Tras la renuncia al Directorio, Larrañaga largó

¿Su renuncia al directorio tiene que ver con algún cuestionamiento interno a su liderazgo, propuestas de renovación o los movimientos de dirigentes e intendentes para crear una corriente nueva dentro del partido?

No. Ha sido manifiestamente claro que ha respondido a una actitud meditada desde hace largo tiempo –más de un año–. Mi permanencia obedecía a la intención de respaldar el inicio de gestión de (Luis Alberto) Heber. Sobre la renovación: el proyecto político de Alianza es el más revolucionario, renovador y removedor del sistema político nacional. Nadie ha promovido tantas instancias de renovación, generacional, ideológicas y de posicionamiento político. En los cargos de contralor que tiene el sector le dimos protagonismo a gente joven y capaz. En el banco Central el economista Washington Ribeiro, en la CND al doctor Rodrigo Goñi, en la Agencia de Vivienda a Juan José Bruno, en ANCAP a Carlos Daniel Camy y a Sandra Etcheverry en la Corte Electoral. Esa es demostración que la renovación no es discurso sino real. Tenemos raíces muy firmes del nacionalismo más ancestral, pero además estamos a la altura de los nuevos problemas que tiene Uruguay. Nacionalismo moderno, sin ataduras ni complejos. El Partido Nacional tiene chance de llegar al gobierno por el rol que ha jugado Alianza desde su creación hasta la fecha. Sin Alianza el Partido Nacional no es alternativa.

¿Cuánto influyó la controversia que tuvo el directorio con los intendentes por la patente única durante el año pasado? ¿En sus aspiraciones electorales necesita más el apoyo de los intendentes que del directorio?

Fue un episodio sobre roles, los intendentes defendían una posición y los legisladores otra. Diferencias naturales en cualquier organización viva. Pero le reitero, mi decisión no responde a especulaciones o conveniencias de momento. Me fui porque sentí que cumplí una etapa.

¿El objetivo de su renuncia al directorio es tener las manos libres para actuar como crea conveniente en su relación con el gobierno?

Siempre tuve las manos libres, como expresé en la carta de renuncia, nunca tuve más ligazón que con mis ideales, mis principios y mis convicciones de blanco y patriota. Me siento más blanco y nacionalista que nunca, porque la libertad es el ámbito donde los blancos somos más útiles para el país. Nada es más blanco que un espíritu libérrimo. Cuando el doctor (Luis Alberto) Lacalle, que presidía el directorio se fue, no hubo tantas suspicacias. No las entiendo. Yo respeté aquella decisión y busco que se respete la mía.

¿Busca moverse sin ataduras para construir su nueva candidatura a la Presidencia?

No le quepa duda, voy a ser precandidato por el Partido Nacional y voy a buscar ser el candidato único del partido, con el objetivo claro y firme: ganarle al Frente Amplio, ganar la Presidencia y llevar a los blancos al gobierno. Represento un proyecto que hasta el momento no tuvo la oportunidad de ser gobierno, el Wilsonismo moderno: justicia social, igualdad de oportunidades, premio al esfuerzo – acá se castiga al esfuerzo y al éxito–, cultura del trabajo y solidaridad.

¿Su renuncia tiene que ver con que Pedro Bordaberry opera libre en el Partido Colorado tras dejar la Secretaría General y esa es la forma de competir con él?

No. Nunca me muevo en función de ningún otro referente político, ni de adentro ni de afuera del partido. Me muevo en función de las necesidades de la gente y mis convicciones para darle respuestas y soluciones. Hay líderes conducidos por la opinión pública, las encuestas y los asesores de imagen, y hay referentes que lealmente, en el acierto o en el error buscamos seguir un camino, construir una ruta país, y quienes piensen como nosotros nos sigan.

¿Cómo observa la interna del partido con Unidad Nacional que reclama ser oposición cerrada al gobierno y Alianza que tiende puentes para acordar políticas públicas y acompaña al gobierno en algunas iniciativas?

Mire, es la diversidad que construye unidad. Hay roles distintos que cumplir y formas de ejercer la política. En el Frente hay 10 posiciones sobre cada tema y nadie se extraña. No hagamos tormentas en un vaso de agua.

¿Cuáles son entonces sus planes políticos inmediatos para 2012?

Reforzar la militancia y el trabajo, dedicarle más tiempo a la organización del movimiento para hacer que los blancos cada vez seamos más. Trabajando en cada barrio del interior, en cada pueblito o villa y en cada uno de los barrios del gran olvidado de los blancos que es Montevideo.

Practicando un nacionalismo de respuestas, de patria grande, más abierto, democrático, estando más y más con la gente.

¿Le tomará el pulso a la dirigencia de Alianza Nacional para ver si respaldan su liderazgo?

Los liderazgos no se auscultan, son o no son. Un dirigente es lo que la gente quiere que sea. No tengo que andar pidiendo permiso a nadie, construyo un camino y el que quiera acompañarme me acompañará. He trabajado siempre por mi partido, no tengo que dar examen de blanco. He apoyado al partido en situaciones incómodas, como en 1999 o en 2009. Siempre estuve al servicio de mi partido. Me podrán empatar en la condición de blanco, pero nunca ganar. El día que no tenga el respaldo de la gente seguiré luchando por mi querido Partido Nacional desde la trinchera que sea.

¿Cuáles cree que son los puntos de la gestión del gobierno donde los blancos deben hacer hincapié para ganar las elecciones?

La herencia Tabaré Vázquez: seguridad, educación, salud, vivienda e infraestructura. Y la falta de gestión del actual. Un enorme internismo que traba o busca trabar la gestión. La dependencia con los corporativismos y sus presiones, a las que el gobierno muchas veces cede. Este es un gobierno condicionado por sus prejuicios. El desgaste de la gestión, tanto en Montevideo con 25 años de pésima administración, como gestiones deficitarias en el interior. Falta de renovación, el FA es un conglomerado anquilosado y vetusto.

¿Mujica debe cambiar algunas personas para mejorar la gestión?

Yo no le pongo ni le saco ministros al presidente. El FA tiene todo el poder, sino gobierna bien es que no sabe, no puede, o no quiere.