Edgardo Barbosa, médico de Uruguay

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Los 23 años del doctor Barbosa en la selección: cuatro capitanes, cuatro estilos y mil anécdotas

El especialista de la celeste y un repaso de su historia y las tareas que desarrolló con jugadores de la talla de Francescoli, Paolo Montero, Lugano, Godín, Bengoechea y las nuevas estrellas
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26 de septiembre de 2020 a las 05:03

Calor y humedad. Dos rivales invisibles pero peligrosos se cruzaban en el camino de Uruguay. El clima caliente de Natal generaba inquietud. Los uruguayos saben de esas historias. Las sufren, las padecen.

El rival Italia. En juego la clasificación a los octavos de final del Mundial de Brasil 2014. La noche previa los capitanes Diego Godín y Diego Lugano lo llamaron y le dieron instrucciones precisas. “Acá no puede quedar nada librado al azar”. 

El especialista se reunió con el jefe de la sanidad Alberto Pan. Estudiaron el tema y llegaron a una conclusión: había que hidratarse con agua de coco. Parece mentira, pero fue real.

La biblioteca atiborrada de material de estudio

En tiempos de complementos, de estudios de urea en sangre y bebidas de reconocidas marcas que permiten una mejor hidratación, Uruguay afrontó un partido del Mundial tomando agua de coco. No fue una locura, fue producto de un estudio de un hombre que cumplió 23 años en la selección, que le ganó a las dudas de Lugano y que ha convivido con cuatro capitanes y sus personalidades en su historial personal en la

Edgardo Barbosa es uno de los tantos anónimos de la selección. Pero, a poco del inicio del proceso eliminatorio, su tarea cobra importancia.

¿Qué hace y cómo convive con las estrellas de la selección puertas adentro? Referí hace un repaso por la trayectoria del profesional. Sus vivencias y anécdotas más jugosas como la del día que Pablo Bengoechea le dijo en la plena preparación para jugar en la altura: “Doctor, ¿para qué me pone este reloj si sabe que yo voy a jugar igual?”

Barbosa se recibió de médico el 13 de diciembre de 1983. Al año siguiente se inició en la especialidad de cardiología. Un día se encontró con un viejo conocido con el que había sido compañero de clase, Alfredo Rienzi (médico de Peñarol durante muchos años). En la charla, Rienzi le sugirió concurrir a la cátedra de deportes que daba su padre, Walter. Y allá fue.

En mayo de 1986 Barbosa se recibió de cardiólogo y en noviembre como deportólogo.

De la B a la selección

Corría el año 1994 cuando el doctor Pedro Larroque lo llamaba telefónicamente para invitarlo a su primer trabajo vinculado al fútbol. Era para hacerse cargo de la sanidad de El Tanque Sisley que en ese entonces militaba en la B. Pero con un detalle: el cargo era honorario.

Un año después Larroque, al que considera su primer padre científico, lo llevó a la pretemporada de River Plate donde trabajó con Jorge Fossati y el profesor Alejandro Valenzuela.

Víctor Hugo Berardi

“Ahí comienzo a utilizar pulsómetros marca Polar que nos daban la frecuencia cardíaca de los jugadores. Y mire lo que son las cosas, ese mismo año Pedro (Larroque) me lleva a la selección uruguaya de báquetbol que terminó siendo campeona sudamericana de básquetbol en final contra Argentina. Colaboré en forma honoraria con el cuerpo técnico que comandaba Víctor Hugo Berardi y el profe Alberto Mena”, reveló Barbosa en charla con Referí.

Víctor Púa

Ese año, 1997, fue a ritmo de vértigo para Barbosa ya que fue invitado a testear a los jugadores de la selección sub 20 que viajó al Mundial de Malasia. El rigor de su tarea lo llevó solo a la selección mayor. Su primer trabajo fue hace 23 años. Entre mayo y junio de 1997 sometió a los jugadores a evaluaciones físicas en el estadio Charrúa.

Francescoli capitán

Enzo Francescoli

Las evaluaciones se realizaron previo a la Copa América de Bolivia 1997 donde Uruguay debía competir en la altura de Sucre y La Paz. Unos días después el equipo volvía para enfrentar a la selección local por las Eliminatorias.

La selección había decido realizar una aclimatación a la altura y Barbosa recibió el llamado del jefe de la sanidad de la celeste, Carlos Voituret que lo invitó a viajar con el plantel.

“Ahí, en los ratos libres, Voituret que fue mi segundo padre científico, me dejaba que fuera al Instituto Boliviano de biología de la altura donde obtuve material muy valioso sobre cómo competir en la altura. Ese instituto es auspiciado por Francia para las investigaciones”, rememoró el médico.

Sus máquinas personalizadas

En esa selección convivió con Enzo Francescoli como capitán y otros jugadores como Pablo Bengoechea, Rubén “Polillita” Da Silva, Álvaro Recoba y Robert Siboldi, entre otros.

“Francescoli era sumamente profesional. Recuerdo que teníamos solo cuatro pulsómetros y los íbamos cambiando a los jugadores para sacar conclusiones en la altura y no todos los jugadores tomaban de la misma forma que yo les colocara el pulsómetro, pero Francescoli como todo un caballero jamás dijo nada. Era el líder del equipo. Con un perfil europeo, muy profesional”.

