En un escenario de incertidumbre económica, las empresas de consumo masivo admiten que se avecinan aumentos significativos, con remarcaciones que podrían alcanzar hasta el 60%. El llamado "sinceramiento de precios" se espera que ocurra después del 10 de diciembre, coincidiendo con la eliminación de la función de contralor de la Secretaría de Comercio por parte del presidente electo, Javier Milei.
Según revelaron fuentes empresariales, existe un atraso promedio del 60% en el canal de supermercados, especialmente afectado por los controles de precios impuestos previamente. Este atraso se atribuye a los acuerdos de congelamientos en el marco del programa "Precios Justos", que será eliminado con la nueva gestión.
Según un referente de una cámara empresarial, el atraso en los productos alcanzados por Precios Justos oscila entre el 28% y el 35%, mientras que otros sectores, como servicios públicos y combustibles, también presentan números adicionales de inflación retrasada. Esta disparidad explica las expectativas variadas sobre los aumentos de precios que se esperan en los próximos días.
El desafío para las empresas radica en implementar estas remarcaciones sin que la demanda se vea afectada por la pérdida del poder adquisitivo del salario. Aunque algunas compañías aseguran que honrarán compromisos previos, la capacidad de absorción del mercado es una incógnita.
El ministro de Economía, Sergio Massa, desestimó la existencia de un atraso de precios, argumentando que se compensaron con la baja de impuestos. En el equipo económico saliente, se reprochó a grandes empresas, como Arcor y Molinos, por "especular con los beneficios del dólar oficial".
La liberación de precios, resultado de la eliminación de acuerdos de la futura Secretaría de Comercio, ha llevado a una reorganización interna en las empresas para determinar la incidencia de la oferta en las góndolas. Se espera que el "sinceramiento" de precios y la ausencia de controles permitan el retorno a las variables tradicionales en el cálculo de precios, según señalan fuentes empresariales.
La nueva ola de remarcaciones será tema de debate en la 29° Conferencia Industrial de la UIA, donde los empresarios analizarán las implicaciones de una posible hiperinflación y su impacto en la producción nacional y el empleo. El temor de un círculo rojo productivo es que esta situación desencadene una crisis social que afecte las calles y paralice la actividad económica. La urgencia de definir estrategias para evitar una hiperinflación se convierte en el eje central de las discusiones en medio de un escenario económico complejo.
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