Luego de correr y ganar su serie clasificatoria de 800 metros en los Juegos Olímpicos de Río 2016 casi que sin despeinarse, la atleta sudafricana Caster Semenya vuelve a estar en medio de la polémica por su género sexual.
Es que la corredora, por lo que mostró en la pista este miércoles, es firme candidata a llevarse el oro y, además, a romper nada menos que el récord más viejo del atletismo, de 33 años.
Por eso reaparecieron las voces críticas con la condición de la sudafricana, como la de la exatleta británica Paula Radcliffe, a quien cuando le consultaron por el casi seguro logro de Semenya, respondió: "Ya no se podrá llamar deporte".
La deportista africana está de nuevo en la cumbre del mediofondo mundial y aspira al oro en los 800m en de Río, Juegos a los que acudió con la esperanza de dejar atrás años de polémica sobre su género.
Semenya tendrá en Brasil la oportunidad de conquistar su primer título olímpico en la distancia en la que se dio a conocer en los Mundiales de Berlín en 2009, donde aplastó a sus rivales y se impuso con más de dos segundos de ventaja sobre la subcampeona.
Fue el principio del calvario para Semenya. El triunfo de esta atleta de complexión musculosa y voz grave suscitó interrogantes. ¿Y si no fuera realmente una mujer?Para comprobarlo, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ordenó una batería de pruebas médicas y suspendió a la atleta durante un año.
Finalmente autorizada a volver a las pistas en julio de 2010, se colgó una medalla de plata en los 800 metros de los mundiales de Daegu en 2011, resultado que revalidó en los Juegos Olímpicos de Londres al año siguiente.
A sus 25 años, la atleta parece gozar hoy del mejor estado de forma de su vida y, sobre todo, quiere zanjar la controversia.
"No tengo tiempo de hablar de esto. Soy una atleta y me concentro sobre todo en los problemas que me conciernen: entrenarme, obtener resultados, comer, dormir", explicó el mes pasado durante los campeonatos de África en Durban. "Esta historia no forma parte de mi", agregó.
Los exámenes de Semenya nunca se hicieron públicos pero la IAAF decidió tomar medidas para limitar la participación de las mujeres que padecen hiperandrogenismo. Esta secreción excesiva de andrógenos provoca un incremento del nivel de testosterona, hormona que aumenta la masa muscular y mejora el rendimiento.
Según informó la BBC, en ese lapso la atleta estaba habilitada para correr pero con la condición de someterse a un tratamiento mediante el cual bajara su producción de testosterona por debajo del máximo nivel permitido, que es de 10 nanomoles por litro de sangre, lo que equivale a tres veces por encima de los niveles del 99% de las atletas mujeres.
"No me gusta que los atletas, sea cual sea su disciplina, sean demonizados. Estamos hablando de seres humanos", dijo el presidente de la IAAF, Sebastian Coe.Bajo esa medida, la carrera de Semenya se vino abajo, con tiempos inferiores a sus mejores conquistas. Fue plata en el Mundial de 2011 y en Londres 2012, pero muy lejos del 1:55.45 que había logrado en los 800 de Berlín 2009. El año pasado no clasificó al Mundial de Pekín y tampoco a los de la Commonwealth en 2014.
Los rendimientos se venían a pique, pero la IAAF tuvo que cortar con esa condición. El año pasado, el Tribunal de Arbitraje (TAS) suspendió temporalmente esa reglamentación y pidió a la IAAF que demostrara que el exceso de testosterona es una ventaja para estas deportistas.
¿Qué pasó? Una atleta india, Dutee Chand, calificada como intersexual, se negó a tomar un medicamento para limitar la producción de testosterona de su cuerpo, por lo que fue excluida del equipo de su país, informó la BBC. Ante esa situación, denunció lo ocurrido al TAS y este determinó que la deportista había sufrido una medida discriminatoria.
El fallo obligó a la IAAF a dejar de lado esa medida y esa decisión le dejó a Semenya el campo libre para competir en Rio, sin controles.
La corredora ha recibido el respaldo del presidente de la IAAF, Sebastian Coe. "No me gusta que los atletas, sea cual sea su disciplina, sean diabolizados. Estamos hablando de seres humanos", dijo al margen de los campeonatos africanos.
"Es claramente favorita para el oro olímpico" en 800 m, opina Hezekiel Sepeng, manager del equipo de atletismo de Sudáfrica, sobre la atleta.
De vuelta bajo los focos, Semenya quiere olvidarse de la época que describió como una "invasión de su intimidad". Prefiere recordar al desaparecido presidente sudafricano Nelson Mandela, que la apoyó en las "horas sombrías" de su suspensión.
Semenya, que estudia Ciencias del Deporte en la Universidad de Potchefstroom, en el noroeste de Sudáfrica, desconfía de los medios y rechaza la mayoría de entrevistas."Es habladora y se siente más libre cuando está con gente de confianza. Y si no le gusta algo lo dice directamente", explica Sepeng.
"Estoy contenta de haber vuelto a las pistas, he pasado por muchas cosas", afirmó la atleta en abril al dominical sudafricano Sunday Times. "Vuelvo con mucha motivación. Mi objetivo es ir a Rio y ganar el oro", afirma la atleta que se casó el año pasado con su compañera Violet Raseboya.
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