La anécdota con Bengoechea

En determinado momento de las evaluaciones, al doctor Barbosa le tocó el turno de colocarle el pulsómetro a Pablo Javier Bengoechea.

El entonces capitán de Peña rol lo miró al médico y le dijo: “Pero doctor… usted sabe que si el resultado es malo, bueno o muy bueno, yo juego igual”.

En determinado momento del partido contra Bolivia, Pablo fue por la pelota y tres jugadores de la selección verde jugaron al monito con Pablo.

“Al volver al vestuario en el entretiempo del partido Pablo me encara antes de la charla del técnico Maspoli y me dice: ‘viste doctor que no necesitaba esos relojes que trajiste’. ¡En pleno entretiempo de un partido oficial de Eliminatoria!, recordó Barbosa entre risas recordando aquel hecho donde le terminó tocándole el hombro al 10 y diciéndole: “Vaya Pablo, vaya a escuchar la charla técnica”.

Uruguay quedó eliminado y no clasificó al Mundial de 1998.

Cuba y la era Passarella

Daniel Alberto Passarella

Finalizado el ciclo, lejos de sentarse a esperar, el doctor Barbosa se tomó un avión y se fue a Cuba para continuar adelante con su preparación. Y fue en el Centro de Alto Rendimiento donde aprendió una técnica de recuperación del deportista, y del futbolista en particular, que fue pionero en instrumentar en Uruguay.

Esa técnica le permitió incorporarse al grupo de trabajo del técnico argentino Daniel Passarella que desembarcó en Uruguay en 1999 de la mano de la empresa Tenfield.

“Fue toda una experiencia trabajar con Passarella y su cuerpo técnico. Ellos ya habían implementado esa técnica con Juan Carlos Massa en la selección argentina. Cuando ellos regresaron a su país el profesor Cohan recomendó a River comprar un aparato similar al mío para ver urea en sangre y analizar la fatiga acumulada en los días previos a los partidos”, expresó Barbosa.

De Julio a Paolo Montero

Paolo Montero

En la selección de Passarella el doctor Barbosa cambió de capitán en el plantel. Pasó de Francescoli a Paolo Montero. Se dio la particularidad de que el médico conocía a Paolo desde niño.

“Lo de Paolo está sí o sí netamente vinculado a Julio Montero Castillo. Conozco al padre y tengo anécdotas de la niñez de Paolo que andaba por la casa rompiendo las lamparitas a pelotazos. Heredó los genes del padre. Fue la continuidad de algo que había nacido con el padre”, expresó Barbosa sobre el excaudillo celeste.

Agregó que “Paolo tenía un perfil bastante diferente. Profesional también, pero se destacaba por la defensa de los compañeros y todos los colaboradores en todos los aspectos. Paolo le tenía mucho cariño a Walter Ferreira que desde que me conoció estuvo siempre intentando llevarme a Nacional a trabajar y lamentablemente no pudimos cruzarnos ni un día”.

Barbosa trabajó con Passarella en 1999, 2000 y 2001. Tras el alejamiento del argentino llegó Víctor Púa, al que conocía de las selecciones juveniles.

Su amplia base de datos

En el año 2003 la AUF contrató a Juan Ramón Carrasco como entrenador y Barbosa no fue llamado para trabajar en la sanidad de la celeste.

Hasta que el 5 de julio de 2005 Alberto Pan lo llamó y le pidió que comenzara a evaluar a los juveniles de Uruguay. Barbosa considera a Pan como su tercer padre científico.

“El 21 de marzo de 2006, un lunes, el Maestro me confirma en el cargo y desde ahí al día de hoy estoy en el proceso Tabárez”, expresó el médico.

Lugano, el nuevo capitán

Diego Lugano

De cara al nuevo proceso fue designado Diego Lugano como capitán. Al comienzo el zaguero miraba de reojo y con desconfianza al doctor Barbosa, como lo reveló el propio médico.

“Con el tiempo me dijo que al principio no tenía mucha confianza. Claro, Diego había estado en São Paulo con el fisiólogo Turibio Leite de Barros Neto, uno de los mejores de Brasil al cual visité en 2015. Su clínica es de un nivel impresionante. Entonces Lugano, luego de haber estado con Turibio, veía con cierto recelo mi trabajo pero de a poco me fui ganando su confianza”.

“Lugano tomó un rol de mucha ascendencia sobre sus compañeros, un perfil de defensa a muerte de todos los detalles”, contó Barbosa.

El médico vivió todo el proceso del cambio de la cinta de capitán en pleno Mundial de 2014 cuando, tras perder con Costa Rica, Lugano se lesionó y le pasó la responsabilidad a Diego Godín.

