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¿Cuál es el próximo “Cordón” según el arquitecto y empresario Martín Gómez Platero?

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12 de enero de 2024 a las 07:04

Para Martín Gómez Platero el futuro de la arquitectura se encuentra en “la ciudad de los 15 minutos”, los espacios comunes que propician las relaciones sociales y la presencia de la naturaleza. El arquitecto y CEO de Gómez Platero, uno de los estudios más importantes del país, es quien está construyendo ese futuro. Sobre eso conversó con El Observador desde Punta del Este.

¿Qué caracteriza a la arquitectura de hoy?

La gente busca cada vez más proyectos donde el verde, el paisajismo y la naturaleza sean partes claves, eso nos lo dejó la pandemia. Se ha movido mucha gente para fuera de las ciudades. Soy hincha de la ciudad, creo que ese péndulo va a volver, pero hoy estamos viviendo que los proyectos más exitosos, por lo general están en los alrededores de las ciudades, donde el verde y la naturaleza juegan un rol claro. Cada vez se dice más que no se venden metros cuadrados, que se venden experiencias.

Nuestro estudio trabaja desde México hasta Argentina en todos los países, menos en Brasil, Chile y Venezuela. Estamos haciendo en este momento tres ciudades: una es en + Colonia, otra es en Ecuador, que son mil hectáreas y otra es en Guatemala, que son 350 hectáreas. Algo que siempre buscamos en todos los proyectos es que el espacio público sea el protagonista, que el peatón sea el protagonista, que el ser humano tenga todo el protagonismo y no así el automóvil. Eso viene de la mano con la filosofía de la ciudad de los 15 minutos, que logra una calidad de vida importante. Para lograr todo esto que estamos hablando tenés que hacer proyectos mixtos donde la gente pueda trabajar, vivir, disfrutar en un radio pequeño, que no haya que trasladarse una hora.

¿Cuánto representa para Gómez Platero el trabajo en el exterior? ¿Cómo se han ido desarrollando en diferentes mercados?

Empezó en Ecuador en 2003, que ganamos un concurso y empezamos a trabajar de forma internacional. Ese proyecto fue muy importante para el estudio.. Ahí cometí un error grave: la economía en Uruguay empezó a andar bien de nuevo, empezamos a tener buen trabajo y me quedé con este mercado. Hasta que en 2010 el mismo cliente de Ecuador -el dueño del banco de Guayaquil, que además fue presidente de Ecuador hasta hace poquitos días, Guillermo Lasso- me llamó para hacer una torre para conmemorar los 100 años del banco. Ahí sí decidí poner una pata allá y empezamos el desarrollo internacional. Esto es como una escalera que vas subiendo, el boca a boca increíblemente hoy en día sigue siendo clave. Casi todos los trabajos que tenemos en el exterior son por concursos, son por lo general proyectos muy grandes, porque la escala de Uruguay es muy chiquitita.

¿Qué desafíos trae?

En todos esos países tenemos que hacer arquitectura antisísmica, es un desafío meterte en la idiosincrasia de cada país, porque en cada proyecto que hacemos el respeto por el entorno es clave, no es sólo geográfico o patrimonial, es social y cultural. Lo divertido de esto es que surge un día para otro, es muy divertido y cambiante. En Uruguay hay excelentes arquitectos, que son buenos no solo en Uruguay sino en cualquier lugar del mundo. A las tecnológicas se les hace difícil conseguir gente, en arquitectura no, hay un montón de gente que está con muchísimas ganas de trabajar y eso hace que nuestro equipo sea cada vez mejor.

¿Hay algo que te quede por hacer?

Me encanta que me queden mil cosas por hacer porque me gusta mucho más tener proyectos que recuerdos. Un museo que no hemos hecho y me gustaría hacerlo.

¿Qué opinás de la dicotomía entre construir y demoler?

Hay que respetar lo que tiene valor patrimonial, que no quiere decir todo lo que es viejo. A veces hay construcciones que tienen valor patrimonial, aunque su calidad arquitectónica o urbanística, no es tan buena, pero como está hace 150 años, está en el colectivo de la gente, y eso tiene un valor a mantener. No todo tiene valor, pero lo que tiene valor hay que mantenerlo. Es parte de la madurez de una sociedad cuidar el patrimonio. Tiene que ser un ganar-ganar. Es muy injusto que una persona que tiene una casa que fue heredó de su familia, en un lugar muy bueno y que tiene un valor para hacer algo importante, declarársela patrimonial sin darle una contraparte económica. Es un tema complejo; tenemos una Comisión de Patrimonio Nacional, liderada por Willy Rey, que sabe muchísimo de esto y que tiene el ojo para cuidar lo que hay que cuidar.

¿Cuál es el próximo Cordón?

Es un momento bastante efervescente, que hay muchos lugares buenos construyéndose en zonas que estaban venidas a menos. Por ejemplo, todo lo que es la Aguada, creo que tiene un futuro importante. Se hizo la Torre de Antel, después se hizo Aguada Park, Aguada Park se fue agrandando, ahora se va a agrandar más. Nos encargaron un proyecto muy grande, una manzana en frente a la torre de Antel. Entonces empieza a haber un movimiento. Hay un potencial ahí que de a poco se va a ir desarrollando, con unas vistas brutales, muy cerca a la Ciudad Vieja y buena conectividad. Influyó muy positivamente la ley de vivienda promovida, creo que es una ley buena. Hay que manejar exoneraciones fiscales para darle fuerza a lugares de la ciudad que lo ameritan.

¿Es seguro invertir en el sector inmobiliario?

El sector inmobiliario es muy fiel como inversión, siempre a la larga va subiendo y tenés bien defendida la plata que pusiste en cualquier ladrillo. Tenés que estar seguro de que sea un desarrollador serio y que lo termine y que se haga. Pero si llegamos a ese punto de finalización de la construcción, sin lugar a dudas es muy bueno.

¿Te sentís más arquitecto o más empresario?

No una es una cosa o la otra, porque son las dos. Si vos manejás más de tres personas, es una empresa, entonces, no podés manejar un estudio si no tenés idea de la parte empresarial. Cuando me recibí de arquitecto me fui a hacer un postgrado en business a Estados Unidos, a Berkeley, y me ayudó, me cambió la vida. Vos tenés que saber de recursos humanos, de negociación, cómo presupuestar. ¿Cuál es el problema que tienen los arquitectos de mala fama? Que dicen que algo va a costar 10 y va a demorar seis meses y cuesta 20 y demora 12 meses, yo me sublevo frente a eso. Cualquier arquitecto bueno del mundo trabaja con más de tres personas y hace el mismo rol de empresario como arquitecto y no van una en detrimento de la otra. Soy más arquitecto que nunca porque justamente puedo tener el placer de estar con 180 proyectos a la vez, entonces soy 180 veces más arquitecto que si hago un solo proyecto por año.

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