Fútbol > EL ADIÓS A JOSÉ FUENTES
La intimidad del adiós a José Fuentes: cómo se vivió en la sede la despedida del presidente de Nacional
"Creo que la gente va a tomar dimensión de la figura de José Fuentes dentro de un tiempo". Las palabras pertenecen a uno de los centenares de hinchas que se arrimaron este domingo al Salón Cristal de la sede de Nacional para despedir a José Fuentes, presidente del club, quien falleció en la madrugada del sábado luego de estar 44 días internado producto de una bacteria alojada en su corazón.
No era un hombre de fútbol -dirigente, jugador, representante o entrenador- de los tantos que se arrimaron para dar a los familiares de Fuentes su pésame. Era un hincha común. Quiso entrar a la sede, pero a las 13 horas, la seguridad de Nacional le expresó que a partir de ese momento, el ingreso estaba solo permitido para familiares.
Desde la hora 9, en que las puertas de la sede se abrieron, desfilaron miles de personas para rendirle homenaje a un hombre que trascendió la grandeza de los colores de Nacional.
El presidente de Peñarol Ignacio Ruglio fue a la sede de Nacional a saludar a la familia de Fuentes y darle su adiós, un gesto destacado por Alejandro Balbi, quien el 29 de mayo asumió, de conformidad con los estatutos tricolores, la presidencia en lugar de Fuentes.
"Le dije a Alejandro que no venia por protocolo, ni para dar un gran mensaje que Uruguay tiene que seguir dando. Vine porque hice un vínculo de amistad. Me dio mucha tristeza su partida, con un carácter durísimo, pero increíblemente honesto, sano. A veces me decía, que podíamos estar en el lado contrario, pero que nunca nos íbamos a pelear. Nos hacíamos chistes cuando uno ganaba y cuando el otro perdía y con el que a lo largo de varios viajes que nos tocaron, cultivamos una amistad muy linda", dijo Ruglio ante los medios presentes. Al presidente lo acompañaron su secretario general Jorge Nirenberg y el delegado Gonzalo Moratorio.
También desfiló el expresidente aurinegro, Juan Pedro Damiani. Ambos expresaron que los unía con Fuentes un vínculo de amistad más que de respeto y caballerosidad entre pares dirigenciales. Y eso era lo que lograba quien fuera el presidente de Nacional.
"Siempre que se muere alguien, se dice que es buena gente, pero José era muy buena gente de verdad. Compartí unos días en el Mundial Qatar 2022. Una persona muy humilde", dijo Damiani.
Otro dirigente, pero actual, de Peñarol que asistió fue Evaristo González.
Antes de que se cerraran las puertas de la sede, Nacional montó un área de acceso, en la puerta principal, un lugar reservado para la prensa en el primer piso, y una zona de salida, luego de pasar por el lugar central donde estaba ubicado el féretro.
Entre copas que dan cuenta de la gloria del club que tanto amó, abrazado por una bandera, con mensajes que fueron llenando el cuaderno de anotaciones, con ofrendas florales y regalos de hinchas, y con un conmovedor discurso de Hernán Navascués, Fuentes fue despedido.
Cuando terminaron las palabras del histórico dirigente de Nacional, poco antes de la hora 12, parecía que todo iba a terminar, aún cuando el sepelio estaba previsto hasta la hora 14.
Pero el caudal de gente no bajó y se respetó el horario pactado.
Edgard Welker, exvicepresidente de Peñarol, salió por la puerta de entrada junto al exfutbolista Héctor Resola. Welker pertenecía al grupo de amigos que salía a caminar con Fuentes a la rambla. Cruzó abrazos y palabras con un hincha de Nacional y en un par de segundos, al hablar de Fuentes, sus ojos se enrojecieron y se llenaron de lágrimas.
Poco después salió por el mismo lugar Flavio Perchmann, representante de futbolistas.