Diego Godín y Diego Lugano

Y ahí contó una serie de anécdotas. “En un momento quedamos con Lugano y Godín y me dicen que no quería que quedara nada librazo al azar. Hablamos de la importancia de la hidratación, la suplementación, y el descanso”, comenzó diciendo. Barbosa agregó: “Hay suplementación que se debe tomar de noche, luego de cenar, para tolerar los procesos de recuperación nocturna. Yo lo preparé y fui habitación por habitación con una orden de Lugano. Tenía que esperar que delante de mis ojos cada jugador lo tomara. Y que si no la tomaba tenía que ir a decirle quién no había tomado el complemento que ayuda mucho en la recuperación”.

Pero aquel no fue el único detalle. “Ahí por televisión hay cosas que no se ven, pero a Italia se lo elimina en el calor del nordeste brasileño y había que estar muy bien hidratados en base a lo que es muy común en Brasil que es el agua de coco. Sí, tomamos agua de coco que sirve contra los calambres y aporta mucho potasio”, reveló Barbosa.

Suplementos: de Tato López a Forlán

Horacio "Tato" López

El doctor Barbosa reveló a Referí que el primer deportista que trabajó con suplementación fue el basquetbolista Horacio Tato López.

¿En qué consiste? Son complementos que se toman para acelerar los procesos de recuperación. “Yo preparo los suplementos que comienzan a tomarse en los vestuarios tras los entrenamientos y los partidos de forma inmediata”, expresó.

“El tema suplementación lo vengo manejando para que tenga idea desde el año 86. ¿Saben quién fue el primer jugador suplementado? Tato López en Sporting. El venía de jugar en Italia y me imagino que traería sus conocimientos”, señaló.

En la selección uruguaya, donde Barbosa aborda este tema desde la Sub 15 a la mayor, hay un antes y un después de Diego Forlán en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Diego Forlán

“Diego es el primero que siguió todos mis lineamentos y yo le preparaba los suplementos y en Sudáfrica con un leuco le ponía el nombre de cada jugador y cuando terminaba la comida veía quiénes lo tomaban y quiénes no, porque nadie obliga a nada. Pero después de Diego fue el punto central”, indicó.

La suplementación viene en diferentes presentaciones dijo Barbosa. “En comprimidos, polvos, hay diferentes objetivos, utilización, hay un amplio espectro”.

Barbosa señaló a Diego Godín como ejemplo de crecimiento. “Es una recta ascendente de perfeccionamiento, cada vez viene más profesional. Lo conozco de Cerro y cada día viene con más cuidados personales. Se trae todos los suplementos que tomaba en Atlético de Madrid. Se los prepara él. Sumamente celoso, es un perfeccionista. Trae una línea de productos que es española y que acá no existen”.

Los elementos

A la hora de explicar sin términos científicos al común denominador de la gente de qué se trata la suplementación que toman todos los deportistas de élite y sobre los costos, Barbosa dijo en la charla con Referí.

Sus herramientas de trabajo

“Hay cinco productos que tienen comprobados efectos de mejorar el rendimiento deportivo. Uno de ellos está muy a mano que es la cafeína, o sea, bien barato. Otro bien barato es el bicarbonato de sodio. Otro la creatina. Otro es el jugo de remolacha. Y finalmente la Beta Alanina”.

Barbosa agregó: “Ahora bien, hay un amplísimo espectro de productos de suplementación que tienen diferentes objetivos y son más o menos caros, según la empresa”.

El médico indicó que Cristhian Stuani, en todos los viajes, trae una valijita con suplementos para ser repartidos a todo el plantel. Acá no tenemos los productos que hay en Europa y estoy con la élite y tengo que estar a la par de Europa”, dijo el médico celeste.

Un estudioso

Cada vez que los jugadores llegan para defender a la selección son sometidos a estudios por parte de Barbosa. Es lo primero que tienen que hacer apenas pisan el Complejo.

¿Cómo es el control para saber qué cansancio tienen los futbolistas? Se les toma una muestra de sangre del pulpejo del dedo, se saca una cantidad de microlitros, que se colocan en una tira reactiva. Barbosa anda siempre con un aparato portátil, una especie de laboratorio ambulante que le hacen la lectura de urea. ¿Qué determina eso? “El grado de fatiga acumulada en los entrenamientos previos y/o en los partidos previos”, dijo el médico.

Ese control permite individualizar al máximo las cargas para los entrenamientos de cada futbolista, para que se recuperen de la mejor forma.

Barbosa está en todos los detalles. No para de estudiar y aprender. No en vano estuvo en cinco Copas Américas, tres Eliminatorias, una Copa Confederaciones y los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Luis Suárez y Diego Godín

No pierde oportunidad de viajar para cultivarse como cuando consiguió a través de Edinson Cavani visitar al fisiólogo de Paris Saint-Germain, Martin Buccheit. Visitó Chelsea, el CAR de Teresópolis de Brasil y fue a un congreso en el Camp Nou. No para.

Para que tengan una idea de los detalles que se cuidan a ese nivel, previo a un partido por las Eliminatorias en Barranquilla, ciudad donde el calor es intenso, le pidió a Stuani un hidratante especial que aporta electrolitos –sodio, potasio, cloro– y además magnesio para la contracción muscular, comentó. Barbosa parece seguir al pie de la letra aquella sugerencia de los últimos dos capitanes celestes: “Doctor, que no quede ningún detalle librado al azar”.

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