En la búsqueda de una mente sana y ágil, es crucial identificar y evitar ciertos hábitos que pueden contribuir al deterioro de la memoria. En este artículo, exploramos de la mano de un destacado neurocientífico los 4 comportamientos que debemos evitar a toda costa para mantener la salud de la memoria en óptimas condiciones.
El deterioro de la memoria es un tema de gran relevancia en la salud mental, y comprender cómo ciertos hábitos pueden influir en este proceso es fundamental para preservar nuestra capacidad cognitiva.
La memoria es una capacidad increíblemente valiosa que nos permite retener y recordar experiencias, conocimientos y emociones. Sin embargo, a medida que envejecemos, esta habilidad puede verse comprometida si no tomamos medidas proactivas para cuidarla.
El neurocientífico Charan Ranganath, con más de 25 años de experiencia en el estudio del cerebro y autor del libro Why We Remember: Unlocking Memory’s Power to Hold on What Matters, ha identificado cuatro hábitos comunes que, aunque parezcan inofensivos, pueden tener un impacto negativo en nuestra memoria.
Siguiendo los consejos de Charan Ranganath, podemos adoptar un enfoque más saludable hacia nuestra rutina diaria, lo que no solo beneficiará nuestra memoria a corto plazo, sino que también contribuirá a una mejor salud cognitiva a largo plazo.
A continuación, exploramos estas prácticas y ofrecemos consejos sobre cómo evitarlas para mantener nuestra memoria en las mejores condiciones posibles.
Evitar la multitarea: la multitarea puede dañar la memoria y afectar el córtex prefrontal. Centrarse en una tarea a la vez y permitirse descansos mejora la concentración y la eficiencia.
Priorizar el sueño: la calidad y cantidad del sueño son fundamentales para la memoria. Se recomienda evitar estímulos como pantallas, cafeína y alcohol antes de dormir para mejorar el descanso nocturno.
Romper la monotonía: la variación de rutinas enriquece la memoria episódica. Introducir nuevas experiencias, personas y lugares en la vida diaria ayuda a crear recuerdos más vivos y duraderos.
Reforzar el aprendizaje: confiar menos en la capacidad innata de recordar e implementar técnicas de repaso y autoevaluación puede mejorar significativamente la retención de información.
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