Llegar al Estadio Centenario para la final de la Copa Libertadores fue toda una odisea.
El vallado que implementó la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) fue realmente gigantesco para lo que se acostumbra en el fútbol uruguayo.
Había que caminar y caminar, y después, caminar, para poder llegar a cualquier parte en las cercanías del Centenario.
Haciendo tiempo para entrar se pudo ver a cuatro hinchas de Flamengo con camisetas personalizadas para la ocasión.
De un lado, tenían la camiseta de la selección uruguaya, mientras que del otro, estaba formada la casaca de Flamengo.
Para retirar la acreditación, Referí no tuvo problemas y luego de… caminar, llegó al Velódromo para que se la entregaran.
La nota de color la dieron los trabajadores del lugar que estaba compuesto de muchos brasileños y brasileñas, tres uruguayos y algunos argentinos.
Detrás de una puerta, iban saliendo de a poco quienes habían tomado su media hora de descanso. Y todos salían con una sonrisa y satisfechos.
¿Qué sucedió? Los funcionarios brasileños prometieron que harían una buena feijoada y cumplieron. Ellos mismos compraron los ingredientes y la cocinaron. "Está buenísima", le dijo uno de los trabajadores a una funcionaria cuando le tocó el turno.
Una vez que ya tenía la acreditación, había que llegar hasta el Centenario para que dieran la entrada de ingreso. Pero no se podía entrar por el lugar tradicional y hubo que dar toda una nueva vuelta al Parque Batlle para llegar a la carpa blanca en la que se encontraba la prensa.
"Esto es como el Estado de la Conmebol. Parece un país aparte", dijo uno de los periodistas a otro. Y tenía razón.
Uno de los principales invitados locales de parte de Conmebol y de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) fue el presidente de la República, Luis Lacalle Pou.
El mandatario llegó cerca del horario del partido y se dio un gran gusto.
Todos conocen su afición por el surf y en medio del Centenario, se pudo tomar una fotografía con el brasileño Ítalo Ferreira, quien consiguió el oro en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 hace tres meses.
Ferreira subió la fotografía de ambos en su cuenta de Instagram, aunque al final, se fue con bronca porque su club, Flamengo, perdió la final.
Según comentó uno de los tantos funcionarios que trabajaron este sábado en las inmediaciones del Estadio Centenario y dentro del mismo, para Conmebol trabajaron unas 3 mil personas.
Llegó gente desde Colombia, Argentina, Paraguay y Brasil, a los que se sumaron muchos uruguayos.
Hubo trabajadores como proveedores, en logística, seguridad, transporte y diferentes tareas.
Cuando en 1981 Flamengo se coronó por primera vez campeón de la Copa Libertadores de América en el Estadio Centenario, ganándole 2-0 a Cobreloa, el equipo que entonces dirigía Paulo César Carpegiani, ingresó al campo de juego con la bandera de Uruguay, para ganarse al público uruguayo.
Aquella vez, su gran estrella, Zico, autor de los dos goles de esa noche y capitán del equipo, ingresó con el lateral derecho, Leandro, encabezando la fila.
Esta vez, y debido al protocolo, como los dos equipos ingresaron al mismo tiempo al campo de juego, Flamengo no pudo repetir aquel gesto que para los torcedores en las redes sociales era una especie de cábala para volver a ganar la Copa.
Junto a la delegación de Flamengo, llegaron a Montevideo para esta final ante Palmeiras cuatro exfutbolistas del club quienes en 1981 dieron la vuelta olímpica contra Cobreloa en el Centenario.
Andrade, Mozer –el mismo que perdió con el Pato Aguilera en el cabezazo que le dio la Copa América de 1983 a Uruguay en Bahía–, Adílio y Júlio César, estuvieron presentes, aunque a diferencia de aquella vez, en esta oportunidad, no pudieron festejar.
Otro a los que se pudo ver este sábado en el Estadio Centenario fue a Diego Forlán.
El uruguayo, ganador de la Copa América en 2011 con la celeste y elegido el Mejor Jugador del Mundial de Sudáfrica 2010, es una de las "Leyendas de Conmebol", una especie de representante diplomático del organismo.
En ese contexto, estuvo como invitado viendo la final en el Centenario, una copa que su padre Pablo logró ganar con Peñarol en 1966 contra River Plate de Argentina.
Uno de los tantos conocidos que se vieron en el Estadio Centenario logró ganar la Copa del Mundo.
Se trata de Zinho, quien en 1994 fue campeón en el Mundial de Estados Unidos con Brasil tras ganarle la final a Italia por penales.
El volante jugó tanto en Flamengo como en Palmeiras en su etapa de futbolista, y con los paulistas consiguió la Copa Libertadores de América de 1999, la primera que ganó el verdao.
En 1995, Zinho perdió en este Centenario al que volvió, la Copa América ante Uruguay en definición por tiros desde el punto penal.
Aquella tarde, Zinho fue uno de los tres que le pudo convertir a Fernando Álvez, pero como el arquero le atajó su remate a Túlio, Uruguay ganó 5-3 y se llevó la Copa.
Fue campeón de varios títulos locales con los dos equipos que jugaron la final este sábado en Montevideo, y en esta oportunidad, fue comentarista de ESPN Brasil.
