Brasil, país del futuro”, tituló Stefan Zweig uno de sus últimos libros, publicado en 1941, en tiempos del “Estado Novo” de Getúlio Vargas. Al fin era un país enorme, multicultural y benevolente, y poseía todos los recursos naturales imaginables. Poco después el popular Zweig, un judío austríaco en el exilio, deprimido por el avance del nazismo y el racismo, se suicidó no lejos de Rio de Janeiro. Toda una metáfora.
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