Todo se define en Inglaterra.

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Partidazo: el Real Madrid y Manchester City empataron y la serie queda abierta

El cuadro de Carlo Ancelotti y el de Pep Guardiola igualaron 3-3 por el encuentro de ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League en el Santiago Bernabeu.
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09 de abril de 2024 a las 16:01

Un auténtico show futbolistico en el que se vivió en el Santiago Bernabeu. Por contexto y calidad, uno de los mejores partidos del año sin dudas. Real Madrid y Manchester City igualaron 3-3, en el marco del encuentro de ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League en el Santiago Bernabeu, y todo se define el próximo miércoles en Inglaterra.

Bernardo Silva abrió el marcador a los dos minutos, Camavinga y Rodrygo lo dieron vuelta en un lapso de 120 segundos, luego fue el City el que revirtió el resultado con dos golazos de Foden y Gvardiol, y finalmente Federico Valverde con una volea sensacional dictaminó el 3-3 definitivo.

El encuentro comenzó con una intensidad altísima y con malas noticias para el Real Madrid: Aurelien Tchouameni fue amonestado tan solo a los 38 segundos del partido y llegó a la quinta, por lo que no estará disponible para la revancha. Tal es asi que, de esa misma infracción, surgió el golazo del Manchester City a los dos minutos de partido: Bernando Silva se avivó y, cuando todos esperaban el centro, el portugués remató al arco y estampó el 1-0.

El desarrollo del partido se tornó más que parejo y el Manchester City comenzó a manejar la pelota, siendo muy agresivo en ataque. Ambos equipos con sus armas buscaron variantes para lastimar al otro a base de pases y un juego muy dinámico. Rodri estuvo todo el tiempo pendiente de Jude Bellingham y fueron Kovacic y Foden los que presionaron a Kroos y Camavinga respectivamente.

El equipo de Pep Guardiola manejó los hilos del encuentro y por momentos intensificó las transiciones y por otros no. El Real Madrid sintió la falta de un mediocampista más adelantado para presionar en la salida del balón, ya que en la mayoría de las ocasiones Rodri o Stones recibieron solos. 

Sin embargo, cuando el Madrid buscaba huecos para profundizar, Camavinga rompió lineas, le dejaron subir ante una marca pasiva de Manchester City y sacó el zurdazo, que se desvió en la defensa y entró pidiendo permiso para establecer el 1-1 parcial.

No obstante, tan solo dos minutos después, la defensa del City quedó muy adelantada y expuesta, brindando mucho espacio en el fondo que aprovechó Rodrygo, ganó en velocidad y definió ante la salida de Ortega y firmó la remontada para el Real Madrid. Partidazo total en el Santiago Bernabeu.

Fútbol de alto nivel. La sensación era que el partido estaba abierto en todo momento ya que ambas defensas se mostron muy vulnerables y con varias falencias a la hora de cubrir espacios y tomar marcas. El Manchester City en reiteradas ocasiones quedó mal parado. Ante este escenario, el Madrid comenzó a ser mucho más vertical y ser más directo, a tal punto de recuperar y con tan solo dos toques generar una ocasión.

El constante movimiento hacia las bandas por parte de Rodrygo y Vinicius fueron clave para que se generen espacios en el centro del campo a favor del Real Madrid, ya que obliga a que uno de los dos centrales del Manchester City deje su lugar y se abra para tomar la marca. La postura del conjunto inglés se basó en tratar de romper el bloque defensivo con la sumatoria de pases y abriendo el juego, pero hubo una gran tarea defensiva del cuadro español.

Cuando el Madrid no tenía la posesión, el esquema fue un 4-3-1-2 bien marcado, con Valverde y Camavinga bien cerrados y Bellingham un poco más adelantado, tomando la marca de Rodri. Con el correr de los minutos, ambos bajaron el ritmo y comenzaron a estudiarse mutuamente para intentar descifrar los puntos débiles de cada uno.

El Real Madrid, con el resultado a su favor, optó por conservar la pelota y hacer que el City adelantó sus lineas. Esto, con el objetivo de generar huecos y salir rápido a la contra o activar rápido el ataque con los dos delanteros rápidos que posee. De esta manera se gestaron las chances más claras, con transiciones efectuadas por Vinicius y Rodrygo.

Erling Haaland prácticamente no participo del encuentro por que la manera en la que se desarrolló el cotejo, que no le favoreció a su juego, además de que perdió todos los duelos individuales con Antonio Rudiger. El partido se disputó como quiso el Real Madrid, con una base defensiva muy consolidada y sin sufrir. El City movió la pelota por todo el ancho pero no encontró huecos y pases para poder generar peligro. 

