Si Alexis Sánchez es el genio y Arturo Vidal el corazón, Marcelo Díaz es el cerebro de La Roja. Por eso, fue más doloroso su fallo garrafal en la final de la Copa Confederaciones ante Alemania.
El jugador de Celta de Vigo nunca pierde la compostura, ni la posición. Si Jara o Medel suben, él les cubre las espaldas; si Isla o Beausejour tardan en volver, Díaz les hace la cobertura.
En la final ante Alemania todo iba bien hasta que a los 20 minutos ocurrió un "accidente", como lo definió el propio técnico de Chile, Juan Antonio Pizzi.
Alemania, que no había cruzado apenas el centro del campo hasta entonces, intentó armar un contraataque, pero la defensa chilena logró recular a tiempo. El balón fue a parar a Isla, que se lo cedió atrás a Marcelo, mientras el resto de futbolistas comenzó ya a mirar al arco contrario.
Díaz vio que se le acercaba Stindl y, fiel a los dogmas de estilo de La Roja, no le dio el balón a Bravo, sino que giró y cuando intentaba jugar el balón apareció Werner, jugador con el que no contaba el chileno.
El resultado fue el único gol del partido y la jugada que decidió la final, ya que los chilenos no se recuperaron del mazazo hasta bien entrada la segunda parte, cuando ya era demasiado tarde.
Tras su fallos y las lágrimas en los vestuarios, Díaz escribió una carta dirigida a los chilenos en la que recuerda el fallecimiento de su hermano, hace 14 años.
"Queridos Chilenos, en este momento tan difícil quiero agradecer a cada uno de ustedes por el apoyo que me están brindando, me hacen sentir especial e importante.
Les contaré una historia: Hace casi 14 años me tocó vivir la situación más dolorosa de mi vida familiar con el fallecimiento de mi querido hermano, hoy casi 14 años después me tocó vivir la situación más dolorosa en el fútbol por un error garrafal que nos perjudicó en la obtención de la Copa Confederaciones, siempre dije que el fútbol no me haría sufrir como aquella vez, pero estaba totalmente equivocado, pero tal como lo hice esa vez, lloraré, lo pasaré muy mal, me sentiré horrible y guardaré una pena por el resto de mi vida, pero lo que tengo más claro es que me debo poner de pie y seguir luchando día a día, porque la vida es así y siempre lo he dicho, la vida es para los valientes y yo me creo uno de ellos, este seguramente será el peor error en mi carrera deportiva pero creo que será el mejor aprendizaje y trabajaré muy duro para pasar este mal momento y corregir lo malo. Agradezco infinitamente el apoyo que me han dado mis compañeros, cuerpo técnico, dirigentes y cada uno de los que integra esta hermosa selección chilena, también a todas aquellas personas que me han escrito y están dejando su huella, pero principalmente a mi familia y amigos, quienes son los incondicionales de siempre...
Esto me hará más fuerte aún y de eso no tengo duda, perdón por mi error y prometo remediarlo tarde o temprano.
Pd: caer está permitido, levantarse es obligación.
Viva CHILE mierda.
Atte: Marcelo Díaz".
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