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La presidenta anuncia una dura intervención de las cárceles tras motines del sábado
El domingo se registraron “disparos y amotinamientos en la cárcel de máxima seguridad de Ilama, ubicada en el departamento de Santa Bárbara, en el occidente de Honduras, después de que el sábado ocurrieran disturbios simultáneos en cuatro unidades penitenciarias de ese país.
La presidenta Xiomara Castro, de corte progresista y defensora de los derechos humanos, anunció una intervención de las cárceles cuyos detalles se conocerán este lunes. El sistema penitenciario de Honduras tiene 26 cárceles donde están alojados unos 20.000 detenidos, aunque su capacidad es para la mitad. Además del hacinamiento de las cárceles, según datos oficiales, alrededor de la mitad de los presos están bajo proceso, sin sentencia firme.
A la superpoblación se suma que una gran cantidad de los detenidos están vinculados a la Mara Salvatrucha, una organización de narcotraficantes y sicarios con presencia en El Salvador, Honduras, Venezuela, Guatemala y con ramificaciones en la costa oeste de Estados Unidos y distintos países europeos que son los destinos donde las sustancias que trafican tienen un valor más alto y hay más demanda.
También en esa cárcel de máxima seguridad y otras prisiones hondureñas hay detenidos vinculados a la mara Barrio 18, que disputa territorios y negocios con Salvatrucha.
La portavoz del Instituto Nacional Penitenciario (INP) de Honduras, Digna Aguilar, confirmó el enfrentamiento y dijo que las autoridades buscan "retomar el control" de la cárcel de Ilama, donde el domingo se reportaron "disparos y amotinamiento" de los presos, sin precisar si hubo personas muertas o heridas en el interior de la prisión.
El enfrentamiento entre estas bandas rivales dejó este sábado al menos un preso muerto y dos heridos en la cárcel de El Pozo.
Los disturbios en al menos cuatro cárceles del país llevó a la presidenta Xiomara Castro a decidir una intervención que ella calificó como "dura". Un tuit de la mandataria del domingo advierte: “Sé del esfuerzo de la Policía y la Secretaría de Seguridad en la disminución de homicidios y corrupción, pero voy a intervenir enérgicamente los Centros Penales”.
Para explicar que recibió una herencia pesada, en otro mensaje dice: “12 años de saqueo y colusión con el narcotráfico maras pandillas y crimen organizado público y privado, no se arreglan en 12 meses”.
Castro quiere mostrar firmeza. Voy a poner mano dura y orden en las cárceles, hasta transformarlas en Centros Penales de rehabilitación, no en escuelas de crimen y tortura como lo que he heredado”, consigna en otro mensaje de la red social.
Aseguró que la "intervención será dura, pero respetuosa de la humanidad de los encausados, sus familiares y defensores. El crimen se combate desde la prevención no solo con el castigo".
La mandataria dijo que este lunes anunciará "los nombramientos y las primeras medidas de emergencia. Lo que importa son los resultados".
Los tiroteos, los motines y el decomiso de armas son frecuentes en las cárceles de Honduras, donde imperan condiciones de higiene y salubridad deplorables, según los mismos funcionarios del gobierno.
Honduras cuenta con una dependencia especial para la lucha contra estos grupos, la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), que es el blanco de los motines. Tras los tiroteos, los presos dijeron a un canal de televisión local que si las autoridades no dejan "de capturar y encarcelar personas”, seguirán protagonizando motines y habrá más muertos. "Cualquier ‘man’ que traigan lo vamos a matar en todos los centros penales”, dijo uno de los detenidos en conversación telefónica con la emisora de televisión.
Los amotinamientos del sábado fueron en las cárceles de las ciudades de Támara, al este del país; de El Porvenir, en el norte; en Santa Bárbara y en Morocelí, ambas en el noroeste de Honduras.
En la noche del mismo sábado, las autoridades afirmaron haber “retomado el control de las cuatro prisiones”. Los guardias de las prisiones, "en conjunto con varias unidades de la policía, lograron restablecer el orden en cuatro centros penitenciarios en los que se habían registrado amotinamientos", dijo a la prensa la portavoz del Instituto Nacional Penitenciario, Digna Aguilar.
"Producto del amotinamiento entre los miembros de dos estructuras criminales", en referencia a las dos maras, hubo un muerto y dos heridos en la cárcel de Santa Bárbara, tres heridos en el de Morocelí y dos en la de Támara, agregó. Respecto de la prisión de El Porvenir todavía no recibía reporte sobre posibles víctimas. Los presos heridos fueron trasladados a diversos hospitales, agregó Aguilar.
Previamente, una fuente penitenciaria dijo a la prensa local que "una de las organizaciones criminales habría recibido instrucciones de un grupo de personas desde fuera de las cárceles para desestabilizar la seguridad nacional" durante la Semana Santa.
El 4 julio de 2022, un enfrentamiento entre pandilleros presos culminó con seis presos muertos en el penal de Santa Bárbara. Y seis meses antes, el 27 de enero de 2022, cuatro reclusos murieron y otros 11 resultaron heridos en un enfrentamiento entre reos en la cárcel de El Porvenir, en la costa del Caribe hondureño.