Fue un primer tiempo muy inteligente por parte del Real Madrid, que provocó que el desarrollo del mismo sea de la manera que lo favorezca. Tapó todas las vías de ataque del City, que en reiteradas ocasiones quedó muy expuesto y mal parado en defensa, lo que aprovechó a la perfección tanto Vinicius como Rodrygo. 

El cuadro de Ancelotti con poca posesión y pocos pases lastimó mucho, llegó más y fue más vertical. Todo lo contrario sucedió con el Manchester City, que si controló la pelota y movió el balón por todo el frente de ataque, pero no logró traducir ese manejo en peligro concreto. El cuadro inglés extrañó horrores a Kevin De Bruyne, el encargado de romper líneas y de acompañar más a Haaland en la ofensiva.

Para la segunda mitad el Manchester City mantuvo los mismos once, algo llamativo teniendo en cuenta el poco peso ofensivo que tuvo y teniendo en cuenta que su juego no fluyó en la mitad de la cancha. El Real Madrid, por su parte, tampoco realizó modificaciones.

En los primeros minutos del segundo tiempo se vió a un Manchester City con más iniciativa y claridad para atacar. Hubo mucha más movilidad de sus delanteros, en especial de Phil Foden y Bernardo Silva, para generar espacios y romper líneas por dentro. El Madrid, por su parte, de cierto modo lo invitó a jugar por adentro para ejercer una presión asfixiante en las bandas.

Ancelotti planteó un partido más físico que táctico, algo que le dió resultados. Una curiosidad extraña fue la posición de Haaland que, estando Tchouameni amonestado y al tener menos oficio por jugar en un lugar no natural para él, en todo momento se volcó del lado de Rudiger, quién le ganó todos los duelos.

Hubo un gran equilibrio posicional del Real Madrid en el centro del campo, ya que en ningún momento el City lo encontró desarmado o mal parado debido a que continuamente los futbolistas se hicieron los relevos constantemente. Muchas imprecisiones por parte del conjunto de Pep Guardiola, sobre todo de Rodri, algo muy poco habitual.

El Madrid se replegó muy rápido en defensa, lo que provocó que el Manchester City no pueda imprimirle velocidad a sus avances y transiciones. Sin embargo, en la unica jugada que Foden recibió sólo en el centro del campo, no perdonó: el inglés controló y con mucha facilidad sacó un furioso remate de zurda y colocó la pelota en el ángulo superior izquierdo y puso el 2-2.

No obstante, como hizo el Madrid al principio, ahora lo hizo el City con una rápida remontada: el jugador que nadie pensaba, Gvardiol, no encontró pase y remató desde fuera de área con la pierna menos hábil y firmó otro golazo para revertir el resultado y establecer el 3-2 a favor del conjunto inglés.

El libreto del partido cambió rotundamente. En dos jugadas aisladas el conjunto inglés remontó el partido y creció mucho en confianza, sobre todo con la pelota. Pese a que aún persistieron los espacios en la defensa del City, intensificó aún más la marca en el uno contra uno y comenzó a defenderse con la pelota.

El partido entró en un quiebre y se jugó poco. En una mala salida del City desde el fondo, Modric recuperó la pelota, jugó con Vinicius que colocó un gran centro al segundo palo y apareció Federico Valverde para poner el 3-3 con un golazo de volea. Una locura de partido el que se vivió en el Bernabeu.

El partido se tornó de ida y vuelta, sin un claro dominador aunque si con menos intensidad. La condición física del Real Madrid le jugó a su favor, ya que se lo notó más entero en ese aspecto y en los minutos finales fue algo determinante. Mantuvo la posesión el cuadro local ante un City que retrocedió unos metros y se replegó más atrás, sabiendo que el empate, por cómo se dió el cotejo, era una buena noticia.

El Real Madrid presionó y buscó más en el cierre del encuentro, apostando al juego aéreo con el ingreso de Joselu. En los minutos finales se tornó más atascado el juego, sin tanta fluidez y más empuje de cada uno. Un resultado que claramente le favoreció al Manchester City por tres factores: por cómo se dió el encuentro, porque define de local y, por supuesto, porque no perdió.

Un auténtico partidazo el que nos regalaron. Cabe mencionar que esto fue solamente el encuentro de ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League. En la primera mitad mereció más el Real Madrid, que perdonó mucho y estuvo mucho más asentado en el juego. Ya en la segunda mitad, el desarrollo se equiparó y surguieron algunos desajustes defensivos.

Todo igualado en el Santiago Bernabeu, resultado que no le cierra al Real Madrid por el hecho de no poder sacar ventaja en condición de local y que tuvo más chances de marcar que su rival. Los últimos antecedentes del equipo blanco en el Etihad no son esperanzadores, pero la eliminatoria está en cero.

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