Un exministro de Interior guatemalteco, David Barrientos, recobró su libertad tras una semana de estar detenido por no haber reprimido los bloqueos de rutas en las protestas de rechazo a la persecución judicial contra el presidente Bernardo Arévalo.
El ex jefe de la cartera salió de la cárcel la noche del martes, luego de que la jueza penal Wendy Coloma le otorgara la inmediata libertad al descartar las pruebas presentadas por el Ministerio Público.
Coloma declaró la "falta de mérito" en la acusación contra Barrientos, según declaraciones que trascendieron este miércoles en la prensa local.
El ente de persecución penal lo acusaba por la posible comisión de los delitos de incumplimiento de deberes y desobediencia por negarse a despejar por la fuerza decenas de bloqueos de rutas que exigían la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras y otros funcionarios judiciales.
"Afortunadamente se hizo justicia (...), no hubo desobediencia, no hubo incumplimiento de deberes, lo que sí se hizo fue privilegiar la vida de los guatemaltecos durante esas manifestaciones y bloqueos", declaró Barrientos a la prensa local.
Barrientos, un general retirado, renunció al cargo el 16 de octubre luego de que la Fiscalía solicitara su destitución por oponerse a desalojar a los manifestantes a la máxima autoridad judicial, la Corte de Constitucionalidad.
El exministro reconoció que “fueron momentos muy delicados para todos los guatemaltecos, pero la solución no era arremeter en contra de la población e incendiar este país en una guerra civil, en una violencia incontrolables con las reacciones de la población".
"Nuestra decisión fue privilegiar la vida de todos los guatemaltecos, uniformados y no uniformados, si volviéramos a estar en otra circunstancia igual haríamos lo mismo porque fue una situación inédita de bloqueos y manifestaciones", explicó.
A principios de octubre pasado, miles de personas cerraron cientos de puntos de carreteras en diferentes regiones de Guatemala, incluida la capital, para exigir la salida de la fiscal, acusada de emprender acciones judiciales para evitar la investidura del presidente Arévalo.
El opositor socialdemócrata juró como mandatario la madrugada del pasado lunes, aunque sigue bajo riesgo de que continúe la persecución legal en su contra.
El presidente sostiene que esa ofensiva responde a su promesa de que cuando llegara al poder emprendería una batalla contra los corruptos que, según él, están en todas las instituciones del Estado.
(Con información de AFP)
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