Para Pablo Marroche, Desem Jóvenes Emprendedores no solo fue su primer empleo, sino que además es su “escuela”, su “casa”. Tiene hoy 34 años, y desde los 16 que está involucrado con esta organización que promueve el desarrollo de los jóvenes. Empezó en 2001, cuando era un liceal del Elbio Fernández y se sumó a la aventura de armar una empresa con sus compañeros como parte del programa Empresas Juveniles. Al año siguiente fue voluntario en el mismo programa pero en el Juan XXIII. En 2003, lo invitaron a ser voluntario en la oficina, donde desempeñó tareas de auditor y guía de empresas.
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