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Pacheco: "En la vida me pasaron cosas increíbles"

El capitán aurinegro habló de todo; desde que los hinchas lo esperan en la puerta de su casa para firmar un autógrafo hasta del día más doloroso, cuando le anunciaron que se tenía que ir de Peñarol
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29 de mayo de 2013 a las 19:35

"A mi me pasaron cosas increíbles a nivel personal y a nivel familiar. Situaciones que me sorprenden día a día. ¿Cuáles? Ufff… ¡Son muchas! (Hace una pausa, escarba en los recuerdos) Desde salir a la calle y encontrarme con que hay gente que hacía rato me esperaba en la puerta de casa a que saliera para que le firmara un autógrafo o sacarse una foto, a que me toquen timbre para eso. Son cosas que llaman mucho la atención. A mi me parece que está bueno, porque el reconocimiento de la gente es algo muy lindo y cuando a alguien le sucede eso lo tiene que atesorar mucho, que es lo que hago. Trato cada día ser como fui siempre, muy respetuoso de mi profesión, muy respetuoso con la gente. Trato de manejarme como me gusta que se manejen conmigo. Es una cuestión de ida y vuelta”, explica Antonio Pacheco (37 años), el capitán de Peñarol, y los ojos brillan por la emoción con la que recuerda algunos de los momentos de su vida.
La práctica en Los Aromos terminó hace una hora y afuera del complejo deportivo, donde el futbolista de Peñarol habla con El Observador, esperan más de 30 personas. La mayoría de ellos ya se sacó una foto o se llevó el autógrafo del ídolo, pero quieren saludarlo otra vez, palmearle la espalda. Después de la entrevista, cuando el futbolista se retiraba, uno de los niños a los que Tony le expresa en broma que ya le había firmado, le responde: “Sí, pero no me firmaste el número”.


Es fantástica la demostración de la gente, la adoración que tiene por usted. Se lo planteo porque procura bajarle el perfil, pero hace una hora, cuando concluyó el entrenamiento, después que le firmó un autógrafo a un hombre de más de 30 años que vestía la camiseta de Peñarol, se dio vuelta y salió gritando y saltando como si fuera campeón del mundo.
(Mira sorprendido, abre bien los ojos) Muchas veces no me doy cuenta de esas situaciones. Pero ya te digo: es la forma de transitar el deporte, de tratar de alguna manera de la mejor forma a quienes vienen a verte desde muy lejos. Es mi forma de transitar el deporte. Siempre fui así, no es que lo haga ahora y antes no. Es parte de lo que hacemos.

¿Cómo fue posible construir su carrera?
Con profesionalismo, respeto y amor por esta carrera. Traté siempre ser de la misma manera, en cuanto al profesionalismo independientemente de las situaciones, porque el fútbol tiene de todo. Pasan muchísimas cosas en la carrera, más allá de que lo que vos vivís en el fútbol es en un tiempo breve, pero tan vertiginoso que los vaivenes son muchos y muy cambiantes. Al tratar uno con respeto y profesionalismo su trabajo, a veces tarda, pero seguramente llega la recompensa.

¿Qué es ser profesional? ¿Entrenar, descansar, alimentarse bien?
En el fútbol es un combo de muchas cosas porque nosotros vivimos de nuestro físico. Tenemos que dedicarnos plenamente a nuestra carrera. Cualquier cosa que hagas que no sea puramente profesional, no estás haciendo bien tu trabajo. Esto mismo es para cualquier orden de la vida. Entregarse a la carrera es lo primordial.

¿Alguna vez no fue profesional?
Siempre fui profesional. Quemé etapas de mi vida a cada momento. Porque siempre digo que hay tiempo para cada situación. No se puede vivir a destiempo, porque las pagás.

¿Tuvo cumpleaños de 15? Porque es algo que deben sacrificar en general los futbolistas que aspiran a ser profesionales.
Muy pocos, porque subí muy joven a Primera división. Cuando elegís esta carrera hay cosas que tenés que dejar de lado, por una cuestión natural. Me acuerdo que muy temprano de mañana cuando iba a tomar el ómnibus para ir a Las Acacias, mis amigos venían del baile. Que no quiere decir que yo no haya salido a bailar. No tiene que ver una cosa con otra, pero hay momentos y momentos en las carreras de todos nosotros. Para la mayoría los fines de semana son momentos para compartir con la familia, para nosotros es una concentración y un partido, en el que tenemos que poner en práctica lo que trabajamos en la semana y hacerlo bien para que la gente vuelva contenta a su casa. Son cosas que uno deja atrás de una profesión que es maravillosa.

