La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó sólo 9,02 millones de nacimientos en 2023, la mitad que en 2017. Si se compara con los 11,1 millones de muertes del año pasado, significa que la población se redujo en 2,08 millones durante 2023, después de caer en 850.000 en 2022. Una pérdida de alrededor de 3 millones en dos años.
Se trata de las dos primeras caídas consecutivas desde la gran hambruna de 1959-1961, y la tendencia se está acelerando. Las proyecciones de un equipo de investigación de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, uno de los primeros en predecir la desaceleración, señalan que la población se reduciría para 2100 a 525 millones, de los 1.400 millones actuales.
Los investigadores estiman que, en ese escenario, la población total en edad de trabajar caería a sólo 210 millones para 2100, apenas una quinta parte del máximo que marcó en 2014; proyección demográfica que preocupa a Beijing en un contexto en el que los decesos aumentan mientras los nacimientos siguen disminuyendo.
Los especialistas indican que población envejece principalmente porque la tasa de natalidad está cayendo. La tasa de fertilidad total (el número promedio de nacimientos por mujer) se mantuvo bastante estable en alrededor de 1,66 entre 1991 y 2017 bajo la política de hijo único. Pero luego descendió a 1,28 en 2020, a 1,08 en 2022 y ahora está alrededor de 1; muy por debajo del nivel de 2,1 que generalmente se considera necesario para sostener una población.
China abandonó su política de hijo único en 2016. En 2021, el país introdujo una política de tres hijos, respaldada por baja de impuestos y otros incentivos. Sin embargo, los nacimientos siguen cayendo. Los investigadores explican que se debe en parte a que la norma del hijo único redujo el número de mujeres en edad fértil, pero también a que las presiones económicas, que hacen de la paternidad un escenario cada vez menos atractivo.
La Oficina Nacional de Estadísticas de China señala que los empleados de las empresas trabajan un promedio de 49 horas por semana, más de nueve horas por día, y que las mujeres graduadas ganan menos que los hombres y posponen cada vez más el momento de la maternidad.
Una esperanza es que en 2024 se produzca un aumento en los nacimientos, siendo el año del dragón en la astrología china un símbolo de buena fortuna, es posible que algunas familias hayan optado por posponer el parto durante el año 2023, el menos auspicioso año del conejo, según al menos un estudio que identificó tal efecto.
El envejecimiento de la población, además, pone bajo presión al sistema previsional. El mismo equipo de investigación de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai estima que el número de personas de 65 años o más supere al número de chinos en edad laboral hacia 2077. Para 2100, cada 100 chinos en edad laboral deberán mantener a 137 ancianos, frente a sólo 21 en la actualidad.
Los investigadores agregan que la acelerada disminución de la población debilitará a la economía del país y, a través de ella, a la economía mundial. Las proyecciones advierten que la dinámica ejercerá una presión a la baja sobre el gasto de los consumidores y una presión al alza sobre los salarios y el gasto público, un desafío también para la recuperación económica global.
(Con información de AFP)
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