso de adaptación", explica Fynn.

"Queremos inculcar en mayores nuestra idea de juego, está costando pero se van a adaptar", dice Miguel Berger, el otro DT.

¿Y mañana?
El año que viene se inicia un nuevo ciclo olímpico con los Juegos Odesur que clasifican a los Juegos Panamericanos de 2015. Ahí estará en juego un solo cupo para los Juegos Olímpicos de Rio 2016 donde Brasil -la gran potencia continental- ya está adentro.

¿Es soñable el Juego Olímpico? "Por primera vez sí. Se perfilan Argentina y Cuba, pero se puede llegar a conseguir si te preparás bien y el partido se te da. A Argentina le ganamos en el Mundial 2011 pero en el Sudamericano nos ganaron bien. Están mejor que nosotras, pero...", se anima Sole Faedo.

Soñar es posible. La Dirección Nacional de Deportes lo tiene en cuenta. Solo el año pasado invirtió en el hándbol US$ 300 mil. Las junior y juveniles respondieron con platas panamericanas y muy buenas presentaciones mundiales.

Para este viaje pusieron US$ 42 mil para que ninguna jugadora tenga que sacar de su bolsillo para ir a defender la celeste.

Porque ahí está el orgullo máximo. Salir a pelear contra el que sea con este amateurismo a cuestas.

"En lo físico se siente, porque todas las selecciones entrenan doble horario y nosotras lo hacemos después de una jornada laboral o de estudio. Pero nosotras ya sabemos que esto es así", finaliza Sole. Pura pasión. Puro sacrificio.