En el medio del salón, Álvaro Recoba, el Chino, que tenía una relación muy estrecha con Fuentes, no paraba de dar abrazos.
La gran cantidad de personas hacía que ese murmullo que trepa sobre el silencio de los velatorios, tuviera una fuerza desmedida con relación a la paz que buscan los afectos cercanos de aquel a quien se da su último adiós.
Pero fue así como su compañera de vida Silvia y sus hijos Martín y Nicolás lo quisieron. Porque José ya era de la gente y ya estaba más allá de su familia.
En las afueras, en una zona montada especialmente para el trabajo de notas de la prensa, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, tuvo sentidas palabras hacia Fuentes: "Fue una de las personas que nos aportó palabras que sumaron mucho. Fue una persona muy especial. Tenía sabiduría, una forma de proceder y de razonar que le permitía tomar buenas decisiones y esto para los que están al frente delas instituciones, es muy importante y es algo que se construye con el tiempo. Él pasó toda la escalera en Nacional".
El plantel de Nacional desfiló para dejar sus saludos al presidente junto a la plana dirigencial actual, exdirigentes como Claudio Puig o funcionarios como Sebastián Taramasco u Óscar Javier Morales. Más temprano lo había hecho el entrenador Álvaro Gutiérrez.
El director de Deportes, Sebastián Bauzá, también dijo presente, al igual que el presidente de Wanderers, Fernando Nopitsch, el de Liverpool, José Luis Palma o el de Defensor Sporting, Alberto Ward, entre otros.
Arturo Del Campo, presidente de Danubio, llegó después de la hora 13. Se recostó contra uno los coches negros de la empresa fúnebre hasta que logró comunicarse haciendo que permitieran su ingreso. Salió 18 minutos después acompañado de su hermano Héctor, flamante integrante del consejo ejecutivo de la AUF, y el delegado del club, Francisco García Arnabal.
En la primera línea de los que hacían puerta estuvo largo rato Walter Audifred, exdirigente del club y a la postre gerenciador de Cerrito.
Cientos de personas esperaron pacientemente, debajo de la bandera a media asta, hasta que a la hora 13.30 comenzaron a ser retiradas las coronas de flores.
Se abrieron pasillos entre el mar humano, que fueron acatados en silencio.
Quince minutos después, despedidos desde el Salón de Cristal con aplausos, y con sus hijos Martín y Nicolás al frente, salió el féretro de José Fuentes rumbo a su descanso eterno.
También llevaban el féretro Alejandro Balbi, Diego Polenta y el Chino Recoba.
Los aplausos del escuadrón de hombres y mujeres de ojos llorosos, regaron la escena.
En la multitud, un hincha de piel curtida y camperón de Nacional cantó en un grito: "A mí no me interesa en que cancha jugués, local o visitante yo te vengo a ver, ni la muerte nos va a separar, desde el cielo te voy a alentar". Nadie le siguió el tren. Pero fue su manera de decirle adiós a don José. Y se perdió entre la gente.
Diez minutos después, tras la salida de todos los familiares, uno de los hijos de José salió con el retrato que estuvo todo el sepelio al lado del féretro.
Lo sacó como un capitán alzando una copa y esta vez los aplausos fueron todavía más sentidos. Más íntimos. Llenos de agradecimiento para el presidente que repatrió a Luis Suárez. Llenos de admiración por su estilo calmo, reposado aún en los tiempos tormentosos. Llenos de respeto para sus familiares y amigos.
"Era un hombre que estaba todo el día metido en el club, conocedor al detalle de la vida del club, de sus formativas. Su vida personal se lo permitía. Un distinto por su forma de ser. Distinto entre los dirigentes. Un caballero", expresó el hincha.
Una señora se suma a la charla: "Vendrán presidentes mejores o peores. Pero bueno, bueno como José no va a haber ninguno". Así se metió, para siempre, Fuentes en el corazón del hincha de Nacional.