Dentro de ese profesionalismo, cumplió cada etapa en su momento.
No se puede vivir ni pensar con 15 años lo mismo que con 35. Como en el fútbol se empieza muy joven, en mi caso me pasó que con 16 años entrenaba con gente que era mucho mayor que yo. Y era un adolescente, y la adolescencia la tenés que vivir en ese momento, porque si querés hacerlo más adelante seguramente lo vas a hacer mal.

¿Qué situaciones?
Situaciones de vida. No sos un hombre. Yo me crié en un barrio, y quién no se juntó con sus amigos en una esquina a charlar de cualquier cosa con 15 o 16 años. Es parte de la vida que uno tiene que hacer y a veces eso para afuera no está bien, pero hay que entender que son etapas. Por ejemplo hoy tengo la opción de haber formado una familia y comparto aquí con chiquilines que hacen lo mismo que yo a esa edad.

¿Qué les dice?
Lo justo y necesario. Intento transmitir experiencia atrás del juego. Si después consultan por situaciones, hablamos más.

Pero es un modelo de vida para esos pibes.
No lo tomo de esa manera sinceramente. Solo intento ser un buen compañero, y atrás de eso está el respeto, querer a la profesión como uno la quiere.

¿Cómo se puede ser profesional e hincha? Porque usted es hincha de Peñarol.
Sos profesional y tenés que pelear tu contrato como corresponde, pero Peñarol para mi es todo. Significó mucho en mi vida. Cuando tenía 11 años elegí jugar en Peñarol. Me vinieron a buscar de muchos equipos, pero quería jugar en Peñarol y sentía que no podía jugar en otro club por una cuestión sentimental. Porque iba a la cancha a verlo con mi padre. Por suerte me tocó jugar en Peñarol. Después tuve la carrera que tuve, salí por una cuestión de crecimiento económico. Porque uno aquí puede jugar toda la vida, pero no puede hacer la diferencia que consigue afuera. Y también uno aspira a tener bienestar para su familia.

Queda la sensación de que si tuviera que vivir la vida de nuevo rubricaría lo que hizo hasta ahora.
Sin dudas. No hay nada más lindo que haberse equivocado y acertado en la vida. Es parte del aprendizaje de la vida misma.

Hubo muchos episodios que lo marcaron, uno fue quinquenio siendo aún muy joven.
Era el niño mimado de aquel equipo. Entrenaba en Los Aromos y jugaba en Quinta. Entonces, de pronto, estaba compartiendo un entrenamiento con esos jugadores, el vestuario, la cancha… ¡y eras campeón! O participabas de un grupo campeón. Así ,hasta el quinquenio y tuve la suerte de estar en los cinco años. Después ganamos en 1999. Y todo eso siendo jovencito, porque no hay nada más lindo que transitar por el deporte y salir campeón con Peñarol.

¿La fractura que sufrió en el Apertura fue lo más doloroso y la situación más difícil que vivió en el fútbol?
No, lo más doloroso fue cuando me anunciaron que me tenía que ir de Peñarol. Las fractura es un dolor que pasa. El momento y la situación de la lesión es triste, por como lo vivió mi familia, mis amigos, la gente de Peñarol y por toda la expectativa que se había generado por mi regreso, pero sabía que esa situación iba a pasar, y que iba a volver a jugar. Y quería volver, pero volver para ser útil, porque de nada sirve hacerlo solo por el hecho de decir que volví. Lo peor de mi carrera fue cuando me dijeron que me tenía que ir de Peñarol y no solo por la situación en sí, sino por todo lo que se inventó atrás de eso. Porque por más que uno hable, muchas veces otros inventan cosas que no son.

¿Cuál es la historia oficial de su salida de Peñarol?
Que no iba a estar más. Me anunciaron que el técnico no me pretendía para ese momento del club, que no quería contar conmigo y nada más.

¿Después de eso habló con Aguirre?
No.

¿Hablaría con Aguirre de este tema?
No. No tengo nada que hablar con él. En su momento él no me dijo nada a mí.

¿Le hubiese gustado que le llamara? ¿O en esas situaciones el técnico no le tiene que decir nada al jugador?
La verdad, en ese momento hubiera sido indiferente lo que pudiera decir. Fue una decisión que tomó, que se avaló y uno la tuvo que respetar.

¿Lo mejor en ese momento fue hacer un viaje al exterior?
No, si me hubieran avisado antes de que no iba a seguir en el club, en una de esas no viajaba y me dedicaba a buscar un equipo para jugar.

