Según un testimonio clave, el expresidente estadounidense Donald Trump y muchos de sus colaboradores sabían que sus partidarios que intentaron tomar el Capitolio el 6 de enero de 2021 para invalidar el escrutinio que lo daba como perdedor en la elección presidencial estaban armados, pero insistió que los dejaran entrar. Así lo declaró una asistente del jefe de gabinete de Trump, con despacho en la Casa Blanca, que reveló que su intención era unirse a la manifestación y tuvo un ataque de ira contra el servicio secreto que se lo impidió.
Cassidy Hutchinson, de 25 años y asesora principal del jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, testificó ante el comité que investiga el aparente golpe de mano que intentó el mandatario cuando perdía las elecciones frente a Joe Biden. Se lo considera una prueba clave ya que ocupaba un despacho a metros de la Oficina Oval (el despacho presidencial) y hablaba a diario con su jefe.
La mujer dijo que todo el personal superior del gobierno conocía el “potencial de violencia” planeado, pero igual dejaron que siguiera adelante. Trump dijo que "no están aquí para lastimarme, déjalos entrar" y hasta quiso sumarse a la marcha hacia el Capitolio.
“Se abalanzó sobre el volante de su limusina presidencial después de que le dijeron que no podía ser llevado al Capitolio. Finalmente fue devuelto a la Casa Blanca”, contó en referencia al comportamiento del Servicio Secreto, encargado de la custodia de los presidentes norteamericanos.
Mientras la mujer declaraba ante el comité parlamentario que investiga el ataque al Capitolio, Trump negaba todo desde su cuenta en su plataforma Truth Social. “No quería ni pedí que hiciéramos espacio para que personas con armas vieran mi discurso. ¿Quién querría eso?". También negó lo de la limusina “Ni siquiera hubiera sido posible hacer algo tan ridículo", dijo.
En un comunicado, el Servicio Secreto dijo que está cooperando con el comité y que responderá a las declaraciones de la testigo cuando se lo soliciten.
Hutchinson aseguró que en horas previas su jefe Meadows predijo que las cosas "podrían ponerse muy, muy mal" y que cuando le informaron que los partidarios de Trump portaban pistolas, cuchillos y garrotes, Meadows apenas levantó la vista de su teléfono y dijo: "¿algo más?".
Según su versión, Trump se enojó cuando el fiscal general William Barr desestimó las afirmaciones de fraude electoral del presidente en una entrevista de diciembre de 2020, rompió la vajilla con rabia, y arrojó ketchup a las paredes de un comedor de la Casa Blanca. También se enfureció cuando el director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, dijo que el acto en el Capitolio podría ser "peligroso para el legado del presidente".
Durante su testimonio, Hutchinson recordó haber visto el tuit de Trump, condenando a su vicepresidente, Mike Pence, por carecer del "coraje" para anular los resultados de las elecciones.
"Como estadounidense, estaba disgustada... Era antipatriótico, era antiestadounidense, y estabas viendo cómo desfiguraban el edificio del Capitolio por una mentira", dijo Hutchinson, una republicana y ex empleada de la Casa Blanca que coopera con la investigación.
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