El árbitro Bruno Sacarelo no fue parado por el Colegio de Árbitros luego de su cuestionada actuación del sábado pasado donde impartió justicia en la goleada de Nacional sobre Deportivo Maldonado, en la segunda fecha del Torneo Intermedio.
Sin embargo, el joven juez pasará a tener un rol bastante secundario este fin de semana ya que oficiará de cuarto árbitro en el partido que Oriental de La Paz jugará ante Miramar Misiones en el Parque Capurro, este sábado a la hora 15.00, por la octava fecha de la fase regular del torneo de Segunda División.
Sacarelo fue cuestionado en el partido de Nacional y Deportivo Maldonado por tres jugadas, pero en particular por una mano de Leandro Lozano en el área de Nacional cuando el partido estaba 0 a 0.
Tras un centro al área de Nacional y en una pelota que cabeceó Matías Tellechea, el balón le dio en el pecho a Leandro Lozano y luego lo impactó en el brazo derecho que estaba separado del cuerpo.
A pesar de las enérgicas protestas de Deportivo Maldonado y a que el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio, utilizó uno de sus estados de WhatsApp para volver a fustigar al arbitraje uruguayo, la acción fue gris y admitía dos interpretaciones.
Se pudo cobrar penal porque la mano estaba separada del cuerpo y eso le permitió al jugador ampliar su radio defensivo y porque en entre el golpe en el pecho y el impacto en la mano no hubo inmediatez porque la pelota dio un pique en el piso.
Pero la jugada también admitía que no se cobrara penal porque existió ese golpe previo en el pecho y porque el movimiento del brazo, que no cortaba la trayectoria de un tiro directo al arco en esa ampliación de radio defensivo, obedeció a un movimiento natural del cuerpo, lo que desde el año pasado se contempla a la hora de sancionar, o no, manos en el área.
Al tratarse de una jugada gris, Sacarelo no quedó parado el fin de semana.
Sin embargo, su actuación tuvo un par de errores.
En primer lugar, no amonestó al argentino Fabián Noguera, de Nacional, por una entrada temeraria en el centro del campo en el inicio del partido.
Luego amonestó sí, en forma incorrecta, a Eduardo Darias, de Deportivo Maldonado, por una falta menor a Federico Martínez y luego no le mostró la segunda amarilla en una entrada temeraria contra Diego Polenta.
Así, el joven árbitro pasó de arbitrarle a un grande en Primera a ser cuarto árbitro en Segunda al fin de semana siguiente, aunque no quedó parado, que es la forma de sancionar que tiene el Colegio de Árbitros cuando entienden que los jueces cometen errores graves.
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