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"Hola, somos los Testigos de Jehová": tras dos años de prédica telefónica, vuelven a golpear puertas
El diálogo es el mismo de siempre, pero no se inicia con un golpe en la puerta sino con el sonido de un teléfono.
–¿Hola?
–Buenos días, somos los Testigos de Jehová.
El cambio de medio fue una decisión global de la organización, que ante la irrupción del coronavirus acudió a las guías telefónicas y dejó de lado su tradicional puerta a puerta, motivado por una estricta lectura de los evangelios que llama a buscar y saludar los hogares de quienes “merezcan el mensaje”.
Pero eso está por cambiar y un volante para “distribución inmediata” de la organización lo anuncia así: “A partir del 1° de setiembre, si llaman a tu puerta, puede que sean los Testigos de Jehová (tras) una pausa de dos años y medio”.
"El casa a casa, el mano a mano es mejor, eso está claro. El teléfono es más frío. Pero hay personas que nos han atendido telefónicamente y después se ha logrado una relación", cuenta Roberto Contrera, portavoz local, a El Observador. "Hasta ahora llamábamos, nos presentábamos con nuestros nombres y no pedíamos ningún dato, porque no queremos que se malinterprete con todas las cosas que pasan a nivel telefónico", explica.
“Si tiene interés, lo derivamos a veces a nuestro sitio de Internet para que conozcan por propia cuenta, o si quiere volvemos a llamar nuevamente”, apunta Contrera. “El Testigo de Jehová tiene como principal obra –el título lo dice– testificar acerca del nombre de Dios. Se entiende que llegamos a ser Testigos de Jehová cuando nos capacitan, que requiere un proceso voluntario que lleva un tiempo, pero todos participamos”, agrega Contrera.
Hasta el año pasado eran 12.160 las personas dedicadas a predicar el mensaje en Uruguay. En la organización los llaman “publicadores” y están apostados en la vía pública o –por las reglas establecidas durante la pandemia– dispuestos a llamar por teléfono a los vecinos.
Los números surgen del informe anual del sitio oficial mundial de los Testigos de Jehová, que señala un pico de 27.798 fieles de ese credo en el país, registrado durante la “Conmemoración” del año pasado, fecha con que se conoce a la celebración por la muerte de Jesús.
La organización –que se radicó en el país 98 años atrás– tiene 99 locales por todo el territorio nacional, a los que denominan Salones del Reino. En Uruguay hay a su vez 1.583 precursores, una figura con la que los Testigos de Jehová designan a quienes “dedican la mayor parte de su tiempo a predicar”, con un nivel de entrega que alcanza las 70 horas mensuales.
Según el Latinobarómetro –uno de los principales estudios de opinión pública a nivel regional–, el 0,8% de la población uruguaya manifiesta pertenecer a esta religión, una proporción que se mantiene –con leves variaciones– en el resto de América Latina. Eso implica que son un poco más que los mormones (0,4%), pero considerablemente menos que los evangélicos y los católicos –estos últimos en un mínimo histórico situado en un 32%–.
En Uruguay, sin embargo, son mayoría aquellos que dicen no tener ningún credo (40%).
Los Testigos de Jehová, que no creen en Dios como Trinidad y fundaron revistas para procurar –a su entender– la mayor precisión posible al interpretar la Biblia, reivindican haber alcanzado más fieles a través de la tecnología.
“La concurrencia ha aumentado con nuestras reuniones al Zoom, con las que más gente se pudo conectar desde su casa. La concurrencia en Uruguay llegó a aumentar 25%. Muchas personas que se habían alejando de la obra activa eligieron volver con esta pandemia, porque hacerlo desde casa se los facilitaba”, asegura Contrera.
Con el inminente retorno del clásico puerta a puerta, los Testigos de Jehová estarán anunciando ahora un curso interactivo gratuito para estudiar la Biblia.
