Llegada de Carlos de Pena a Uruguay

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El futbolista Carlos de Pena llegó a Uruguay: "Nunca más vuelvo a Ucrania"

De Pena se encontraba en Kiev cuando se produjo la invasión rusa
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01 de marzo de 2022 a las 17:45

A Carlos de Pena le tocaba entrenar el jueves por la mañana, pero alrededor de las cuatro de la madrugada empezaron los bombardeos en Kiev, la capital de Ucrania, donde el futbolista llevaba tres años. “El miércoles estaba todo bien”, y el sábado tenía partido (Dinamo de Kiev) por la liga ucraniana. Pero esa madrugada todo cambió. 

Luego de unos días refugiados en un hotel, una periodista de la BBC, con experiencia en coberturas de guerra, recomendó a De Pena y otros futbolistas con los que se encontraba a tomar el tren más próximo, hacia la frontera. “Esto se está transformando en Afganistán, esto mañana arde. Tienen que salir”, fue el ánimo de esa conversación de apuros. Quince minutos más tarde De Pena ya salía junto a un grupo de brasileños en seis autos, hacia la estación de tren que los ayudaría a atravesar la frontera hacia Rumania.

Antes, los 42 brasileños y los dos uruguayos –De Pena viajó con Bruno Moscovich, otro uruguayo que se encontraba en Ucrania– debían pasar por Moldavia, y ese trayecto demandaría 17 horas. Para entonces, la familia del futbolista en Uruguay ya sabía sobre esa salida de apuro. “Estoy saliendo, estoy saliendo, después te explico todo”. En ese tono se lo transmitió a su pareja, Elisa Vilaseca. Con ella, De Pena había acordado encender su celular y enviar un mensaje a cada hora, para avisar que todo iría bien.

En Uruguay, la familia de De Pena y de Moscovich suspendieron varias actividades, y postergaron el disfrute en familia, para seguir el minuto a minuto de lo que ocurría en el viejo continente con el conflicto bélico. Ambos uruguayos estaban en medio de la guerra y todos desconocían si podían salir.

Ya era sábado al mediodía en Uruguay. De Pena y quienes iban allí, corrían más riesgo por estar fuera del bunker. Ya había pedido a su familia que empiece a rezar, y que lo hiciera durante esas 17 horas que les llevaría cruzar la frontera. La familia tenía claro que por el momento no había pasado nada en ningún tren, pero la situación era tensa. 

“Lo que venga en el futuro seguro va a ser bueno, porque lo que me toco vivir ya fue un calvario”, dijo De Pena este martes cuando llegó al Aeropuerto de Carrasco sobre las 17:20 horas. Fue un viaje desde Rumania, con escala en París y San Pablo.

Unos 15 miembros de su familia lo esperaban abrazados, con celular en mano y ansias por volver a verlo, tras la odisea.

Tranquilidad, familia y amigos, decía De Pena ante los periodistas, y a veces se volvía reiterativo, pero para dejar claro qué es lo que quería tras pisar suelo uruguayo. Vilaseca y su hijo Juan Cruz, de un año, fueron quienes recibieron el primer abrazo. Luego, sus padres. Los cuatro compartieron desde el jueves el mismo grupo de WhatsApp donde se comunicaban con él de forma diaria.

“Ya llego”, fue el último mensaje. El avión ya estaba en Uruguay y los vería pocos minutos después.

Minutos antes de las 18:00 horas, se reencontró con sus familiares.

Familiares de De Pena aguardan la llegada del futbolista

Rosina Bonino, madre del futbolista, dijo mientras lo esperaba en el aeropuerto: “Es un día de gloria realmente. Siempre pensaba que las guerras le pasaban a otras personas en otros lugares, pero no podía pasarle a mi hijo. No podía perder a mi hijo en una guerra. (…) Nunca más dejo de rezar antes de dormirme por la paz en el mundo”. Dijo sentir terror, impotencia y “mucho miedo” durante estos días, por lo que le ocurriese a su único hijo.

Sin retorno

“No vuelvo nunca más, nunca más”, dejó en claro De Pena este martes en el Aeropuerto de Carrasco. Y explicó: “Hay un contrato laboral de por medio pero yo no voy a volver más. Dejé todas mis cosas allá, no pienso ir a buscarlas. Tampoco quiero, tampoco las necesito. Lo que necesito, lejos de lo material, es estar con mi familia y mis amigos; y de ninguna manera voy a volver a Ucrania”.

“Pensé muchas veces que quizás no iba a salir de ahí. Es una sensación que no había sentido nunca”, relató el futbolista.

Vilaseca, por su parte, añadió: “Nosotros nos estábamos por ir todo el tiempo (a vivir a Ucrania) y nunca nos pudimos ir, gracias a Dios”.

Los contactos con Uruguay

De Pena contó que se comunicó con el presidente Luis Lacalle Pou. “Me llamó personalmente. El presidente me manifestó en todo momento su apoyo, que podía llamarlo en cualquier momento del día. Sus mensajes, sus llamadas me transmitieron mucha tranquilidad. Quizás en los próximos días le dé un abrazo", añadió.

La vicecanciller de la República, Carolina Ache, estuvo en el aeropuerto para la llegada de los dos uruguayos. El padre de Moscovich se sumó a los agradecimientos para con quienes hicieron posible que ambos estuviesen en Uruguay a salvo. "Queríamos que nuestro hijo volviera y nada más", se limitó a decir Tedy Moscovich a El Observador.

Moscovich esperaba a su hijo junto a su esposa y a su otra hija. Los tres aguardaron apartados de la prensa, en la zona de Arribos del aeropuerto. 

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