India lidera por quinto año consecutivo el ranking mundial de cortes de internet

Sin embargo, cuando el clima político o social se tensa, el gobierno no duda en cortar inmediatamente el acceso a internet para contener la desinformación o impedir que la información circule, perturbando la vida cotidiana de personas y empresas.

Para las autoridades, estos cortes se "convirtieron en su primera herramienta", denuncia Mishi Chudhary, fundadora del Centro Legal para el Software Libre. Algunos duran horas, otros días y en ocasiones se pueden prolongar por meses.

Desde los enfrentamientos interétnicos de mayo pasado en el estado de Manipur, en el noreste de India, más de tres millones de personas perdieron el acceso a internet.

Phijam Ibungobi tardó dos meses en enterarse de que su hijo de 20 años, desaparecido, era uno de los 150 muertos en esos actos de violencia. Cuando internet se restableció brevemente en septiembre, aparecieron en las redes sociales fotos del cadáver del joven.

"Internet me permitió enterarme de la muerte mi hijo", detalla Ibungobi llorando.

La democracia más grande del mundo, que prevé elecciones generales el año próximo, es también campeona en materia de cierre de acceso a internet, según la ONG de defensa de los derechos digitales Acceso Ahora.

De los 187 apagones registrados en el mundo en 2022, 84 tuvieron lugar en India, país que por quinto año consecutivo lideró el ranking, según la ONG.

Para justificarlos, el gobierno de Nueva Delhi invoca desde razones de seguridad hasta la necesidad de impedir trampas en los exámenes escolares, según un análisis de los argumentos oficiales de los cortes registrados desde 2020 a 2022, según la Fundación para la Libertad de Internet, con sede en Delhi.

Según Chudhary, es un medio para que "no surjan voces disidentes". Human Rights Watch (HRW), en tanto, agrega que los cortes "afectan de manera desproporcionada" a los más pobres, que dependen de las ayudas sociales en línea.

Cerca de 121 millones de personas se vieron afectadas por las interrupciones del servicio de internet el año pasado, precisó HRW en un informe publicado en junio pasado.

"El gobierno indio hizo de internet una herramienta ineludible de la vida cotidiana, y al mismo tiempo las autoridades recurren a los cortes como medida policial por defecto", estima Jayshre Bajoria en el informe de HRW.

En la Cachemira administrada por India, internet se cortó 500 días entre 2019 y 2020, generando un total de US$ 2.400 millones en pérdidas, según los comerciantes de la región.

"El acceso a internet es vital para la seguridad económica", indica Access Now.  Tanto los vendedores de hortalizas en los mercados como las grandes empresas, todos dependen de las aplicaciones en línea para los pagos, y cualquier corte obstaculiza el comercio. 

"Vivo día a día", asegura Mark Fanai, de 42 años, que trabajaba desde su casa en Manipur para un bufete de abogados con sede en Nueva Delhi cuando se cortó internet. Al principio se dirigía a la frontera estatal para enviar correos electrónicos y hacer los pagos en línea, perdiendo hasta 12 horas por semana.

El gobierno sostiene que los cortes evitan la desinformación en las redes sociales. En agosto, las autoridades bloquearon el acceso a internet en algunas partes del estado de Haryana, donde al menos seis personas murieron en un conflicto entre hindúes y musulmanes, exacerbado por publicaciones en línea.

El ministro de Asuntos Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, criticó los "grandes discursos" en contra de los cortes. "¿Qué se puede responder a la gente que piensa que un corte de internet es más peligroso que la pérdida de vidas humanas?", argumentó en 2022.

Sin embargo, para Tanmay Singh, de la Fundación Internet de la Libertad, la desinformación sigue propagándose fuera de línea. "La primera defensa contra la desinformación es la verificación de los hechos, y esto se hace principalmente vía internet", subraya.

Todos, en definitiva, coinciden en que cortar internet no resuelve las causas profundas del conflicto, aunque ralentice durante algún tiempo la circulación de los discursos de odio, acrecentando el riesgo de impedir la pluralidad de voces.

(Con información de AFP)