Fútbol > LA MATRIZ DEL CAMPEÓN
El legado de Ferrín, el modelo futbolístico de Liverpool y la historia del campeón
“Cuando Papa (Paulo Pezzolano) me llamó en aquel mes de julio de 2019 no tenía intenciones de proyectarme en esta función (Director deportivo), pero tuvo un poder de convencimiento que me llevó a aceptar la propuesta. ¿Sabías que mi respuesta fue negativa?”. El recuerdo y el relato pertenece a quien cuatro años y medio después de su llegada a Belvedere, Gustavo Ferrín, se transformó en una de las piezas claves de este Liverpool que se transformó en el suceso del fútbol uruguayo, que consagró con la conquista del Campeonato Uruguayo 2023, que marcó con otros ocho títulos las últimas cuatro temporadas y alcanzó ventas millonarias en ese período como ningún otro club en Uruguay.
El fenómeno de Liverpool tiene tres nombres claves: José Luis Palma, Paulo Pezzolano y Ferrín, presentados en orden cronológico acerca de cómo aparecieron en este suceso del club de Belvedere.
El primero, quien puso en marcha la maquinaria, fue la capacidad del presidente José Luis Palma para conducir al club desde 2001 como a su propia empresa y establecer una impronta que le permitió inyectar capital, responder con su capacidad económica y hacer altamente rentable al club.
El segundo, Pezzolano, quien llegó como entrenador en 2017 y tuvo la capacidad de establecer un punto de quiebre en la historia con su estilo de juego.
El tercero, solo por el orden en el que apareció en esta historia, Ferrín, generó la estabilidad futbolística, estableció un plan a largo plazo, permeó el modelo de Pezzolano hasta las últimas capas de juveniles y planteó los valores deportivos que terminaron derivando en el Liverpool con estirpe ganadora.
Quería seguir dirigiendo, hasta que Pezzolano lo hizo cambiar de rumbo
La frase del inicio de este artículo muestra la forma en que los caminos del fútbol terminaron poniendo a uno de los más idóneos en su función en el club mejor administrado de Uruguay.
¿Sabías que Ferrín tiene una trayectoria poco difundida, por su bajo perfil? Alcanza con hacer el ejercicio de poner su nombre y apellido en Google y el primer link, el de Wikipedia, resume en un breve párrafo y en un reducido cuadro, incompleto, su extensa trayectoria.
Sin embargo, Ferrín es dueño de un recorrido que el próximo año cumplirá 30 años, que comenzó en 1995 con las juveniles de Defensor Sporting, que sacó a la generación más importante del club de esa década, que dirigió y coordinó a tres selecciones nacionales (Uruguay, Angola y Perú), que fue el entrenador interino en la selección mayor en Uruguay-Inglaterra en 2006, en Arsenal de Argentina fue coordinador de todo el proyecto futbolístico durante dos temporadas y que la mayor parte de su carrera la realizó en el fútbol formativo hasta que en la segunda mitad de la década pasada estuvo en Cerro y Fénix, antes de desembarcar en Liverpool.
Leé también
En aquel año 2019, cuando lo contactó Pezzolano, estaba trabajando con escuelas de fútbol en EEUU, en donde se desenvolvía en el lugar que mejor le queda: la formación de futbolistas, la transmisión de valores y la elaboración de grandes proyectos.
La llamada de Pezzolano le cambió definitivamente su rumbo.
En ese momento el DT negriazul se encargaba de todo el proyecto fútbol y establecía su impronta, pero había entendido que Ferrín le iba a aportar al club lo que necesitaba para reforzar aspectos claves y mantener una línea de juego desde el primer nivel de formación en juveniles hasta Primera.
Después de la primera charla entre Pezzolano y Ferrín, que estuvo acompañada por la negativa a la propuesta, el entrenador resolvió como mejor sabe: el convencimiento.
En una tarde de julio, del frío invierno de 2019, los dos vieron un partido en el Parque Viera y de noche el DT lo invitó a ir a Lomas de Zamora, la concentración de Liverpool, donde el plantel pernoctaría porque competía al otro día. Le planteó seguir conversando sobre el proyecto.
Aquella noche se sumó a la charla el presidente Palma. Y ese día Pezzolano terminó de cerrar el círculo.
“Cuando llegue a la concentración sentí una energía especial”, explicó Ferrín a Referí. Y lo convencieron de que tenía la oportunidad de realizar una buena contribución para el futuro.