Consultado por Referí, por quién hinchaba –teniendo en cuenta de que había defendido las dos camisetas– se sonrió y dijo, muy diplomáticamente, "que gane el mejor".
También hubo otros campeones del mundo, pero invitados por Conmebol como Óscar Ruggeri, Nery Pumpido –quien también trabaja para Conmebol– Jorge Burruchaga y Sergio Batista.
Estos exfutbolistas ganaron el Mundial de México 86 con Argentina, pero al Centenario llegaron como ganadores de la Libertadores. Los dos primeros con River Plate argentino, Burruchaga con Independiente y Batista con Argentinos Juniors.
La torcida de Flamengo llenó tres cuartas partes del Estadio Centenario.
Tal como se había visto en los días previos, cuando dejaron sin cerveza a todo el Mercado del Puerto el pasado miércoles cuando apenas había pasado la hora 19 y los hinchas querían seguir de fiesta, los seguidores del club con más hinchas del mundo, nada menos que 50 millones, coparon las tres cuartas partes del Monumento al Fútbol Mundial.
Para ellos fue toda la Tribuna Colombes y tres cuartos de la Olímpica, incluyendo la Platea Olímpica.
Y antes del partido se hicieron escuchar muy fuerte como una hinchada que asusta.
En este video se puede apreciar:
Mientras tanto, los torcedores de Palmeiras ni siquiera lograron llenar la Tribuna Ámsterdam y tuvieron un pequeño sector en la Olímpica.
Y el Centenario después de casi 92 años tuvo su primer pedido de casamiento en pleno estadio.
Media hora antes de que comenzara el partido, un hincha de Flamengo que fue con su novia de Palmeiras, se hincó ante ella (con la complicidad de la organización, quien le dio un micrófono para que lo escucharan todos) y le hizo la propuesta.
Antes de que ella contestara, la hinchada de Palmeiras comenzó a gritar reiteradas veces: "¡No! ¡No! ¡No!", pero obviamente que la elegida contestó que sí y todo se rubricó con un beso.
A falta de 3 minutos para el final del alargue y cuando Palmeiras ganaba 2-1 y el título era un hecho, los torcedores comenzaron a corear una conocida canción por el Río de la Plata.
"Y dale alegría, alegría a mi corazón", comenzó a corear toda la Ámsterdam que no llegó a llenarse para este partido, aunque a esa altura, los seguidores paulistas se hacían notar y mucho.
Uno de los himnos escritos por el rosarino Fito Páez, no faltó a la fiesta, y cantado por brasileños.
Cuando terminó el partido con el triunfo de Palmeiras, el uruguayo Joaquín Piquerez, quien había sido sustituido en el final del alargue, corrió a celebrar junto a sus compañeros.
Pero en menos de 30 segundos, salió corriendo hacia otra dirección. Iba hacia el banco de Flamengo.
Solo, cabizbajo, con un llanto contenido por el esfuerzo que había hecho para llegar a esta final luego de estar 44 días lesionado tras salir en pleno partido entre Uruguay y Colombia por las Eliminatorias para el Mundial de Catar 2022, estaba Giorgian De Arrascaeta, el otro uruguayo del partido decisivo.
La diferencia entre ambos es que el de Flamengo ya había sido campeón, mientras que Piquerez llegó hace menos de cuatro meses a Palmeiras, procedente de Peñarol, se ganó la titularidad y cosechó ya su primer título. ¡Y qué título!
Piquerez, compañero de De Arrascaeta en la selección uruguaya y quien comenzó, al igual que el media punta, en Defensor Sporting, corrió hacia el otro sector para saludar a un bajoneado Giorgian y ambos se fundieron en un abrazo.
Cuando terminó el partido y a metros de Referí, un periodista que estaba acreditado para la final, comenzó a los gritos.
Se puso la camiseta de Palmeiras con el número 14 y comenzó a correr por todo el palco de prensa ante la mirada atónita de casi todos.
Luego volvió a su pupitre y siguió con su alegría a los gritos y muy emocionado.
Como informó Referí este sábado, la madre y la hermana de Joaquín Piquerez no concurrirían al Estadio Centenario porque se ponían muy nerviosas.
En tanto, su padre Daniel lo hizo con algunos amigos del futbolista y algunos brasileños que lo conocen.
Se situaron en la Tribuna América y pudieron ver el festejo de Joaquín bien de cerca.
La alegría era tremenda. ya que solo dos años atrás, su hijo fue dejado libre por Defensor Sporting y a base de tesón y buen juego, logró escalar, pasar por River, Peñarol, la selección y Palmeiras y cosechar su primera Copa Libertadores de América.
Varios jugadores de Palmeiras se llevaron un recuerdo del Centenario luego del triunfo.
El zaguero paraguayo Gustavo Gómez, el capitán del equipo, y Scarpa, dos de los futbolistas que formaron la zaga, una hora después del encuentro se acercaron al arco que da a la Tribuna Colombes.
Junto a ellos lo hicieron otros futbolistas y con una tijera, comenzaron a cortar la red del arco. Así se la llevaron en varios pedazos como recuerdo.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá