Su pareja lloraba abrazada al féretro, que estaba envuelto con la bandera de Peñarol y tenía una cinta de capitán con su foto. Otros familiares se acercaban a consolarla y contenerla. "¡Pensar que ayer estuve con vos y ahora estás acá!", decía, mientras las lágrimas corrían. En el Campeón del Siglo se vivió una jornada de emoción en la despedida de Robert "Bola" Lima, el exfutbolista de Peñarol que falleció este jueves a los 48 años por un ataque al corazón. Un histórico del último quinquenio aurinegro (1993-1997) que, según quiénes estaban ahí, no hablaba pero era un ejemplo de responsabilidad. El que era perfil bajo pero que cuando hablaba, decía mucho. El que era un niño en un cuerpo de hombre.
La jornada en el Campeón del Siglo transcurrió con mucha emoción pero sin grandes griteríos ni arengas. La pandemia logra eso, que hasta las emociones más duras, sean reprimidas y que un homenaje que podría haber sido multitudinario, terminara siendo protocolizado donde el saludo normal, en vez de ser un abrazo, sea el choque de puños. Donde el aforo estaba controlado y la temperatura corporal de quienes llegaban era tomada al ingresar.
Entre los presentes, que rondaron entre 60 y 70 personas durante el transcurso del velatorio, hubo sorpresa por la muerte del exfutbolista, que este viernes cumplía 49 años.
El Bola estaba dirigiendo las inferiores de Uruguay Montevideo, había faltado uno y se puso a calentar para jugar. Ahí su corazón no soportó.
"Fue la voluntad de meterse en la cancha cuando sabía que no podía. Era terco, terco", enfatizó su pareja mientras lo lloraba.
Muchos compañeros de sus etapas en Peñarol estuvieron presentes. Pablo Bengoechea, Gabriel Cedrés (que estaba a cargo de la logística del velorio), y Carlos Aguilera eran los más destacados. Pero aparecieron otros como Serafín García, el exarquero Gerardo Rabajda y Fernando Álvez, que lo definió como "un metedor anónimo", en declaraciones a Telemundo.
Todos se estrechaban en un abrazo, dejándose llevar por la emoción y así recordar al Bola sin tener en cuenta los protocolos sanitarios.
También estuvieron los integrantes del cuerpo técnico del plantel principal actual de Peñarol, Mauricio Larriera, Dario Rodríguez, Oscar Ferro y los jugadores Walter Gargano, Maximiliano Pereira y Gary Kagelmacher
Quien estuvo desde el principio y hasta el final fue su técnico principal de cuatro de los cinco años del quinquenio dorado, Gregorio Pérez.
Fue uno de los pocos que pudo hablar con la prensa. "Estamos despidiendo a un amigo que está en nuestra espalda, un gran ser humano". Ese león que se veía en la cancha, afuera era un tipo tranquilo, amigo de los amigos", lo recordó Gregorio.
Unas horas después llegó su otro entrenador que ganó el Uruguayo de 1996, Jorge Fosatti. Fiel devoto religioso, se paró frente al cajón, bajó la cabeza y permaneció unos cuantos minutos en silencio. Luego siguió el camino para ir a saludarse con sus colegas y jugadores.
De la dirigencia del club estuvieron el presidente Ignacio Ruglio, acompañado por toda la comisión directiva.
El presidente señaló que "más allá del jugador", el Bola "era una persona que quería muchísimo al club". "Es un momento durísimo, un jugador que nos representaba con los valores de este club, lo que los hinchas queremos de un jugador en la cancha. Es una pérdida enorme para Peñarol", añadió.
Ruglio dijo que ahora será momento de brindar el apoyo psicológico y acompañar a sus hijos, de 19 y 23 años, a quienes el club debe "apuntalar" y "estar cerca de ellos en agradecimiento". "El club siempre va a estar cerca de ellos en agradecimiento, que sepan que Peñarol nunca les va a dejar faltar nada", sostuvo.
Pero no solo dirigentes de su querido Peñarol estuvieron presentes. También de su Partido Nacional, al que Lima pertenecía hace unos años. La senadora Gloria Rodríguez, oriunda de Cerro Largo como él y que lo conocía de "siempre", señaló que era "muy comprometido y solidario incluso ahora que no estaba pasando sus mejores momentos económicos". "Siempre tratando de dar una mano a los más necesitados y tenía tanto para dar, con muchos proyectos", agregó.
Rodríguez confesó que el sábado 19 el exfutbolista tenía previsto anunciar un convenio del Ministerio de Transporte y Obras Públicas con el Club Porvenir de Melo, el club de su barrio.
"Era uno de sus sueños, conseguir esas canchitas para el club", dijo Rodríguez.
Otro dirigente nacionalista que fue a despedirlo fue el presidente del Directorio, Pablo Iturralde.
Al momento de despedirse del cortejo, para que saliera rumbo al cementerio Parque Martinelli, su hijo, Andrés, que no había estado durante la mayor parte de velorio al también haber sufrido la pérdida de su madre, rompió en llanto abrazado al cajón.
Abrazado a sus amigos y familiares, tomó fuerzas y cargó el féretro hasta el coche fúnebre.
Una señora, que se mantenía en pie con mucho esfuerzo agarrada de un bastón y que llevaba puesta la remera de Peñarol gritó "¡La vida por los Colores, Vamo´ arriba Peñarol!", unos aplausos comenzaron a escucharse y al grito de "¡Vamo' Bola, Eh!", el coche partió.
Sin muchos gritos, sin mucha estridencia, fiel a su perfil, el Bola fue despedido para quedar en la memoria del hincha de Peñarol.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá