El racismo es un fenómeno que, lamentablemente, habita en varias circunstancias de la vida y en especial en el deporte.
Sin embargo, este tipo de discriminación se mantiene en el fútbol español desde hace aproximadamente 30 años, lo cual es muchísimo tiempo y deja muy mal parada a la sociedad con respecto a otros países en los que sucede, pero en menor medida.
En los últimos años el principal objetivo en este aspecto es Vinicius, el fantástico futbolista del Real Madrid.
Y también debe mencionarse que, si hoy en día hay una lucha mucho más presente contra el racismo, es en parte gracias a que el brasileño reclama permanentemente en contra de este suceso.
No obstante, los insultos y los episodios siguen apareciendo en los estadios y con mayor frecuencia.
"Recibir insultos es algo bastante triste, es algo que pasa en cada partido, en cada día”, aseguró Vinicius tras romper en llanto en rueda de prensa días atrás.
Esto provocó que el tema del racismo, implementada por una parte de la sociedad, vuelva a ponerse sobre el centro de la mesa como tópico de conversación y ponga en entredicho a un sector del fútbol español.
No obstante, es un problema que no resulta nuevo en los estadios de España, ya que hace 30 años jugadores como Wilfred ya lo soportaron, lo que evidencia la falta de progreso que existe en el fútbol y en este aspecto.
Sin embargo, el acto que obligó a que, principalmente LaLiga, tome medidas para abarcar en serio este tema ocurrió el 21 de mayo de 2023 en el estadio de Mestalla, cuando un espectador del Valencia llamó “mono” a Vinicius, un insulto que el delantero no dejó pasar y fue a señalarlo.
“Ese, ese”, eran los gritos del jugador, que no estaba dispuesto a permitir que se reanudara el encuentro hasta que el aficionado hubiera abandonado el campo.
Diez minutos más tarde, a través de los parlantes del estadio se emitió el mensaje con el que se alertaba de “la posible interrupción del partido” por lo que estaba sucediendo.
A partir de ese suceso, el futbolista del Real Madrid inició su lucha contra el racismo, apoyado por todos los equipos, competiciones y organismos. Pero, como se mencionó anteriormente, hubieron muchos casos similares en los últimos 30 años en el fútbol español.
El histórico defensor del Real Madrid y del fútbol mundial, el crack brasileño Marcelo, también fue perjudicado por los insultos racistas.
Sucedió en un derbi madrileño de febrero de 2014, donde el club merengue se enfrentaba al eterno rival, el Atlético de Madrid, en Copa en el Estadio Santiago Bernabéu.
Los partidos entre los dos grandes equipos de la capital siempre se viven con mucha intensidad, nervios y tensión. Sin embargo, ese día la situación sobrepasó todos los límites y el partido se tornó hacia un escenario desagradable.
“Marcelo es un mono”, “No es tu padre” y “Esperemos que tu padre muera”, fueron los gritos que el defensa brasileño recibió contra él.
El jugador del Real Madrid ya venía soportando insultos de este tipo desde semanas antes por parte del futbolista del Barcelona, Sergio Busquets, que tras el Clásico, el equipo blanco denunció en ese entonces que el azulgrana había llamado “mono” a Marcelo.
Un caso muy conocido en este rubro lo protagonizó el histórico delantero camerunés, Samuel Eto'o.
Ocurrió el 25 de febrero de 2006, cuando en ese entonces era futbolista del Barcelona. El jugador fue uno de los primeros en poner cara antes este tipo de actos en los estadios de fútbol, en un duelo ante el Zaragoza.
Cuando Samuel se acercó al córner, los aficionados del Zaragoza vieron su oportunidad para atacar al camerunés con el “uh, uh, uh”, imitando a un mono.
Al ver la lamentable situación, el jugador, con una mezcla de hartazgo, saturación, enojo e incluso valentía, decidió abandonar el terreno de juego y tomar el camino hacia los vestuarios, habiendo comunicado previamente al árbitro del encuentro lo que había sucedido y su intención de no continuar disputando el encuentro.
En ese momento, fueron sus compañeros de equipo y su entrenador quienes lo convencieron de que siga jugando, pero, lamentablemente, los insultos no frenaron.
Si Eto'o fue uno de los primeros en plantarse, el arquero Kameni fue el que tomó la iniciativa que hacer público sus reclamos ante estas situaciones.
El arquero relató en el programa de radio El Larguero el episodio que le tocó atravesar: “Mi peor momento lo viví en el campo del Zaragoza en mi primer año con el Espanyol. Íbamos ganando 0-1 y me dijeron de todo, hasta el punto de que el árbitro me preguntó si quería que parase el partido, pero me veía con fuerzas para seguir. Dos semanas después de mi episodio, volvió a ocurrir con Eto’o, con el baile del mono”.
No fue la única oportunidad que le tocó ser víctima de insultos racistas a Kameni, ya que en el año 2005, en un partido donde visitaba el estadio Vicente Calderón, antigua casa del Atlético de Madrid, los aficionados colchoneros le gritaron “salta la valla, Kameni salta la valla”.
Para recordar este caso hay que remontarse 30 años, cuando se vivió un episodio que dejó una huella marcada en la lucha contra el racismo.
Fue en el año 1993, cuando el Real Madrid recibía en su estadio al Rayo Vallecano y el arquero del equipo de Vallecas, Wilfred Agbonavbare, estaba protagonizando una de las mejores actuaciones del encuentro, lo que fue motivo de insultos por parte de la afición blanca:
“Negro, cabrón, recoge el algodón” o “Ku Klux Klan”, fueron algunos de los gritos discriminatorios que recibió Wilfred por parte de la afición del Real Madrid, unos insultos que lamentablemente se mantienen vigentes en la actualidad y que continúan manchando y perjudicando la imagen del fútbol español.
Sin ir más lejos, el futbolista argentino del Sevilla el pasado fin de semana fue víctima de insultos racistas en el encuentro ante el Getafe.
Varios aficionados presentes en Coliseum expresaron el término "mono, mono" contra Marcos Acuña, campeón del mundo con la Selección Argentina en Qatar.
El jugador escuchó los cánticos y le advirtió al árbitro, Iglesias Villanueva, de lo que estaba ocurriendo y este no dudó en parar el partido por unos minutos para activar el protocolo establecido de LaLiga contra el racismo.
Desde LaLiga y los clubes se lanzó un comunicado a principio de la temporada para expresar el repudio y la lucha contra el racismo, pero las consecuencias no son suficientes.
Claro está que las cámaras no captan a todos los aficionados y en los momentos justos y que también el público se renueva semana tras semana, pero los actos siguen sucediendo.
¿Cuál es la mejor solución? Dado que suspender momentáneamente a los que efectuan los insultos no son suficientes, los analistas del fútbol en España proponen en general prohibirles el ingreso de por vida a los estadios.
Creen que esa medida extrema va a provocar que, al siguiente compromiso, los aficionados no se arriesguen a dejar de acudir a la cancha para apoyar a su equipo, por lo que es muy probable que el margen de agravio disminuya.
El racismo en los estadios de fútbol no es un fenómeno exclusivo de España.
Sucede también en Italia, en Inglaterra e incluso en América Latina, especialmente en Argentina, donde los ataques verbales se enfocan en los futbolistas de países limítrofes y las medidas todavía leves para frenarlo no han dado los resultados esperados.
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