¿Qué ocurrió? “Me comprometí, me encontré rápidamente en la función y comenzamos este camino que ya lleva cuatro años y medio”, agregó el DT.
Seducido por el plan a futuro, aceptó.
“Me gusta mucho ayudar, me gusta hablar con los jugadores, sobre fútbol y la vida; acompañarlos en su crecimiento y en buena forma de eso se trataba la propuesta. Además, el plan pasaba por establecer un método de trabajo para que los jugadores llegaran a Primera. Era una especie de mirar al futuro y plantear lo que ocurriría”.
Su primer contrato fue por cinco meses como coordinador de la metodología de juveniles.
En el inicio de 2020 firmó como director deportivo, con el objetivo de continuar el modelo que había implantado Pezzolano.
“Continuamos con un modelo futbolístico que estableció Pezzolano, pero cada uno de los que trabaja en el club sabe de lo que se trata, obviamente con los matices que le pone cada uno”.
Las claves del modelo de Liverpool campeón
Para construir equipos campeones, siguieron un patrón:
- Estilo: eligen a los entrenadores de juveniles a primera sin apartarse del modelo del club
- Los equipos deben tener mucha intensidad en el juego, con transiciones de defensa-ataque, buen trato de balón, jugadores versátiles, no se atan a ningún sistema
- El modelo futbolístico de Primera se extiende a juveniles
- Maduración de los jugadores con procesos lentos
- La Tabla Anual no es prioridad: quedó grabado a fuego en el club que la formación no pasa por ganar la tabla del año en juveniles sino el valor al trabajo que realizan lo jerarquiza cuántos futbolistas llegan a Primera y de qué forma.
- Esto se plantea porque cada jugador se desarrolla en base a todas las herramientas que le brindan. De acuerdo a datos estadísticos, cada plantel tiene 350 entrenamientos al año y juegan promedialmente 1.800 minutos por año. Por partido un jugador desarrolla sus capacidades técnicas solamente en tres minutos. Los otros 87 minutos son sin balón y el táctico se transforma en un elemtno clave. Con esos promedios, cada futbolista en formativas juega 60 minutos por año. Por tanto, para Liverpool el aspecto clave para el crecimiento de sus jugadores está en el entrenamiento.
- Preparan a los futbolistas para el futuro
- Mantener la esencia del fútbol uruguayo: entrenar el dribling y mantener las raíces
- Es una escuela de entrenadores y profes. Mauricio Ferraro, el mejor preparador físico en la encuesta Fútbolx100 de El Observador, se formó en Liverpool y ascendió de cuarta a primera. Gastón Manka, el segundo profe, pasó de sexta a primera.
El equipo de trabajo
En Liverpool trabajan 27 personas (entrenadores y profes) con los planteles de tercera a octava.
Cada categoría (tercera, cuarta, quinta, sub 16, sexta y séptima) tiene un entrenador y un preparador físico; en octava, tres entrenadores (por el alto número de jugadores) y un profe, y dos entrenadores de goleros para todas las juveniles.
Además, en La República trabajan dos médicos, dos fisioterapeutas, un kinesiólogo, nutricionista, sicólogo y asistente educativo.
Se completa el equipo de trabajo con el cuerpo técnico de Primera que dirige Emiliano Alfaro desde la salida de Jorge Bava tras ganar el Uruguayo.
Así se armó el campeón
Ese proceso de formación fue llevando a Liverpool a reforzar su cantera y ganar campeonatos con sus propios jugadores, o con los que incorporó en este 2023 para ganar el Campeonato Uruguayo.
La base del equipo del último año fueron jugadores elegidos por el técnico Bava o la gerencia deportiva para construir un plan que contemplara las necesidades, sin apartarse del estilo de juego, con un objetivo claro: el equilibrio entre juventud y experiencia.
Así reforzaron el plantel con los experimentados Miguel Samudio, Marcelo Meli, Sebastián Britos y Ruben Bentancur, sumada a la juventud de Gonzalo Pérez, Federico Pereira (mejor jugador del Campeonato Uruguayo en la encuesta Fútbolx100 de El Observador), Fabricio Díaz y Gastón Martirena. Así empezó el año. Luego Mateo Antoni se ganó un lugar, Luciano Rodríguez fue la diferencia en el ataque y Alan Medina, que ya estaba instalado en Primera, la pieza clave para la definición.
Con el legado de Ferrín y el modelo futbolístico de Liverpool, Belvedere es la nueva tierra de los campeones.
