Con las altas temperaturas y la necesidad de refrescarse, son muchos los que no miden el riesgo de un chapuzón. En lo que va de la temporada veraniega argentina, la cantidad de víctimas iguala a la cantidad de días: 46, según informó hoy el matutino argentino Clarín. Es decir, una persona murió ahogada cada día en todo el país. Inconsciencia, imprudencia y a veces simplementa fatalidad, lo cierto es que para muchas familias el 2023 terminó o el 2024 comenzó con una tragedia que los marcará.
Según el relevamiento de Clarín, en rigor, entre el 17 de diciembre y el 31 de enero hubo 41 fallecidos, a los cuales se suman 5 que todavía son considerados desaparecidos. Dos de ellos fueron tal vez el caso más resonante del verano: el de Ramón Román (56) y Gabriel Raimann (38), quienes salieron a pescar a bordo de un kayak en Cariló y están desaparecidos desde entonces.
Los otros jóvenes que se encuentran desaparecidos son dos adolescentes de 16 y 19 que fueron vistos por última vez bañándose en el Río Mendoza el domingo último, y otro de 15 que estaba con unos amigos en el dique Cipolletti, en la zona de las compuertas, también en Mendoza.
Así, el verano se ha cobrado 46 víctimas en 46 días (13 en diciembre y 33, en enero), con cerca de la mitad de las víctimas producidas en ríos (21), 7 en el mar y 5 en piletas en natatorios, 4 en arroyos, 4 en diques, 2 en lagos, 2 en un canal de riego y 1 en una piscina hogareña. 12 eran menores de edad.
Del total de casos, 11 fueron en la provincia de Buenos Aires. Lo siguen Córdoba (7), Mendoza (7), Neuquén (5), Chubut y Santa Fe (4), Misiones (3), Río Negro, Salta, Corrientes, San Juan y Entre Ríos (1). En cuanto a los ambientes, 21 fueron en ríos, 7 en el mar, 5 en piletas de natatorios (chicos de 10, 11, 12, 14 y 15 años),
"En sólo una semana de enero, hubo 80 rescates en el río Atuel", le dijo a Clarín el director operativo de Balnearios de la Municipalidad de Neuquén, Gabriel Rambado. Esto incluye a quienes utilizan precarias embarcaciones para navegar o pescar. Y es que muchos bañistas no respetan las recomendaciones sobre lugares prohibidos para darse un chapuzón, complicando el trabajo de los rescatistas.
En personas jóvenes suele sumarse el consumo de alcohol como agravantes en algunas tragedias. En los ríos de Córdoba, por ejemplo, se suman los saltos de hasta 20 metros, como el del famoso balneario Nido del Águila, junto al Río Mina Clavero, en el Valle de Traslasierra. Según el guardavidas municipal José Romano, "a veces la gente viene muy acelerada, muy eufórica, y no respeta nada".
En ese parador, el 20 de diciembre murió un turista de Avellaneda, de 35 años. Estaba con su pareja, se arrojó en un curso de agua caracterizado por la formación de ollas profundas y no volvió a salir a la superficie. "Fue en la olla principal, entró nadando, son 60 metros de largo y hay una pileta natural de 12 metros de profundidad. No habían tomado alcohol, pero la víctima no tenía buena preparación física. Sucedió casi una hora antes de que comenzara el turno de los guardavidas", señaló Romano.
En los ríos, una de las causas habituales de las tragedias se después de lluvias y tormentas en las que hay un rápido aumento en los caudales y, con ello, el riesgo. Muchos turistas se bañan igual, ignorando las advertencias, para tratar de aprovechar los pocos días que tienen de descanso, sin importar cómo esté el clima.
Otra tragedia habitual en esos lugares tiene lugar cuando los bañistas se arrojan desde varios metros de altura en lugares que no conocen, golpenado contra las piedras que hay debajo del agua.
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