¿Jamás imaginó ese final?
No, nunca.

Pero la vida tiene revancha. ¿Qué sintió cuando lo vinieron a buscar?
(Hace una pausa. Se queda pensando)

¿Ya había perdido la ilusión?
Me sorprendió. No me lo imaginaba, pero el fútbol es así y lo tomé como la posibilidad de volver a jugar en Peñarol. La gente de Peñarol y mi familia tuvieron mucho que ver en esa decisión. Igual que cuando Peñarol decidió no contar más conmigo, decidí seguir en el fútbol por una frase que me dijo mi señora: ‘Si vos le preguntas a tu hijo si quería que siguiera jugando, te va a decir que sí?’. En ese momento mi hijo aún no hablaba, obviamente, porque era muy chiquito. Y volví por eso, tuve la suerte de que Wanderers me abrió las puertas a través de Víctor Hugo Mesa y Daniel Carreño, en un club que desconocía y me trataron como si me conocieran de toda la vida. Y las cosas del fútbol: me volvieron a llamar y en esa decisión mucho pesó lo que viví en Wanderers, lo que viví con la gente de Peñarol en Wanderers, porque me iban a ver a los entrenamientos. Eso pesó en la decisión.

"Estoy muy feliz con la carrera que tuve"

¿Qué le faltó a Pacheco en su carrera?
Estoy muy feliz con la carrera que tuve, orgulloso de lo que viví, de haber tomado las decisiones que adopté, incluso cuando me equivoqué, porque en ese momento consideraba que era lo mejor.

¿Haber viajado muy joven a Europa fue un error?
En Europa tomé decisiones de cambio de equipo que fueron desafortunadas. Pero, como te decía, en ese momento me pareció que era lo mejor. La verdad es que me siento muy feliz con la carrera que tengo. Feliz, además, porque transité la mayor parte de mi carrera con Peñarol.

¿Qué equipo europeo lo marcó y por qué?
Todos me marcaron, porque de todos se aprende. En unos me fue muy mal y en otros muy bien. De Peñarol me fui a Inter y me encontré con una situación totalmente diferente a la que vivía: salía de un club en el que era campeón, estaba en un momento muy bueno de mi carrera y me tocó ir a un club en el que no participé. Si bien era convocado en todos los partidos, no tenía misma la continuidad en el juego que en Uruguay. Eso me enseñó mucho, porque pasé de estar en un momento fantástico a uno no tan bueno.

En Albacete disfrutó de momentos inolvidables, ¿verdad?
Fue el equipo que más me marcó. Conseguí los minutos que quería tener en Europa. Quedé como tercer goleador en la historia del club. Era un equipo de Segunda, que estuvo dos veces en Primera, una de la mano de Zalazar y otra conmigo.

¿En Inter dejó de sentir el fuego sagrado por el fútbol y en Albacete lo recuperó?
No, porque el día que se apague el fuego no juego más. Uno debe capitalizar los momentos incluso en las situaciones más adversos. De eso se trata. Hay que aprender de todo.

"Me siento muy bien"

Por edad está en el final de su carrera, sin embargo, ¿usted siente que aún queda Pacheco como jugador?
Me siento muy bien. Mi futuro depende de situaciones contractuales, que son las realidades que marcan momentos y, en este caso, es que al final de la temporada culmino mi contrato.

¿Está para seguir?
Muchas veces ponemos la cédula delante del rendimiento. El fútbol es otra cosa. Esos son los análisis facilistas.

¿Maneja la posibilidad de abandonar el fútbol para dirigir?
Mientras me sienta bien quiero seguir jugando. Cuando ya no sienta ganas de ir a entrenar habrá llegado el momento de abandonar, pero por ahora me siento muy bien y muy feliz.

¿Cómo sería como entrenador?
Un poco de todos los entrenadores que tuve.

¿Qué le diría a un niño de 10 años que sueña con ser Pacheco o un jugador profesional?
Que sea él, que se divierta, que todo aquello que quiera hacer, que lo haga. Si quiere ser futbolista, que deje todo. Y si elige otra profesión, que intente dejar todo. Ahí está el secreto de la carrera.

¿Y a los padres?
Sería muy irrespetuoso decir a los padres qué deben hacer con su hijo. Mis padres siempre me acompañaron.

¿Le exigían jugar bien?
No, nunca. Ellos me acompañaron en el fútbol y en la vida. Me enseñaron el camino.

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