La presencia de Uruguay en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente, su involucramiento en debates sobre terrorismo internacional y sus manifestaciones contundentes cada vez que un hecho de violencia terrorista sacude el mundo puso a el país "en la mira" de grupos extremistas, dijo el senador colorado Pedro
Bordaberry durante la comparecencia del ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado.
El legislador le manifestó al canciller su preocupación de que las misiones diplomáticas en el exterior sufran "represalias" a raíz de la exhibición que Uruguay está teniendo en este tema, sobre todo en aquellos lugares que ofrecen menos garantías a nivel de seguridad.
"Es muy bueno que se haya abierto una embajada en Adís Abeba, la capital de Etiopía, pero nuestra preocupación apunta a los recursos que se destinan para la seguridad de los funcionarios que nos representan en esas zonas tan conflictivas y sus familias. Realmente son zonas muy complicadas y no solo hablo de Etiopía, vecina de Somalía con sus piratas, de Kenia, de toda la zona del Cuerno de
África donde, de forma bastante acentuada, se ve el trabajo de todos los fundamentalismos terroristas de hoy en día", dijo Bordaberry.
Por este motivo, Bordaberry le consultó a Nin Novoa si la cancillería pensaba destinar algún recurso extra en concepto de seguridad.
El canciller respondió que quien tiene el derecho de garantizar la seguridad de los representantes diplomáticos es el país anfitrión en donde se encuentran las representaciones. Y admitió que el caso de Etiopía es "realmente un destino difícil" por la "seguridad personal" y por "la escasez y las limitaciones que existen".
"Es cierto que hay destinos difíciles y todos saben cuáles son. Por ejemplo, ir a Etiopía es casi un acto de patriotismo", afirmó Nin Novoa. "Hacemos todo lo posible para dar esas garantías de seguridad", agregó.
Tras la respuesta del canciller, Bordaberry valoró que "no es lo mismo" para un embajador uruguayo recibir apoyo en materia de seguridad en París o Washington que en Etiopía.
Al parecer no es la primera vez que los legisladores hablaban del potencial peligro que las representaciones diplomáticas uruguayas corren en el exterior.
"Nosotros no podemos hablar sobre esos casos porque cuando se trataron estos temas en la Comisión Especial de Seguridad Pública y Convivencia con el Ministro del Interior se resolvió que iba a ser confidencial, por motivos obvios, pero creo que hay que darle mucho apoyo en ese terreno al embajador y a su familia", concluyó Bordaberry.
Uruguay retornó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas después de más de 60 años, en medio del avance del Estados Islámico en Siria e Irak. Desde su lugar, Uruguay abogó por la protección de civiles de forma constante.