Un grupo interdisciplinario de científicos examinaron el 10 de mayo de 2023 los cuerpos momificados para establecer su antigüedad y señas culturales.

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Suiza devolvió a Bolivia tres momias precolombinas de dos mujeres y un niño

Los cuerpos estaban desde 1893 en el país europeo y son de origen aimara, cultura establecida en el Altiplano boliviano entre los años 1100 y 1400
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20 de noviembre de 2023 a las 17:10

Este lunes, Suiza devolvió Bolivia tres cuerpos momificados de varios cientos de años de antigüedad y anteriores a la llegada de los españoles a tierras americanas. La devolución se produce en pleno movimiento a favor de la devolución de restos humanos, obras u objetos a su país de origen por parte de los museos occidentales.

La ceremonia fue llevada a cabo en el Museo de Etnografía de Ginebra (MEG), y su directora, Carine Ayélé Durand, destacó que la ciudad suiza hace “un gesto fuerte en términos éticos al devolver restos humanos a sus beneficiarios, como ya lo había hecho en 2014 a petición del pueblo maorí de Aotearoa”, el nombre maorí de Nueva Zelanda.

El dirigente municipal suizo Sami Kanaan, antes de devolver las cajas que contenían los cuerpos momificados a la ministra boliviana de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Sabina Orellana Cruz, dijo que “Ginebra, ciudad de paz y diálogo, sede de organismos internacionales, debe dar un ejemplo”.

Por su parte, Durand destacó que “lo que buscamos, más allá de la restitución, es una profunda reparación ética”.

Y en nombre de esa “ética” fue que las momias, pertenecientes a dos mujeres adultas y un niño, no fueron exhibidas en ningún momento durante la ceremonia. El periodismo allí reunido sólo pudo observar las grandes cajas dentro de las cuales se habían colocado los tres cuerpos humanos momificados en cuclillas.

Luego, las cajas fueron embaladas en grandes cajones de madera, sobre los cuales el cónsul boliviano en Suiza puso un sello para que viajen como “valija diplomática” a bordo de un avión.

Orellana Cruz dijo a la agencia de noticias AFP que “hoy para Bolivia es un reencuentro con nuestras raíces. Para nosotros, repatriar estos restos es la descolonización, encontrarnos con nuestros ancestros es esencialmente muy importante porque nosotros estamos en el camino de la descolonización”.

En los últimos años, el museo de Ginebra está comprometido, como señalaron en un comunicado, a facilitar la “devolución incondicional de restos humanos, bienes funerarios y objetos sagrados a sus legítimos propietarios”.

En 2022 tomó la decisión de no exhibir objetos compuestos por restos humanos, a menos que contara con el consentimiento del Estado o la comunidad en cuestión.

Aunque, como lamentó la directora del museo suizo, “con demasiada frecuencia, los restos humanos conservados en los museos son asimilados legalmente a objetos, mientras que las comunidades exigen que se inicie un proceso activo de rehumanización”.

Para enfatizar la complejidad del proceso, Durand señalo que “el museo sólo recibió hasta ahora tres solicitudes de restitución”.

Desde diciembre de 2022 las autoridades bolivianas vienen solicitando la devolución de las momias, inmediatamente después de que el museo, como parte de un programa destinado a “descolonizar las colecciones”, les informara que formaban parte de su inventario.

Los tres cuerpos tienen claras señales de las costumbres funerarias precolombinas de la región del altiplano cerca del lago Titicaca, y Orellana Cruz aclaró que las momias eran de las culturas pacajes de origen aimara, que se establecieron en la zona entre los años 1100 y 1400.

Las estructuras funerarias, las “chullpas”, que custodian este tipo de momias, tienen forma de torre, pueden alcanzar varios metros de altura y atraen a ladrones de tumbas y coleccionistas inescrupulosos.

Los cuerpos momificados habían sido enviados en 1893 desde La Paz a la Sociedad Geográfica de Ginebra por el ingeniero suizo Gustave Ferrière (1846-1916), que era el cónsul alemán en la ciudad por aquel entonces.

Según el museo, el traslado se había realizado sin el consentimiento de los propietarios tradicionales ni una autorización formal. Dos años después, en 1895, las momias fueron donadas al museo arqueológico, antes de integrarse en 1901 al patrimonio del antiguo museo etnográfico de Ginebra.

 

(Con información de AFP)

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