El árbitro Jesús Gil Manzano protagonizó una de las polémicas más grandes de los últimos años el pasado sábado en Mestalla. El colegiado decidió finalizar el encuentro justo dos segundos antes de que Jude Bellingham marque el 3-2 para el Real Madrid en la última jugada del partido ante el Valencia, lo que desató la furia y el enojo de todos los integrantes del equipo blanco.
Cuando se cumplió el tiempo, Luka Modric lanzó el tiro de esquina desde la izquierda y el mismo fue rechazado por la defensa del Valencia, pero el mismo fue corto y la pelota permaneció dentro del área Ché. Apareció Brahim Díaz, capturó ese rebote, traslado el balón hacia la derecha y colgó otro centro que conectó Bellingham para marcar el gol. Sin embargo, cuando el inglés cabeceó, Gil Manzano decidió dar por finalizado el encuentro y tanto no subió al marcador.
De acuerdo con el reglamento, es un grosero error de árbitro ya que, en este caso, tuvo dos escenarios y elecciones posibles: la primera era dar por finalizado el encuentro en el rechace de la defensa del Valencia, quiere decir, antes de que Brahim capture el rebote. La otra opción era dejar seguir el curso de la jugada hasta que finalice o bien, no haya ocasión manifiesta de gol. Lo grave, es que Gil Manzano no eligió ninguna de estas dos opciones.
Asi figura en la regla 9 de la International Board, donde en su punto uno establece los escenarios cuando un balón no está en juego: "El balón no estará en juego cuando: 1.-haya atravesado completamente la línea de meta o de banda, ya sea por el suelo o por el aire; 2.- el juego haya sido detenido por el árbitro; 3.- el balón toque a un miembro del equipo arbitral, permanezca en el terreno de juego y además: 4.- un equipo inicie un ataque prometedor o el balón entre directamente en la portería o el equipo en posesión del balón cambie".
Según informan diversas fuentes arbitrales, es una enorme torpeza de Jesús Gil Manzano, que debió haber finalizado el encuentro en el despeje inicial de la defensa o haber dejado terminar la jugada.
La temporada pasada ocurrió algo similar, pero en otro contexto. Fue en el partido entre el Valladolid y el Sevilla, pero en esa oportunidad pasó lo mismo pero en el primer tiempo. Ortiz Arías dió por finalizado los primeros 45 minutos justo en el momento en el que el jugador del Valladolid, Escudero, golpeaba el balón que terminó en gol, pero que no tuvo validez al producirse al mismo tiempo que el silbatazo del árbitro.
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