En la vida de nuestras mascotas, como los perros, existen diversos factores que pueden desencadenar estrés. Este trastorno no solo afecta su bienestar emocional, sino también su salud en general. Es crucial entender que el estrés no es un fenómeno único, sino que se presenta en distintas formas y manifestaciones en los canes.
Ayudar a nuestros perros a manejar el estrés requiere profesionalismo y saber que no se trata de algo simple. En este artículo, exploraremos los distintos tipos de estrés que pueden afectar al mejor amigo del hombre, cómo identificar los signos de malestar y qué medidas podemos tomar para ayudarlos a superarlo.
El estrés, esa reacción innata que prepara al organismo para enfrentar desafíos o peligros, juega un papel crucial en la supervivencia tanto de humanos como de animales. Sin embargo, cuando esta respuesta se prolonga o intensifica más allá de lo que el cuerpo puede manejar, puede tener efectos perjudiciales, afectando el equilibrio y bienestar general.
Esto es especialmente cierto en nuestros compañeros caninos, donde el estrés puede manifestarse de maneras que alteran significativamente su comportamiento y calidad de vida. En la vida y naturaleza de los perros, existen dos tipos de estrés: positivo y negativo.
El estrés en los perros puede ser desencadenado por una variedad de factores, que afectan su comportamiento y bienestar general. A continuación, detallamos los factores más comunes que pueden generar estrés en nuestros fieles compañeros:
Genética y predisposición: algunos perros son naturalmente más propensos al estrés debido a su genética.
Comunicación ineficaz: la falta de entendimiento entre el lenguaje corporal y verbal humano y canino puede causar confusión y ansiedad.
Aprendizaje disfuncional: un enfoque en el castigo en lugar del refuerzo positivo puede aumentar el estrés.
Condiciones ambientales adversas: temperaturas extremas y cambios bruscos de domicilio pueden ser estresantes.
Cambios familiares y sociales: la llegada o salida de miembros de la familia, incluidas otras mascotas, requiere un período de adaptación que puede ser estresante.
Rutinas alteradas: la falta de ejercicio, el exceso de actividad y la ausencia de estimulación mental son factores clave.
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